El canal 24 horas de TVE ha querido fabricar una realidad paralela de la Diada en su retransmisión en directo de la manifestación, presentándola como un acto minoritario donde los participantes "no se manifiestan por Catalunya sino por un delirio que en estos momentos no nos representa [a los catalanes]", según Mariano Gomà, uno de los tertulianos encargados de dar cuerpo a este matrix televisivo. Gomà es presidente de la entidad unionista Sociedad Civil Catalana (SCC). Una demostración de postverdad, hechos alternativos y fake news. Una hora después, la Guardia Urbana contabilizaba un millón de personas en la mani, mientras SCC hablaba de 225.000 y de "calles despobladas".

A Gomà lo acompañaban a José Ramón Bosch, expresidente de SCC; Juan Arza (foto), uno de los fundadores de SCC; Pedro Jiménez, periodista de la cadena SER; y Nicolás Redondo Terreros, excandidato a lehendakari por el PSE, ahora abogado y consejero de la constructora Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).

Se hace complicado pensar que TVE quería ofrecer a sus telespectadores una retransmisión del qué realmente pasaba en la calle o un comentario imparcial del momento en Catalunya, como tocaría en una televisión pública que paga todo el mundo, sea indepe o no.

Incluso ha llegado un momento en que Gomà se ha pronunciado "muy de acuerdo con todos los tertulianos" y el presentador, Emilio de Andrés, en otro momentazo, ha añadido: "Veo que todos los tertulianos estáis de acuerdo". Pues eso.

Claro, las imágenes iban por un lado y los comentarios por otro. Disonancia cognitiva. La pantalla principal mostraba a los tertulianos mientras dos pantallas laterales ofrecían la manifestación —planos muy lejanos o muy cortos, trucos clásicos para que el espectador no pueda hacerse idea de la magnitud del acontecimiento— y los discursos de las entidades convocantes (ANC, Òmnium, AMI) siempre tapados por los comentarios, donde les llamaban de todo menos guapos.

Un dato: mientras no se sabe cuántos miembros tiene SCC (su exvicepresidente Joaquim Coll hablaba ​de 5.000), la ANC tiene más de 80.000, y Òmnium 68.000.

Para tener una idea de lo que ha sido la Diada para los telespectadores de este canal, vale la pena hacer una cata de lo que han dicho los tertulianos y el presentador de la cosa.

Bosch ha arrancado con moderación, hablando de "día festivo", de "las familias" que asistían al acto y que "los independentistas son afortunados" porque siempre "les hace buen tiempo". Enseguida, sin embargo, ha empezado a disparar, aclarando que "más de la mitad de Catalunya no está a favor de la independencia" y se ha hecho un lío al explicar que "más de la mitad de mi familia está en la manifestación", y que su primo "es el alcalde mi pueblo, de ERC" y favorable a la independencia.

Rural y carlista

Bosch se ha lamentado de la pérdida de la "derecha conservadora, rural y carlista", que "ha degenerado". Ha hecho referencia a Solsona o Manresa como antiguos feudos de esta derecha, etc. para quejarse de que allí ahora "gobierna a la CUP". La CUP no gobierna ni en Solsona ni en Manresa, que tienen alcaldes de ERC y del PDeCAT, respectivamente.

Más adelante, pesimista, ha explicado que "la mayoría de las veces que [España] ha estado en situación límite ha sido por los catalanes". También ha lamentado que "el relato español es un relato perdedor. El 80 por ciento de los catalanohablantes ha desconectado de España. Este es el problema". Nadie le ha preguntado por qué. Bosch, sin embargo, embalado, ha ofrecido una solución: "A partir del 2 octubre, hace falta un nuevo relato de España en que incluso tenemos que plantearnos los símbolos comunes. Ser generosos para hacer un relato de unidad".

Qué ha querido decir con eso no se sabe porque ni el presentador ni los contertulios han querido que lo aclarara. Tampoco le han preguntado si ya daba por hecho que el día 1-O se votará, ponemos por caso.

Orgulloso de la sardana

Mariano Gomà hablaba desde Sant Cugat. "No es el volumen de gente ni la atracción en la sociedad y en las familias [del soberanismo]. Antes podíamos salir [en la Diada] todos los catalanes; ahora la gran mayoría nos tenemos que quedar en casa, porque la Diada se la han adjudicado grupos e ideologías que no son todo Catalunya. Eso no es una manifestación de los catalanes".

