"Riesgo cero". Esta es la estrategia de JxSí en el Parlament ante el asedio judicial de la Fiscalía. Esta voluntad de minimizar todos los riesgos posibles quedó ayer patente con el bloqueo inédito con el que el grupo de Junts y la CUP frenaron la comisión de investigación sobre las actuaciones del Govern para preparar la Secesión de Catalunya. Los diputados independentistas son conscientes de que todo aquello que los miembros del ejecutivo explicaran ante esta comisión, creada a raíz del escándalo provocado por las declaraciones del exsenador Santi Vidal, sería utilizado como nueva munición para las investigaciones judiciales. Por lo tanto, no han tenido inconveniente en utilizar el reglamento para neutralizarla sin ambages.

Los independentistas no pudieron evitar la creación de esta comisión de investigación, dado que el Reglamento obliga a ponerla en marcha de manera automática en caso de que sea solicitada por tres grupos y así lo hicieron Ciutadans, PSC y PP. En cambio, lo que sí puede hacer quien dispone de la mayoría de diputados es evitar la aprobación del plan de trabajo. Y sin plan de trabajo ni listado de comparecencias, la comisión queda bloqueada.

JxSí y la CUP no escondieron la intención de su gesto, tanto el diputado Bernat Soler como la diputada Gabriela Serra dejaron claro, ante la irritación de la oposición, que no tenían ninguna intención de "hacer el trabajo sucio de la fiscalía".

La conclusión ha sido un giro evidente en la estrategia de los independentistas. En un momento en que la máxima transparencia se ha convertido en un auténtico karma del vocabulario parlamentario y las comisiones de investigación en el máximo exponente de esta voluntad, el principal grupo de la Cámara catalana frena de manera ostensible la iniciativa de la oposición y seguirá actuando así mientras las querellas amenacen a sus diputados y su gobierno.

Explicación a los diputados

Se trata de un gesto desacomplejado ante unas circunstancias que describen como "muy excepcionales", y que obligó a la dirección del grupo a hacer llegar ayer por la tarde a sus diputados una explicación. La cúpula de JxSí argumenta que hay en Catalunya una "persecución de ideas", que se ha concretado en cuatro sentencias por el 9-N y querellas abiertas contra la presidenta, Carme Forcadell, y la Mesa de la Cámara, y que cualquier información que los miembros del Govern convocados a la comisión aportaran sería "inmediatamente utilizada" para ampliar las querellas abiertas o crear nuevas.

La dirección del grupo ha dejado claro a sus diputados que hasta que el Estado no decida retirar todas las querellas, JxSí no podrá expresarse con la normalidad y libertad necesaria y, por lo tanto, mientras se mantenga la "persecución" no entrarán en este juego.

La decisión de JxSí se produce en el mismo momento en que el Govern ha cerrado también filas para el impulso del último tramo del procés. Todos los miembros del consejo ejecutivo y los altos cargos se conjuraron el pasado 21 de abril a impulsar el referéndum con la firma de un compromiso público en el Pati dels Tarongers. El ejecutivo protagonizó este gesto después de que trascendieron rechinamientos y desavenencias internas sobre la estrategia a seguir para la convocatoria del referéndum.

Desde que se escenificó aquel acuerdo, no han aparecido nuevas grietas en el Govern y se han coordinado todos los movimientos relativos al proceso, como por ejemplo la convocatoria del acuerdo de homologación para la adquisición de las urnas. "El espíritu del Govern se ha contagiado al grupo parlamentario", asegura un miembro de la dirección de JxSí.