En el pódcast "Ac2ality", durante el episodio titulado "Los desafíos de un negocio de moda", los creadores de la marca española de zapatillas Morrison, Pablo y Álvaro, compartieron su experiencia sobre la difícil realidad de iniciar un negocio en la industria textil. En una conversación caracterizada por preguntas directas al grano, los emprendedores —quienes, de hecho, lanzaron su marca en 2016 con una campaña de crowdfunding que recaudó más de 2 millones de euros en solo 20 días— afirmaron, basándose en su práctica y no solo en la teoría, que "la atención de la gente cada vez es más difícil de captar". A través de historias de éxito, lucha y cómo han logrado mantenerse a flote, señalaron que la expansión de su marca y su crecimiento en tiendas físicas (retail) ha sido un proceso lleno de obstáculos.

El testimonio de los jóvenes emprendedores es un jarro de agua fría para quienes sueñan con lanzarse al mercado de la moda creyendo que las redes sociales y un par de anuncios pagados son suficiente. La realidad, según cuentan, es que el 95% de los proyectos mueren antes de cumplir dos años, arrastrados por la falta de resiliencia, la presión financiera y la incapacidad de conectar con un público saturado de estímulos digitales.
El oscuro lado del emprendimiento en moda: fracaso, presión y resiliencia
En la charla de ‘Ac2ality’, Pablo y Álvaro no se escondieron: reconocieron que en más de una ocasión estuvieron a punto de abandonar todo. “Hemos vivido la sensación de que nos íbamos a la ruina varias veces”, confesaron. Y es que en la moda, cada colección es un salto al vacío. Apostar mal en diseño o timing puede significar el final de la marca.
La crudeza de la estadística lo confirma: solo un 5% de las empresas sobrevive más de dos años. Y en la mayoría de los casos, el responsable es el propio fundador, incapaz de mantener el foco o tomar decisiones adecuadas en medio del caos. Sin embargo, los creadores de Morrison remarcan un factor clave: la suerte. No como algo místico, sino como una consecuencia de estar preparados para detectarla y aprovecharla.

Redes sociales, el campo de batalla donde solo ganan los más creativos
Si en sus inicios Morrison encontró oxígeno gracias a plataformas de crowdfunding, hoy su supervivencia y crecimiento dependen de un frente mucho más feroz: las redes sociales y la publicidad digital. La marca, que ya cuenta con tiendas físicas y presencia en más de 500 puntos de venta en Europa, asegura que aún entre un 60% y un 70% de su tráfico proviene de campañas en Instagram, Facebook, TikTok y Google.
Lo que antes ofrecía grandes oportunidades a los pequeños empresarios (el espacio digital) ahora se ha vuelto un entorno peligrosísimo debido a la saturación y el aumento imparable de los costes de publicidad. Esta situación se agravó aún más con los cambios de privacidad de Apple y la eliminación de ciertas cookies, haciendo que las campañas de marketing sean mucho menos efectivas.
Como resultado, cada interacción con el cliente es más cara y requiere que las empresas inviertan en creatividad profesional en lugar de depender de la improvisación para llamar la atención. Los fundadores de Morrison concluyen que, por esta razón, el éxito ya no depende solo de tener el mejor producto, sino de la capacidad de la marca para destacar en el sobrecargado ecosistema digital.