Desde octubre del 2023, una serie de borrascas ha azotado a los países del suroeste de Europa. Las llamadas borrascas con gran impacto son nombradas por el Grupo Suroeste europeo, que está formado por los servicios meteorológicos nacionales de Portugal (IPMA), Francia (Météo-France), Bélgica (RMI), Luxemburgo (MeteoLux) y España (Agencia Estatal de Meteorología, AEMET). De las borrascas que tendrían gran impacto en la temporada 2023-2024, cinco han ocurrido desde principios del presente año.

Las borrascas de gran impacto se definen como tipos de ciclones que transcurren por latitudes medias, entre 30 y 60º de latitud. Asociados a las borrascas se suelen producir vientos fuertes o muy fuertes. Las borrascas a las que se da nombre son aquellas que se profundizan de tal manera que pueden producir un gran impacto tanto en bienes como en personas.

El 23 de febrero del 2024 el Grupo Suroeste europeo advirtió sobre el paso de la borrasca Louis, nombrada así por la agencia de meteorología de Francia, Météo-France. Durante esos días España afrontó un tiempo inestable que trajo un importante descenso en las temperaturas, fuertes rachas de viento y oleajes, así como lluvias torrenciales.

Aunque Louis, así como otras borrascas de gran impacto, pueden traer consigo grandes interrupciones, pueden también influir en los aumentos en la generación eólica, como pudo observarse en España durante el mes de febrero.

Según Red Eléctrica, el 25 de febrero de 2024 el 51% del total de la generación eléctrica en España provino de fuentes eólicas. Este es el mayor porcentaje presentado en lo que va del año y es más alto que el ocurrido en el mismo mes del año anterior, que fue de 43%. En enero de 2024, las renovables generaron el 52,1% de electricidad, siendo la eólica la primera fuente de generación en España por cuarto mes consecutivo con el 24,6% de toda la producción eléctrica del mes. Y, el mes de febrero las renovables generaron aún más, el 60% de la generación peninsular con un récord de 31,3% por parte de la generación eólica.

España es el quinto país del mundo por potencia eólica instalada, tras China, Estados Unidos, Alemania e India, y el segundo en Europa por detrás de Alemania, según la Asociación Empresarial Eólica (EAA). Cuenta con más de 30.000 megavatios (MW) de potencia acumulada, la energía eólica fue la primera fuente de generación eléctrica en España en 2023, superando el 24% de cobertura de la demanda.

No siempre los menores precios mayoristas de la electricidad se ven reflejados en las tarifas del consumidor final

El aumento en la generación eólica puede llegar a afectar el precio de la electricidad. Se pudo observar en este mes de febrero del año en curso, que algunos días España y Portugal presentaron los precios de la electricidad más bajos de toda Europa, llegando a 0,003 €/kWh el 25 de febrero cuando la eólica alcanzó un pico de generación. Según la Asociación Empresarial Eólica (EAA), el precio del mercado eléctrico baja los días de más viento, al desplazar a tecnologías con combustibles más caros, ya que el valor de la energía se fija en un mercado competitivo, donde las diferentes fuentes de energía ofertan la electricidad para satisfacer la demanda prevista con un día de antelación.

Sin embargo, no siempre los cambios en el precio mayorista de la electricidad se ven reflejados en las tarifas del consumidor final.

A partir del 1 de marzo de 2024 el impuesto de valor agregado (IVA) sube del 10% a su valor normal del 21%, afectando a los usuarios de diferentes formas. Las borrascas, además de otros factores, favorecieron a que los precios en el mercado mayorista cayeran a los 42 euros por MWh en el mes de febrero de 2024, precio que se encuentra por debajo del límite que fijó el Gobierno para aplicar el descuento fiscal.

El aumento en la generación eólica, así como en otras tecnologías de energía renovable, es necesario para seguir incrementando el porcentaje a nivel nacional y continental de la generación libre de emisiones. El reto es cómo garantizar que favorezcan al consumidor final.