El Govern de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona han acordado crear una mesa de trabajo para estudiar la regulación de cruceros y su impacto turístico y ambiental en el marco de la Comisión Mixta celebrada este jueves, una decisión que parte de la petición de la alcaldesa, Ada Colau, de estudiar el impacto medioambiental de los cruceros, pero que no responde directamente a la intención expresada por Colau de limitarlos, como ha hecho el Govern Balear en Palma. Con todo, las dos partes han calificado de "positivo" el avance y se han emplazado a esperar los resultados de las reuniones para encontrar una solución a los problemas que generan los cruceros -y los cruceristas- en Barcelona.

En todo caso, las dos instituciones han acordado que a la mesa se invitará a la Autoridad Portuaria y a representantes del Estado, para abordar la cuestión de los cruceros. Con todo, la consellera de Presidència, Laura Vilagrà, que ha encabezado la representación de la Generalitat, ha evitado utilizar el término 'regulación' para referirse a la mesa de trabajo, asegurando, eso sí, que las dos instituciones comparten la "preocupación por los efectos en el medio ambiente de los cruceros en Barcelona" y al mismo tiempo destacando que la Generalitat ya trabaja en un impuesto que gravará esta actividad, para destinar el dinero recaudado a "reducir los efectos de la contaminación".

Primera reunión muy pronto

Vilagrà ha insistido en destacar la voluntad del Govern de trabajar conjuntamente con el Ayuntamiento, pero ha evitado detallar el planteamiento de partida de la Generalitat estableciendo sólo que no hay voluntad "ni de decir no a todo ni de permitir el crecimiento insostenible". Eso sí, se ha mostrado favorable a convocar la primera reunión tan pronto como sea posible. Sea como sea, desde el Ayuntamiento, la alcaldesa Colau también ha valorado como "positivo" el acuerdo, aunque, al menos de momento, queda lejos de su petición de regular para limitar el número de cruceros que pueda acceder a la ciudad de Barcelona.

Así, Colau se ha referido a que un 40% de los cruceristas sólo está cuatro horas en la ciudad, hecho que ha considerado que genera "poco impacto económico". De hecho, los ejes de las demandas de Colau contra los cruceros son dos, la contaminación medioambiental y la masificación turística, y ha recordado que la actividad de los cruceros "no está regulada y eso genera preocupación en la ciudadanía, en especial en los barrios donde se genera la masificación". Por todo ello, ha insistido en que la voluntad del gobierno municipal es la de conseguir "establecer límites a los cruceros, porque no se puede crecer ilimitadamente,", pero en todo caso ha valorado "el ánimo constructivo del encuentro".

Los bicitaxis, también pendientes de regulación

Otro tema tratado en la Comisión Mixta ha sido la problemática de los bicitaxis en Barcelona y su regulación, después de que en el último pleno municipal, el segundo teniente de alcaldía pidió a la Generalitat que regulara con el objetivo de prohibir su actividad económica. Otros acuerdos negociados han sido un convenio de colaboración para facilitar el uso del Centro Cultural Blanquerna en Madrid y el establecimiento de una cooperación en proyectos comunes y de promoción de la ciudad de Barcelona y la constitución de un grupo de trabajo entre ambas administraciones para la colaboración en materia de prevención de incendios forestales y de control de jabalíes en Collserola, con la participación de la Guàrdia Urbana de Barcelona, Bomberos y Agentes Rurales.