Pilar Eyre es una periodista de campanillas. Bien informada, reflexiva, alejada tics y sesgos, acertada, honesta, veraz. Además tiene la virtud de escribir y comunicar con precisión, ritmo y gracia. Por eso es también una escritora de éxito, tanto en ficción como en el área que domina con creces: la crónica real española. La suya es una voz de referencia, todos la quieren en sus programas. Ricard Ustrell, anoche en 'Col·lapse' de TV3. La Melero, regularmente en 'Tot es mou'. Telecinco, Antena 3, TVE, plataformas... ¡Si incluso los responsables del podcast de Corinna contaron con su testimonio! Porque Eyre sabe mucho de Juan Carlos de Borbón, mucho más de lo que al emérito le gustaría.

Esta semana que llega a su fin ha sido prolífica en otro tipo de manifestaciones de Pilar sobre la figura del huido: ha repartido a diestro y siniestro, siempre elegante pero sin paños calientes. Puño de hierro en guante de seda. Primero al enterarse de que el Borbón había aceptado la invitación de Mario Vargas Llosa para acompañarlo en su ingreso en la Academia Francesa. Vargas Llosa, ahora que no tiene la compañía de la Preysler, tiene que apuntar alto para conseguir que se hable de él. Eyre le leyó la cartilla, como hizo también con su colega rey. Un rey que recibiría un palo poco tiempo después, con la publicación de su burla final a España, los ciudadanos y la Hacienda pública: traslada la residencia fiscal a los Emiratos y deja de pagar impuestos en su reino. Ya puede "aflorar lo que tiene escondido" con tranquilidad, decía ella.

Pilar Eyre en 'Colapso' TV3
Pilar Eyre en 'Col·lapse' / TV3

Que Pilar Eyre se haga cruces con la actitud de Juan Carlos es un hábito inmemorial. Sí, porque la cantidad de tejemanejes, historias turbias y miserias que están saliendo bajo las alfombras de Zarzuela han colapsado el sistema nervioso y hemos perdido la noción del tiempo. Lo que sí recordamos son pasajes muy reveladores: como cuándo la tropa juancarlista hizo lo imposible por intentar desacreditarla públicamente y la humilló. Sin éxito, claro. Eyre enviaba un mensaje de alarma, Juan Carlos no estaba bien. Se temían el peor desenlace. "Tengo una información muy grave". La respuesta: una conversación con un aprendiz de Eduardo Inda, días después, diciendo "estoy como un oso". La realidad era que había estado a punto de fallecer al administrarle la vacuna contra la covid. La periodista no se equivocaba, su fuente era buena. Eso escuece.

Juan Carlos en Sanxenxo bastón EuropaPress
Juan Carlos I / Europa Press

El caso es que Pilar, una veterana que siempre va abriéndose nuevos horizontes profesionales, está sacando rendimiento a su reputación a través de Youtube. Tiene un jugoso canal que va como un tiro. Siempre vale la pena escucharla. Y no lo decimos solo nosotros, que ya saben que la admiramos. También la siguen con atención los que no se sienten a gusto con lo que destapa. Lleva poco tiempo como youtuber, pero se está convirtiendo en una experta frente al ordenador. Aparte de grabar, editar y publicar, indaga por los menús del software. Y descubre que puede analizar su audiencia. De dónde son, qué edad tienen y lo más importante: cuántos son. Así, arrastrando el ratón y apretando el botoncito, se ha encontrado con un número en su pantalla. Un "10". Y se ha asustado. ¿Por qué? Porque es la prueba de que alguien la vigila. Desde los Emiratos, escondite de aquel de cuyo nombre no quiero acordarme. Genial la reacción: "¡Ostras! ¡¡10 personas en los emiratos! Por qué lo he mirado, por qué". Más tarde respondía a un seguidor que remachaba sus sospechas sobre Juan Carlos y su séquito: "Ahora ya me siento presionada".

Rey Juan Carlos acompañado de familia en Abu Dhabi
Juan Carlos, sus hijas y parte de los nietos en Abu Dabi / Europa Press

Cosas que le pasan a Pilar Eyre, la piedra en el zapato del Borbón. Imprescindible también su ironía y buen humor.