Gomà echaba de menos tantas cosas en la Diada. Lo ha explicado algo confusamente: "Sentirme orgulloso de ser catalán, de la sardana, de mi idioma... aquellas cosas de las cuales los catalanes tenemos que sentirnos orgullosos. Nos dicen que tenemos que sentirnos orgullosos por una urna".

Para el presidente de SCC, "nos manifestamos por las frustraciones que nos provocamos nosotros mismos". La Diada, según él, "tendrían que organizarla los catalanes, no los partidos ni las organizaciones subvencionadas por los partidos". "La burguesía catalana", ha añadido, "muchos de ellos son en casa. Otro sector ha derivado a ERC, Al PSC o a Cs".

El presentador se ha añadido a la fiesta jugando de 4 y repartiendo juego. Se ha angustiado brevemente por los catalanes, "que tienen ganas de estar en el orden constitucional y en el estado de derecho y que ahora no tienen hueco"; se ha preocupado por la posible "guerra de cifras", que los independentistas promoverían "para justificar sus ideas", y también porque "la convocatoria es muy excluyente". Todo muy normal.

Mientras los tertulianos y el conductor del programa conversaban amistosamente, los cáirons (esos subtítulos que aparecen en la parte baja de la pantalla), rodaban: "El Constitucional ha dictaminado que la convocatoria no puede celebrarse"; "Rajoy ha pedido que sea una celebración de convivencia"; "Rivera: ahora mismo tenemos un gobierno (...) pisando los derechos de los catalanes"... Y así todo.

Rostro autoritario

Nicolás Redondo Terreros, hijo del del mítico secretario general de la UGT, también añadía leña al fuego. "Manifestación sin marcha atrás con falta de respeto a las instituciones", ha descrito.

Estaba asustado. "Me ha dado miedo, nunca lo he visto en la historia de la España institucional". No se refería a la ETA de sus años de político, sino a la "movilización que justifica y avala su [del Govern] abuso institucional" y no se ha privado de mencionar el "nacionalismo totalitario, casi religioso, radicalizado, que no cumple la ley. Un movimiento de carácter insurreccional (...) que renuncia a la transversalidad y a la ley", que manifiesta "desdén por las víctimas [de los atentados del 17-A]" y del "rostro autoritario, impositivo y fundamentalista del nacionalismo", etcétera.

El presentador le ha dado el pase de la muerte aludiendo a la presencia de Otegi en la mani. Redondo Terreros ha rematado a puerta vacía: "Hemos derrotado a ETA", ha recordado, ahora sí. Se juntan hoy todos los que están contra el sistema del 78: la CUP, los independentistas, Otegi y Podemos. (...) No es un problema sólo catalán, afecta a la sociedad española porque todos los que están [en la manifestación] quieren destruir el sistema del 78".

1714: fecha fetiche

Pedro Jiménez, el periodista de la Cadena SER, ha intervenido menos, pero ha hecho un buena segunda voz a la gente de SCC que copaba la tertulia, repitiendo sus argumentos con otras palabras y de forma más breve, como buen hombre de radio que debe ser. Quizás su idea más destacada es la queja de que los partidos apelen a los ciudadanos "para que resuelvan a los problemas de los políticos". Se conoce que está acostumbrado a otra cosa. También ha hablado de "fiesta de una parte de los catalanes" y de que los soberanistas "pretenden apoderarse de la calle", mientras en las dos pantallas pequeñas se veían, efectivamente, las calles llenas a tope.

Juan Arza se ha añadido a lo que venían diciendo sus correligionarios. Pero ha añadido un análisis histórico sobre 1714 que vale la pena: "Es una fecha fetiche, muy controvertida, una reinterpretación demencial de lo que pasó entonces. No era la fecha con qué los catalanes no nacionalistas [querríamos celebrar la Diada], porque preferiríamos celebrarla por Sant Jordi. Pero hicimos un esfuerzo de generosidad para aceptar esta fiesta". Un esfuerzo que no ha sido correspondido, según él, porque "los otros catalanes hemos sido expulsados de esta Diada".

El programa ha seguido durante una hora más. Después ha dejado paso a un reportaje sobre enfermedades.