El gobierno italiano está "muy cabreado" con España, por lo que considera una "traición" del ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, que había prometido votar la candidatura de Milán para la Agencia Europea del Medicamento (EMA). "Pero después España no ha votado por nosotros", han dicho a la agencia Ansa "fuentes familiarizadas con el asunto", que han insistido, sin embargo, en que "ganó la mala suerte".

Roberto Maroni, el presidente de la Lombardía, región de la que Milán es la capital, tampoco se lo ha tomado bien y ha dicho que, "en consecuencia, daremos apoyo con más fuerza a Catalunya en sus demandas de autonomía y de independencia".

La EMA fue a parar a Amsterdam por sorteo, después de que las ciudades italiana y holandesa empataran.

El presidente del consejo del ministros italiano, Paolo Gentiloni (foto) "estaba muy enfadado" por el voto español, según ha explicado Maroni, que ha telefoneado al jefe del ejecutivo inmediatamente después de la decisión de Bruselas. "La rivalidad y el resentimiento han prevalecido sobre la estrategia", ha añadido Maroni.

Portada del Corriere della Sera

En Italia se han tomado todo este asunto con su clásica flema socarrona disfrazada de dramatismo operístico. En días anteriores, el ambiente general era que Milán se llevaría de calle la sede de la EMA. El disgusto ha sido grande.

El Corriere della Sera, el gran diario milanés y el más vendido de Italia, habla en portada de "la traición española". La Repubblica, el diario progresista romano, atribuye la "derrota de Milán" a "la traición de Berlín y Madrid" y lo compara al penalti que Roberto Baggio falló en el Mundial de 1994 y supuso el triunfo de Brasil. El diario económico lombardo Milano Finanza lo califica en portada de "derrota inesperada".

El liberal La Stampa, de Turín, ciudad vecina y rival de Milán, insiste en "la traición de Berlín y Madrid" y abre a toda portada con el titular "Ema, la gran derrota de Milán" (no de Italia).

En el entreacto, Maroni, el presidente lombardo, de la Lega Nord (derecha regionalista), ha aprovechado para enviar un torpedo al primer ministro Gentiloni, del Partido Demócrata (centro-izquierda): "La pregunta es si las cosas habrían ido de otra manera entre la segunda y tercera votación, cuando había suficiente con dos votos, con la presencia del Gobierno, del primer ministro, del ministro de asuntos exteriores... Seguramente sí".