El españolismo tiene programas fetiche en Telecinco. Dos destacan: los espacios presentados por Sonsoles Ónega, 'Ya es mediodía' y 'Ya son las 8'. En ausencia de la convaleciente Ana Rosa Quintana, líder de las posiciones más radicalmente carpetovetónicas de la cadena, su empleada (la productora es también de Quintana) le toma el relevo con maestría. El tono de las informaciones sobre política y, especialmente, de todo aquello que tenga que ver con Catalunya les delata. Los colaboradores y tertulianas también aportan su granito de arena a la causa. Por ejemplo, Rosa Benito, excuñada, asistente y peluquera de Rocío Jurado, que a pesar de haber nacido en Alicante rechaza cualquier rastro de la lengua catalana en su tierra. Benito tuvo que pedir disculpas días después por la burrada ofensiva e ignorante que había firmado. Pero no por arrepentimiento, sino por el rapapolvo que estaba recibiendo en redes sociales.

Bueno, pues días después tenemos una nueva pildorita anticatalana. La firma la socialité más cuqui-facha del Estado, con permiso de Tamara Falcó. Hablamos de Carmen Lomana, especialista en tocar las narices y, especialmente, hacerlo cuando nadie la ha llamado. La cosa empieza porque Lomana está enfadada. Ella que es lo más de lo más de la moda ha sufrido una humillación terrible por parte de la lujosísima firma Dior. Han organizado un desfile de campanillas en Sevilla con una fiesta todavía más bestial. 900 invitados, la mayoría de ellos los VIPS más top del planeta. En la lista de acceso, sin embargo, ni rastro de su nombre. ¿Cómo puede ser, si tiene 10 o 12 trajes de la marca en el armario? ¿Si es la embajadora del estilo y el lujo de aquí a Tombuctú? Misterios. Lo único real es que se ha quedado fuera. Y cabreada. Y se vació en el programa de Mediaset.

Estaba enfadada como una mala cosa. Así como diciendo "pues no respiro" tan infantil, pero en versión Lomana. "Si hay alguien que tenía que estar ahí soy yo. Siempre he tenido una relación muy estrecha cono Dior y siempre he ido a sus desfiles de alta costura. Se supone que soy una persona más o menos conocida, 'influencer', que escribo en un periódico y compradora... Pero creo que no voy a volver". Fue decir eso y las acciones del grupo LVMH empezar a hundirse, como el precio de los bitcoins. Total que iba tan caliente que ya no controlaba lo que decía. Y durante el tema más intranscendente del mundo soltó una bobada marca de la casa. Y además, contra una ciudad catalana: Manresa. ¿Peroqué narices le han hecho a esta mujer en la capital del Bages?

Carmen Lomana Telecinco
Carmen Lomana enfadada en 'Ya son las 8' / Telecinco

La información, o el simulacro, mejor dicho, se hacía eco del típico estudio con fuentes contrastadísimas y un método de investigación que ni Scotland Yard. "Las ciudades con el índice de infidelidad más alto". En el ranking, sorpresa en la primera posición. Exacto, Manresa. Ay, manresanos y manresanas, qué pillines. Encabezando la tabla, tú. Mira que había comentarios para hacer al respecto, pero a Lomana sólo le llegó para decir lo siguiente, despectiva y cuñada: "Qué sitio tan absurdo". Hombre, está ella para hablar de absurdos. Lo intentó arreglar con un chiste de barra de bar: "Son unos fenómenos". No sufra, señora, para fenómeno, usted.

Carmen Lomana GTRES
Carmen Lomana escenifica el "que si quiere bolsa, señora" / GTRES

A Lomana Manresa le parece una ciudad absurda, una enclave sin clase ni siquiera para hacer lo que les dé la gana con su vida privada. Y después se extraña de que no la inviten a los acontecimientos. Si quiere le podemos hacer un croquis.