Hace apenas dos días que los culés volvieron a caer en un bucle moderno: perder contra el PSG. Los dos mejores equipos del mundo regalaron a los espectadores del fútbol uno de los mejores espectáculos de la temporada, pero, finalmente, la forma física parisina arrasó en los últimos minutos de partido. Realmente, el enfrentamiento pareció una carrera de aviones, de las típicas jornadas que cansan, incluso, sentado viendo el partido en el sofá. El clásico europeo, sin duda, cumplió las expectativas y eso que los dos equipos estaban heridos por las bajas. Una de las caras que entró, probablemente, por la falta de algún jugador atacante fue Marcus Rashford, el flamante fichaje culé de la temporada, y no defraudó.
El inglés llegó a la ciudad catalana con un objetivo claro: renacer. Después de convertirse en una de las mejores promesas del mundo con el Manchester United, el delantero bajó el suflé de la euforia colectiva con una bajada de nivel en la Premier. Pocas temporadas después, el inglés se marchó cedido al Aston Villa, donde volvió a brillar y donde, por un bajo precio, llamó la atención del Barça como una buena operación. Ahora, con Hansi Flick en el banquillo, un experto en devolver a los jugadores a su mejor versión, los culés no pueden hacer nada más que coger palomitas, sentarse delante de la televisión y esperar la gloria. El futbolista fue una de las referencias para muchos jóvenes de la plantilla culé y, obviamente, ha caído de pie dentro del vestuario. Tímido, risueño y carismático, el futbolista deja huella con un bajo perfil y, no os lo perdáis, porque como todas las estrellas que llegan de fuera, también se ha enamorado de Catalunya.
Tan solo hace falta que veamos sus actividades en su perfil de Instagram. Porque sí, desde que ha llegado a la capital catalana, el culé tan solo ha colgado fotografías o del fútbol o de planes en el territorio. Desde su firma al lado de Joan Laporta, hasta un paseo con sombrero y gafas de sol por la ciudad. El futbolista lo deja claro, para que nadie se confunda, en la ubicación de sus posts: "Barcelona". El protagonista lo puso, incluso, cuando mostró una pequeña parte de su casa con su perro, a quien le envió una declaración de amor: "Siempre a mi lado". Por si no tuviéramos suficiente, el culé ha enseñado dos actividades más, una imprescindible, una comida en la Cúpula Garraf, donde lo podemos ver con su mate y un buen pan con embutido encima de la mesa, y el plan que ha hecho durante esta semana: ir a pescar.
En medio del mar, el protagonista ha publicado una fotografía espectacular con una sonrisa de oreja a oreja agarrando un pez con las manos. En la siguiente instantánea podemos ver que fue con amigos, pero ¿cómo sabemos que está en Barcelona? Muy fácil, porque el futbolista no pierde la oportunidad de poner la ubicación en su perfil. Simplemente, espectacular. Los pasos de Marcus Rashford por Catalunya empiezan con buen pie y ya se ha enamorado. Ahora, que enamore a los culés con su magia sobre los terrenos de juego. Va por el buen camino.