El primer paso fue comprobar si estaba en todo el bloque o comunidad de vecinos, después darse cuenta de que afectaba a toda la calle, el municipio y en pocos minutos conversaciones con gente de toda España para concluir que el estado se había quedado a oscuras. Solo los que tenían un generador pudieron evitar el apagón. ¿Y qué pasa con los que tienen autoconsumo? ¿Pudieron con sus placas dar energía a sus microondas y televisores mientras el resto se veía obligado a hablar, leer, pasear o descansar? No exactamente, pero seguramente algunos pocos lo consiguieron. ¿Por qué no todos?

El ingeniero y responsable de comunicación de Som Energia, Marc Roselló, explica que en la cooperativa que se dedica a empoderar, informar y favorecer la proliferación de comunidades energéticas recibieron "muchas llamadas de personas que tenían autoconsumo y que preguntaban por qué no podían tener luz" a partir de sus placas fotovoltaicas.

La respuesta es que "las instalaciones convencionales de autoconsumo, tal como están construidas, necesitan la red". Las placas solares convierten el sol en electricidad y vuelcan en la red la electricidad que no consume al titular de la instalación, de forma que el consumidor además puede convertirse también en comerciante de su propia luz e incluso llegar a cobrar por ella.

Una instalación de autoconsumo es una red local conectada a placas fotovoltaicas que no necesita, en general, generación externa con el fin de alimentar energéticamente el hogar. Pero de la misma forma que la electricidad excedente puede ser enviada a la red, una instalación de autoconsumo también puede nutrirse de la red cuando no hace lo suficiente sol para tener luz eléctrica de origen fotovoltaico.

Ahora bien, existe una forma de protegerse contra los apagones: "es necesario desconectarse de la red cuando cae, porque tienen que dejar de volcar electricidad en la red", dice Roselló. Como la red eléctrica necesita un equilibrio entre generación y demanda, cuándo hay un apagón general afecta a aquellos que estén conectados, que tienen que dejar de generar y también de recibir energía. Pero este panorama cambia si te desconectas de la red interconectada y te aíslas.

Para hacerlo, hacen falta unos convertidores o back-ups de emergencia, que permiten que una instalación eléctrica de autoconsumo se desconecte de la red y quede cerrada como conexión local aislada.

Pocas personas que instalan fotovoltaica lo utilizan, pero a raíz del apagón es probable que se instalen más, porque el interés ha crecido. No hay que tener backup para utilizar baterías, pero son dos servicios que acostumbran a ir relacionados", profundiza el Marco.

Las baterías de almacenaje permiten a los hogares con autoconsumo tener energía cuando no hace sol, ya que mientras hace más sol de lo que se necesita para abastecer el consumo eléctrico, van almacenando la batería. De esta forma, con el convertidor que te aísla de la red y la batería, la casa o comunidad con autoconsumo puede tener autonomía energética durante entre 5 horas y 2 días, en función del consumo y del tipo de batería, sin importar que haya un apagón general a todo el estado. "Si un bloque de edificios tiene una red interior y un sistema de back-up, puede funcionar entero, pero harán falta más baterías", apunta Rosellón.

El presidente de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (Avaesen), afianza que "se han multiplicado las llamadas para pedir autoconsumo, para aumentar las capacidades y para funcionar como isla". "Muchos propietarios se quedaron sorprendidos por el hecho de no tener luz porque no sabían que hacían falta estos convertidores", completa, y estima precios de entre 500 y 1.500 euros por estos backupes, todo y que la inversión principal a añadir al autoconsumo es la batería, que puede llegar a duplicar el precio de la instalación, que si oscila entre los 5.500 y los 8.600 euros, puede llegar a los entre 13.000 y 17.000 euros con baterías para un solo hogar. Ahora bien, permite reducir casi a cero el precio de la energía y propiciar un ahorro de unos 1.000 euros anuales.

Además de estas ventajas, el autoconsumo no emite CO2 a la atmósfera y, por lo tanto, es una herramienta contra el cambio climático, aunque el impacto ambiental también existe desde el momento que los materiales y minerales críticos que se utilizan provienen de minas.

Aunque el autoconsumo con baterías y convertidores backups es una herramienta práctica para protegerse de un apagón general, Roselló de Som Energia pide poner el foco en la mejora de la red y el esclarecimiento de las razones del apagón a fin de que todo el mundo pueda estar protegido, y en "el acceso a una energía más justa", ya que actualmente solo una minoría de la población puede tener acceso a estos sistemas con costes prohibitivos para las familias más vulnerables.