Ada Colau puede negar que Barcelona tenga problemas de suciedad, pero los hechos la dejan en evidencia y este fin de semana lo que se ha podido ver en la playa de la Mar Bella es un buen ejemplo. En una zona de baño asistido han aparecido jeringas y al menos diecinueve ratas ahogadas, según ha denunciado el colectivo Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona, que recuerda que hace unos días, el pasado 25 de agosto, no sólo apareció otra jeringa en la zona de baño asistido, sino que, además, uno de los trabajadores del servicio se pinchó con ella en un pie. Por todo ello, el colectivo afirma que el ayuntamiento "no limpia la zona de baño asistido" y, por lo tanto, los técnicos que colaboran en el servicio tienen que trabajar "en condiciones peligrosas".

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona, a través de la cuenta de Twitter de Ecología Urbana ha asegurado que el equipo técnico responsable de playas ya trabaja en resolver el problema: "Son conscientes de la situación y que reforzarán a las brigadas de limpieza para resolver la problemática" y al mismo tiempo, justifican el negligente estado de la playa en las lluvias de los últimos días: "La situación que denunciáis está provocada por las lluvias del 31 de agosto. Con una precipitación media recogida en la ciudad de 41 l/m², el episodio ha hecho que, los días posteriores, las corrientes marinas arrastraran residuos hasta las playas". En todo caso, la explicación no justifica que no se haya producido una rápida limpieza de todo el sector afectado.

La desagradable aparición de ratas ahogadas en la playa, por mucho que se haya producido a causa de un episodio de lluvias, contrasta con las declaraciones recientes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que este mismo lunes, en declaraciones en 'betevé', aseguró que la capital catalana está, en términos generales, lo suficientemente limpia, a pesar de reconocer que "eso no quiere decir que no haya problemas puntuales de limpieza, que hay." Sin ir más lejos, la semana pasada se tuvo que cerrar un parque infantil en los Jardins de los Tres Tombs, en el Eixample, también por la presencia de ratas.