El retorno del catalán Alfred a OT ha sido un cúmulo de emociones: los concursantes porque quieren ser como él, los espectadores porque valoran cuándo un concursante se hace profesional y debuta con un disco y el mismo Alfred a quien se le han removido todas las emociones. En su caso dobles: por el luga y por los recuerdos de su ex Amaia. Los Almaia han muerto, Amaia ha dejado a Alfred por un nuevo joven, Diego Ibáñez, y Alfred lo supera con yoga y tragando saliva cuando canta el poema que le dedicó a Amaia. Minuto 19:10 del vídeo: "Empezó siendo un poema para una persona que estaba aquí y es mi primer single":

Después en la Gala ha lucido más, con el planeta Marte, el look de Alfred, la banda y un recuerdo a David Bowie. Pero el mal ya estaba hecho: alguna prensa y redes fans locos de Amaia se han abalanzado. Él es el abandonado de la relación, el que lloraba desconsolado a la salida de la Gala del Sida al MNAC de Barcelona, el lánguido, el niño bueno y solidario. Pero los amaios no perdonan:

El digital Jaleos escupe sobre el dolor de Alfred para no citar las cinco letras a-m-a-i-a:  "¿Así, sin más? ¿De verdad? Ahora, una de las parte se ha quedado sin nombre: es solo "una persona". Créeme una cosa, Alfred: ella nunca hablaría así de ti. Para Amaia siempre tendrás nombre. Y un hueco en su corazón. Y justo antes de irse el despechado de España -tras cantar de pena, tenía que decirlo- Alfred ha rematado a Amaia, sádica y cruelmente con esta frase: "Nunca imaginé que pudiera ir a Eurovisión" ¡Como si hubiera ido solo! Amaia, ¿quién es esa? Recuerda". Una novelita rosa en un digital. Dos por el precio de uno.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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El rojo del ojo de la portada del disco de Alfred no es Marte. Es el ojo morado que le han dejado los fans de Amaia.