La transición ecológica y energética pivota alrededor de la electrificación de la economía. Pero no todo es electrificable, ni la electricidad será necesariamente la energía más eficiente para todos los usos. El hidrógeno verde es un vector energético llamado a ocupar algunos de estos gaps de la electrificación, como ha reivindicado el sector en FOCUS ON, y aunque aún no ha llegado su momento, sí que estamos en un año clave para que se concreten dos inversiones con las que dará un salto: el Valle Andaluz del Hidrógeno, de Moeve, y el hidroducto H2Med, de Enagás.
ON ECONOMIA ha celebrado la séptima edición de FOCUS ON centrada en esta alternativa, bajo el título Hidrógeno verde: energía para el futuro, acción para el presente. En el debate han participado Luis Travesedo, Moeve CCE H2 Project Manager, Albert Ballbé, Consultor Sènior de Projectes de Descarbonització de Acció, la agencia para la competitividad del Govern, Miguel Antonio Peña, secretario de la Asociación Española del Hidrógeno Verde (AeH2), y Arturo Vilavella, COO y cofundador de Jolt Green Hydrogen Solutions.
El hidrógeno verde es hidrógeno que se obtiene a partir de fuentes de energía renovables, principalmente con electrólisis, una tecnología que lo obtiene del agua al separarlo del oxígeno. Los cuatro directivos que han participado en el debate han coincidido en que debe tener un papel importante, pero también en que todavía debe superar algunos retos, como la producción a gran escala y un precio competitivo, cosas que van ligadas.

“Cuando hablamos de descarbonización, el papel del hidrógeno verde es fundamental, porque no todo se puede electrificar”, ha explicado Luis Travesedo, que añade también que es importante para “la seguridad de suministro y la competitividad” de Europa, algo que se ha puesto en valor a raíz de la invasión de Ucrania y la dependencia respecto del gas ruso. Para el directivo de Moeve, España tiene tres elementos clave para ser líder en hidrógeno verde: renovables para producirlo, una demanda ya existente de hidrógeno en la industria –el que consume actualmente es gris– y puertos para exportarlo.
Miguel Peña ha asegurado que “el gran problema es encontrar un usuario para ese hidrógeno verde” y coincide que primero “hay que usarlo allí donde ya se usa hidrógeno, es cuestión de sustituirlo, pero hay que ayudar con un precio competitivo”. Además, apunta que debe llegar “allí donde las energías renovables no van a llegar, como el transporte pesado, como aviones y barcos”, y también “transporte ligero en flotas cautivas que necesitan un reportaje muy rápido que se utilizan 24 horas al día, siete días a la semana; por ejemplo, desde hace tiempo se aplica en las carretillas elevadoras de los centros logísticos, sustituyendo a baterías”.

Albert Ballbé ha coincidido en los usos a los que no llega la electricidad, pero ha puesto énfasis en la industria, puesto que Catalunya cuenta con un gran tejido industrial que concentra muchas emisiones, por lo que “es donde es más eficiente actuar”. “Evidentemente, el hidrógeno, si tenemos una visión a largo plazo, tiene un rol importantísimo y tenemos que trabajar para ver cómo integrarlo dentro de nuestra economía”, ha añadido.
Arturo Vilavella también ve en la sustitución del hidrógeno gris “una primera oportunidad para desplegarse”, pero ha advertido que lo que se produce actualmente es “una gota en un océano”. Hay en todo el mundo una capacidad instalada de unos 3GW, mientras que se consumen 80 millones de toneladas cada año. “Por tanto, si vamos a un ritmo de 3GW anuales, os podéis dar cuenta que el proceso de sustitución de uno por el otro va muy lento”, ha añadido.

