La industria automotriz se encuentra en plena disrupción, y en este momento clave de transición hacia la electrificación, la llegada inminente de fabricantes de automóviles chinos a Europa, particularmente a Catalunya, como es el caso de la multinacional Chery (principal compañía exportadora de vehículos del gigante asiático) con su reciente asociación con el consorcio local EV Motors, que lidera las antiguas instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, representa un hito significativo.

Este acontecimiento no solo representa un logro pionero para la economía catalana, sino que también influirá en el panorama industrial español en su conjunto, que se encuentra en plena transformación de sus fábricas hacia la electrificación.

Catalunya ha sido reconocida como un polo estratégico en el sector automotriz, gracias a su localización geográfica y a la capacitación de su fuerza laboral. Esta combinación la convierte en un destino atractivo para los fabricantes chinos. Más allá de las inversiones económicas, este movimiento simboliza un cambio en la dinámica global de la industria automotriz.

La entrada de los fabricantes chinos en el mercado europeo introduce competencia, fomenta la innovación y acelera la accesibilidad

En el centro de esta transición se encuentra la electrificación de los vehículos. A medida que Europa acelera su agenda verde, la experiencia de los fabricantes chinos en la fabricación de vehículos eléctricos (VE) se vuelve imprescindible. Su entrada en el mercado europeo introduce competencia, fomentando la innovación y acelerando la accesibilidad en un mercado cada vez más electrificado.

Las principales marcas chinas comercializaron el año pasado en Europa alrededor de 243.000 vehículos alcanzando un 2,3% de cuota de mercado. La expectativa es que la penetración de las marcas chinas y asiáticas en su conjunto pueda incrementarse hasta el 25-30% en los próximos años.

Sin embargo, la polémica surgida sobre la posible subida inminente de los aranceles por parte de la Comisión Europea a la importación de vehículos desde China planea sobre este panorama. Las tensiones en las relaciones comerciales globales podrían resultar en un aumento de los aranceles europeos a las importaciones chinas, lo que afectaría la competitividad de los fabricantes asiáticos en Europa. Este es el caso de fabricantes con experiencia y cierto recorrido comercial en el continente y España como MG (Saic), Geely (Polestar, Smart, Lotus, Lynk&Co) así como nuevos entrantes (BYD, Chery, Dongfeng…) y las que están por venir (Zeekr, IM, NIO, Xpeng, Xiaomi…). En estos momentos tenemos ya alrededor de 20 marcas de origen chino con presencia en nuestro país y un número similar está todavía pendiente de desembarcar.

Pueden arrastrar una cadena de suministro clave como los componentes para baterías muy importante para la transformación del sector

Esta nueva realidad hace necesario un replanteamiento estratégico en cuanto a la posible localización de la producción de dichos fabricantes en Europa generando nuevas oportunidades tanto a nivel de reindustrialización como de apertura de nuevas fábricas y centros de I+D y desarrollo. Los fabricantes chinos disponen no solo de tecnología y diseño a precios razonables, sino que pueden arrastrar una cadena de suministro clave como los componentes para baterías muy importante para la transformación del sector.

Afortunadamente, la posibilidad de fabricación local en suelo europeo presenta una solución viable, así como una oportunidad para revitalizar nuestra industria. Esta política de relocalización en algunos casos también aplica a fabricantes europeos y americanos con intereses en el gigante asiático. Establecer instalaciones de producción dentro de Europa no solo mitiga los riesgos arancelarios, sino que también se alinea con los objetivos de sostenibilidad al reducir las emisiones de carbono asociadas con el transporte de vehículos.

Para Catalunya y España, este avance en ser los primeros en recibir a los nuevos inversores chinos representa una oportunidad para fortalecer el sector automotriz (segundo en importancia después del turismo) y asegurar una posición destacada en la revolución de los vehículos eléctricos. Fomentando la colaboración entre entidades locales y extranjeras, pueden aprovechar la experiencia y los recursos para impulsar la innovación y la competitividad.

Además, los efectos se extienden más allá del sector de las cuatro ruedas. Una industria próspera estimula servicios auxiliares, desde la investigación y el desarrollo hasta el desarrollo de infraestructura, mejorando el crecimiento económico general y la creación de empleo de calidad.

En resumen, la inminente llegada y desembarco de fabricantes de automóviles chinos marca un nuevo capítulo en el panorama automotriz europeo. Aceptar este cambio, catalizado por la necesidad de electrificación, ofrece a Catalunya y España la oportunidad de reafirmar su posicionamiento internacional como actores clave y pioneros del cambio en la industria automotriz global.

Sin duda, el marco de los fondos europeos Next Generation y la dotación de los programas PERTE VEC para el impulso de la movilidad eléctrica y sostenible ofrece también una palanca imprescindible para la atracción de este tipo de inversiones que hay que saber aprovechar.

A través de alianzas estratégicas e inversiones conjuntas como la planteada por EV Motors y Chery en Catalunya, los nuevos fabricantes asiáticos pueden navegar por las incertidumbres arancelarias y capitalizar las oportunidades presentadas por la revolución de los vehículos eléctricos, allanando el camino hacia un futuro más próspero y sostenible.