Una de las mejores cosas que se podían hacer cuando eras pequeño eran las colecciones de cromos. El ritual de romper los sobres, ver cuáles te faltaban y engancharlos (antes, con Pegamento Pritt, aquel de tubo rojo, antes de los autoadhesivos de ahora). Por no hablar de los domingos en el Mercado de Sant Antoni cambiándolos, o del negocio estrella en las escuelas y el mítico "Tengui-tengui-falti-tengui-falti...". Para los que tengan ya una edad, eran unos tiempos donde había álbumes maravillosos, la mayoría de Panini, pero también aquellos que ibas rellenando a base de comprar yogures o productos en el súper.
De entre todas las colecciones posibles, abundaban las de fútbol, con los equipos de cada temporada, los de la Liga, o los de los Mundiales. También las colecciones basadas en series de TV de dibujos animados. Pero también había espacio para colecciones más rancias. Rancias, por no decir directamente ultrapatrióticas y con tufo de testosterona y naftalina. Álbumes de cromos que tenían, como protagonista en la portada, ni más ni menos que al rey Juan Carlos.
La monarquía española hubiera dado para hacer un álbum dedicado a ellos. Entre padres, hijos, nietos, primos, tíos y descendencia borbónica variada, hubieran podido hacer un álbum que hubiera hecho las delicias de la aristocracia española siempre predispuesta al vasallaje. Pero no nos consta que Danone regalara cromos de los Borbones si comprabas cuatro flanes. Lo que sí nos ha dejado alucinados es una colección que ha encontrado el periodista Toni Vall, quien más sabe de recuerdos nostálgicos en papel de una época que cada vez es más difusa. Un álbum sobre Nuestros ejércitos. ¿Y quien sale en la portada? Bingo. Juancar vestido de militar.
Aquellas colecciones de cromos de la infancia...
— Toni Vall (@tonivall) December 24, 2020
No sé si es mejor la portada o la contraportada... pic.twitter.com/Xr3QhD02hs
Quédense con lo que dice Vall: "No sé si es mejor la portada o la contraportada...". ¿Por qué lo dice? Porque, a pesar de tener tela la portada, comprobar la contraportada, viendo el flamante pajarito representativo de las Fuerzas Armadas, es de traca... Un esperpento. Cómo son las cosas: el que ahora ha quedado hecho un cromo es el propio Juan Carlos.