Volviendo al uso para el transporte, la clave para descarbonizar el transporte pesado es el peso: “Haría falta un tráiler de baterías para mover un tráiler de un camión. Con el hidrógeno, al ser los componentes más ligeros y el propio depósito de hidrógeno más ligero, eso casi se resuelve en la misma cabina del camión, y ya puede mover grandes cargas y con autonomías grandes también”, explica Miguel Peña, de la patronal.
Ballbé ha puesto otro ejemplo: “Barcelona es la ciudad de Europa donde tenemos más autobuses de hidrógeno. Ya vamos casi por los 40. La operativa es mucho más válida porque tener muchos autobuses cargándose por las noches sería muy difícil, habría que tener una red eléctrica con mucha potencia. Barcelona tiene unas subidas y bajadas complicadas”. En taxis, en cambio, se ha probado, pero no salen los números.
Producción y transporte
Uno de los retos que se han tratado en el FOCUS ON es la producción y el transporte. Travesedo ha explicado la apuesta de Moeve: “Si hablamos de electrólisis, está la tecnología alcalina, que se lleva utilizando desde principios del siglo pasado, y nos permite escalabilidad y una operativa más o menos estable, y está la operativa PEM, que permite flexibilidad y poder parar y acoplarse a las intermitencias del sistema eléctrico, lo que da mucha flexibilidad. Nosotros estamos apostando por una combinación de las dos, con un alcalino al 75% y un PEM al 25%”. Pero “el gran reto es la escala”, por lo que el proyecto de la energética es de grandes dimensiones.
Vilavella le ha dado la razón y ha advertido que el mayor proyecto del mundo, en Arabia Saudí, de 2,2 GW, “ha tenido problemas para asegurar el suministro de los equipos que se necesitaban y de los componentes principales que interviene en la electrólisis, cómo sería el caso de los electrodos”. La propuesta de Jolt se centra precisamente en los electrodos. “La capacidad de poder fabricar de manera rápida, barata y segura en el tiempo es una de las claves que permitirá este despliegue exponencial”, y el método de fabricación propio de su empresa “se adapta esto, podemos fabricar electrodos en minutos, cuando las tecnologías actuales tardan horas, si no días, en poder conseguir la misma cantidad de electrodos”.

Sobre el transporte, hay dos opciones. ¿Cuál es la mejor? “Depende. Habitualmente depende de la distancia”, ha dicho Miguel Peña. “Para cortas distancia suele ser mar barato por carretera, y para largas distancias, tener una red de distribución”. Esa red, no obstante, aún no existe, debe construirla Enagás. La red de gas no sirve, si bien se está haciendo blending, mezclar hidrógeno verde con gas natural al 5%.
Hablando de transporte, había que hablar del H2Med, el corredor para exportar hidrógeno verde desde España al noroeste de Europa. Albert Ballbé ha explicado en qué fase se encuentra: “Enagás, que es el operador gasista al que el Estado ha encargado el proyecto, lo ha impulsado realizando un par de rondas de convocatorias de interés, lo que significa ver qué empresas tienen previsto producir y consumir, y hacer una especie de mapa de dónde están las producciones y los consumos para elaborar una primera planificación de los trazados necesarios. A partir de ahí, estamos en fase de estudios técnicos”.
El papel de Catalunya no será de productor, aunque prevé el valle del hidrógeno de Tarragona, sino de consumidor y puerta de salida hacia Europa, ya sea por el H2Med o por barco desde el puerto. “No somos un referente, no queremos posicionarnos para producir y exportar. Nuestro objetivo es descarbonizar nuestra economía y hacerla más competitiva”, ha dicho Ballbé. “El hecho de tener la demanda es lo que hace prever que ciertas inversiones pueden venir a Catalunya, porque es donde puede haber consumidores”, ha añadido.
Competitividad y el papel de las administraciones
Durante todo el debate ha ido saliendo la importancia de la competitividad y el precio. Miguel Peña ha explicado que, además de escala, hay otro factor importante: “Que los materiales que usamos en las nuevas tecnologías son materiales que no son los habituales, los que tenemos en Europa. Suelen utilizar materiales estratégicos y tenemos que tener disposición de ellos: platino e iridio”. En el CSIC ha hecho pruebas con catalizadores sin platino, que duran menos, pero son mucho más fáciles de producir. Advierte, sin embargo, que “la mejora técnica que nos queda por realizar es todavía muy grande”.
Arturo Vilavella ha hablado del papel de la administración, empezando por las dificultades derivadas de la burocracia en el funcionamiento regular de una empresa. Pero también ha recriminado que las condiciones de los Perte son “desalentadoras” para las pequeñas empresas, que no se pueden presentar por las exigencias de avales que se piden, mientras en otros países, como en Chile, sí que han podido optar a ayudas para desarrollar una tecnología creada en Barcelona.

Grandes empresas sí que están pudiendo acceder a los Perte, y, de hecho, Moeve ha obtenido 300 millones para el Valle andaluz del hidrógeno, que no sería posible sin la colaboración público-privada, ha confesado Travesedo, que ha explicado este megaproyecto de 3.000 millones: “Está basado en nuestros parques energéticos de Huelva y Algeciras. Nuestra ambición es desarrollar 2GW de electrizadores para producir 300.000 toneladas de hidrógeno verde, 600.000 de amoniaco verde, 300.000 de metanol y 100.000 de eSAF. Es decir, multiproducto. Posiblemente, sea el proyecto más grande a nivel europeo, y los primeros 400MW son los que queremos tomar la decisión de inversión a final de este año”.
Puedes ver el debate completo a continuación y en el canal de Youtube de ElNacional.