La familia real española dio inicio a una semana cargada de compromisos. Este martes viajaron a Ámsterdam en el primer viaje de Estado de 2024. Allí permanecerán hasta el jueves por la noche. Pero el pasado lunes tuvieron una cita familiar, especialmente Letizia, que es quien se liberó su agenda para poder pasar tiempo con su madre. Paloma Rocasolano cumplió 72 primaveras, aunque piensa hacer una pequeña celebración durante el fin de semana. Madre e hija almorzaron juntas.
Paloma Rocasolano siempre se ha mantenido en un discreto plano, en el anonimato. Solo se le ha visto aparecer en un par de ocasiones, como en la confirmación de Sofía, donde también asistió la reina Sofía, o en los Premios Princesa de Asturias, a los que no falta ni un solo año. Se muestra muy ilusionada con Leonor.
La enfermera jubilada siempre se ha caracterizado por ser una mujer muy discreta, elegante y con un gran sentimiento por la familia, lo único que le gustó de ella a la reina Sofía. Paloma Rocasolano se casó con Jesús Ortiz en 1971, pero se divorció en 1988 después de aceptar instalarse en Madrid y abandonar Asturias por el crecimiento personal del periodista.
Este año su cumpleaños será más discreto, pero estará acompañada nuevamente por Marcus Tokuaboh, un empresario británico del que está profundamente enamorada después de décadas de soltería.
El cambio de actitud radical de Paloma Rocasolano
Las malas lenguas aseguran que Paloma Rocasolano siempre ha sido una mujer muy creída. Se ha crecido demasiado desde que su hija se ha convertido en reina. Le hizo mucha ilusión emparentarse con los Borbón y era la envidia de todo el barrio. Ha pasado de ir a la playa, en Benidorm, todos los veranos con la sombrilla, la silla plegable y la nevera portátil cargada de bebidas y bocadillos, a viajar por todo el mundo, almorzar y cenar en los restaurantes más exclusivos, frecuentar las tiendas de marcas de alta costura y dormir en hoteles de cinco estrellas. Nada que ver con la otra Paloma Rocasolano.
No le gusta mucho ir a almorzar o cenar fuera, por ello probablemente su cumpleaños se celebre un año más en la casa de Telma Ortiz. Cuando va a un restaurante le ponen muy nerviosa las miradas, además pide a los comensales que no tengan el teléfono móvil a mano o que lo apaguen. No soporta que la graben y esos vídeos o fotografías puedan ser manipuladas.
