En el siempre intrigante mundo del coaching motivacional y la superación personal, una voz resuena con fuerza: la del médico y conferencista Mario Alonso Puig. Con su estilo directo, apasionado y casi provocador, lanza una pregunta que ha generado debates interminables en despachos, universidades y salas de juntas: “¿Un líder nace o se hace?”. La respuesta no es sencilla, pero Puig la convierte en un espejo en el que todos debemos mirarnos.

Su mensaje impacta: el liderazgo no es un título, no es un cargo, ni mucho menos un privilegio reservado para unos pocos. Es, en sus palabras, “un verbo, una forma de estar en el mundo”. Y en ese enfoque radical se esconde la verdadera revolución de la reinvención personal, haciendo uso del feedback constructivo, la visualización, el manejo de creencias limitantes y la gestión efectiva de emociones y estados mentales.

Competencia, visión, carácter y química: los cuatro pilares que transforman a cualquier persona

En sus intervenciones, Mario Alonso Puig insiste en que el liderazgo auténtico no consiste en mandar ni imponer. Se trata de inspirar, movilizar y crear una visión compartida. Y para lograrlo, existen cuatro pilares que definen si una persona puede ejercer verdadera influencia: competencia, visión, carácter y química. El primer paso, dice el médico, es ser competente. “Tiene que ser competente en un campo”, advierte, ya que nadie puede liderar un campo que desconoce.

Mario Alonso Puig

A esto se suma la visión: ese norte claro y motivador que hace que otros quieran caminar a tu lado. Pero nada de esto funciona sin un carácter sólido y confiable, y mucho menos sin la capacidad de conectar emocionalmente con los demás. Sin esta “química”, asegura Puig, un supuesto líder solo queda en apariencia. Este planteamiento rompe con el cliché del líder carismático que lo tiene “todo de nacimiento”. Para Puig, liderar se entrena y se descubre. De hecho, sostiene que cualquiera puede transformarse en referente si está dispuesto a trabajar en estos cuatro pilares.

Reinventarse: del gusano a la mariposa

Pero Mario Alonso Puig no se queda en teorías. Una de sus imágenes más impactantes es la comparación del ser humano con un gusano que, al entrar en su crisálida, se convierte en mariposa. La reinvención personal, dice, es exactamente eso: descubrir talentos ocultos, romper etiquetas sociales y dar vida a la grandeza que todos llevamos dentro. En este proceso, la clave está en reconocer que nadie nació para la mediocridad. Según Puig, la sociedad nos condiciona con juicios y etiquetas que limitan nuestra esencia.

Sin embargo, cuando una persona decide reinventarse, florece en creatividad, confianza y energía vital. Y lo más sorprendente: esta transformación no solo mejora la vida profesional, también impacta en la salud y en las relaciones humanas. Pero la idea de reinventarse no es un simple eslogan motivacional, sino un camino profundo de autodescubrimiento. El médico español asegura que cuando un ser humano despierta su potencial, no solo cambia su vida: cambia también la cultura de la organización en la que trabaja e incluso la economía de un país. La eterna pregunta sigue en pie, pero Mario Alonso Puig aporta una visión fresca y arrolladora. Sí, hay quienes nacen con una predisposición natural para liderar. Sin embargo, la ciencia moderna demuestra que la neuroplasticidad del cerebro permite entrenar habilidades de liderazgo en cualquier etapa de la vida.