El paso de Pablo Urdangarin por el Barça de balonmano se recordará con más pena que gloria. El hijo de Iñaki siguió los pasos de su padre y vistió la camiseta azulgrana, pero la realidad nos indica que su relevancia en el club ha estado bien diferente. Casi inexistente en el caso del joven, podríamos decir. Mientras su padre se convirtió en leyenda de este deporte, con su camiseta todavía colgada del Palau Azulgrana después de 14 temporadas de gloria, a pesar de los numerosos escándalos y su paso por prisión, la camiseta del hijo no colgará ni de los lavabos del pabellón. Durante dos temporadas ha alternado el filial con el primer equipo, pero a sus 22 años no ha tenido el talento suficiente como para enamorar a los aficionados y la directiva, que le han enseñado la puerta de salida. No renueva y se marcha hacia el Granollers, donde entrenará y jugará a 50 kilómetros de distancia de su casa en Sant Joan Despí y de su novia Johanna Zott.
Pablo Urdangarin no tendrá su camiseta azulgrana colgada en el Palau. Y de hecho, hablando de camisetas, se le vio con una camiseta del club rival del Barça, el Handbol Granollers. Una camiseta blanca. Anatema en Can Barça. Pablo traicionando los colores. Iñaki de cómplice. Tantos años culés para acabar así. Claro está que peor sería haciendo el panoli como su padre en una imagen que captaron las cámaras llamando al portero automático de donde vive su hijo y agachándose para que lo viera la cámara.
El colofón al paso poco exitoso del hijo de la infanta por el balonmano culé ha tenido lugar este jueves por la noche en el Palau. El Barça ponía el punto y final a la Liga Asobal con el último partido del campeonato, en casa contra el Ademar. Nueva victoria y pleno histórico, ganando todos los partidos. El último, por un nuevo y contundente repaso, 43 a 30. Los de Carlos Ortega no han tenido piedad de los rivales y han ganado los 30 partidos disputados. Una locura. Ahora el Barça hará las maletas para ir hacia Colonia, donde disputarán la Final Four para ver si pueden conseguir una nueva Copa de Europa. Antes, sin embargo, aprovechando el partido de ayer, se hizo un merecidísimo homenaje a dos jugadores que se marchan, Ludovic Fàbregas y Artur Parera, que no continuarán en el club la próxima temporada.
El 72 y el 33 han puesto la guinda perfecta para la noche de ayer, una despedida emotiva, recibiendo una camiseta de recuerdo por parte del club. Lágrimas en los ojos de Fàbregas, "ha sido un orgullo lucir la camiseta del Barça y quiero dar las gracias al Palau Blaugrana que siempre nos ha animado" y emoción de Parera: "He vivido unos años muy felices". Curiosamente, a Pablo Urdangarin no ha habido ninguna despedida igual. Ni camiseta ni discursos en su honor ni nada de nada. Y eso que también se marcha. Un ninguneo que demuestra que nadie le echará de menos, a pesar de los seis goles que marcó en el partido de ayer.