El Reino Unido pone de los nervios a Juan Carlos I, a la Corona española y al régimen que la sustenta. Un tribunal británico puede marcar el futuro inmediato del emérito huido, tomando la decisión de si mantiene su inmunidad para no ser juzgado por la demanda por amenazas y coacciones de su amante más famosa, Corinna Larsen. Un acoso en el que participaron los servicios secretos del Estado, intentando que la alemana no revelara informaciones muy delicadas que lo pudieran incriminar en conductas delictivas. Los abogados de Corinna, ya lo saben, argumentan que dejó de ser soberano al abdicar, retirarse de la vida pública e irse bien lejos, además de no pertenecer a la Familia Real al no recibir ninguna asignación económica. La representación legal del Borbón, sin embargo, se aferra a todo lo contrario.

La batalla es crucial: Juan Carlos intenta zafarse del fondo de la cuestión con una excusa infantil, el 'soy intocable', como si eso fuera el juego de "alturitas". Pero es que todo lo que rodea a su figura y, por lo tanto, a la de la monarquía, hace tiempo que vive en un estado de inmadurez permanente. Sus representantes, sí, pero también sus defensores. Se repiten sandeces y falsedades hasta la extenuación para convencer a la parroquia, un mecanismo en activo desde hace décadas. Tantas como la democracia española a raíz de la muerte del dictador y genocida Francisco Franco, padre político de Juan Carlos I y abuelo de Felipe VI. Por ejemplo, un mantra que ayer volvió a salir en el 'Preguntes Freqüents' de TV3: "El rey trajo la democracia". No sabemos si hablaban de los Reyes Magos o del susodicho huido.

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Corinna Larsen en el juzgado / EFE

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Juan Carlos I / GTRES

Una frase que saltó durante la entrevista que Cristina Puig hizo a Alberto Chicote, periodista del ABC y coautor del libro 'El Jefe de los Espías', del que hemos hablado hace semanas en EN Blau. Oírla por enésima vez hizo que Pilar Rahola interviniera con contundencia durante su cara a cara con Esther Jaén, periodista catalana con contactos en la Casa Real. "No estoy nada de acuerdo. Si no hubiera estado el rey, Franco también se hubiera muerto, la momia sería momia, la ciudadanía estaba preparada, el régimen se caía por todos lados y la democracia habría llegado". Jaén defendía la tesis contraria: "Pudo actuar de otra manera, porque lo colocaron para continuar la dictadura". Pilar, que de ninguna manera. Y con buenas fuentes: "No podía. Que Franco quisiera mantener el régimen es una cosa, pero Juan Carlos me lo dijo a mí en persona: "Le he prometido en el lecho de muerte de mi padre que nunca se rompería España, y esa es mi función. Por eso estoy aquí". Pocas tonterías las vuestras: Franco lo pone para salvar la patria". Una advertencia en toda regla.

Rahola también refrescó la memoria de la audiencia sobre los tejemanejes económicos de Juan Carlos, "que desde el 73 ya cobraba comisiones de los petrodólares. Como no sabía cuándo duraría, no quería morir pobre". Y también que si no se explicó antes fue por obligación: nadie te lo publicaría. Eso no quiere decir, sin embargo, que estuviera limpio, ni mucho menos. "La impunidad era tan absoluta que le han pagado las amantes, los polvos, los elefantes, los viajes, ¡y todavía no tiene suficiente!". Llegamos al punto decisivo de la historia: las exigencias delirantes que ha hecho el huido para volver a España: vivir en Zarzuela y volver a cobrar la paguita, más de 160.000 euros. Pero si el hombre está forrado, ¿para qué la quiere? Rahola, meridiana: "Es muy puta la cosa: la quiere por el tema inglés. Busca la asignación porque así demostraría inmunidad, porque los abogados de Corinna dicen que no tiene asignación, ni ningún cargo, por lo tanto se le puede juzgar".

Puedes ver el debate aquí:

Juan Carlos Corinna hijo BBC

Juan Carlos y Corinna Larsen con el hijo de la alemana, Alexander / BBC

Pilar Rahola FAQS TV3

Pilar Rahola en el 'FAQS' / TV3

¿Saben aquello que hay cosas que el dinero no puede comprar? Pues vale para todo el mundo, menos para Juan Carlos. Con 'pasta' lo arregla todo.