Desearía como humilde escribiente algo más de originalidad y variedad que abriera nuevos horizontes y discursos frescos sobre el devenir de los mercados esta semana. Sin embargo, hay que volver a la rutina de los tipos de interés, máxime cuando el Banco Central Europeo (BCE) toma este jueves decisiones tras el agosto vacacional y el miércoles 20 hará lo propio la Reserva Federal estadounidense.

La confusión que reina entre los actores del mercado se ha reflejado esta semana en nuevas caídas –no demasiado abultadas- pero que tienen una segunda lectura inquietante. Estos recortes se centran, sobre todo, en valores de mediana y pequeña capitalización, en el tejido industrial más expuesto al devenir de la economía, lejos de las prebendas de los grandes grupos más o menos monopolísticos o protegidos por un sistema tarifario rígido. Los grandes valores aguantan mejor los envites y el dinero vuelve a entrar, pero los pequeños encadenan sesiones de pérdidas donde en el mejor de las cosas se suavizan tras una sesión anterior de bajadas intensas.

Pues bien, vuelve a la palestra el concepto de recesión aplicado a la economía europea, mientras la estadounidense sigue dando muestras de fortaleza en crecimiento y empleo (pese a unas ligeras correcciones). ¿Cómo va a subir el BCE los tipos este jueves si estamos en un escenario cercano a la recesión, aunque la inflación siga muy por encima de los objetivos? Del mismo modo, ¿cómo va a mantener los tipos de interés la Reserva Federal cuando su economía sigue dando señas de fortaleza y tampoco la inflación se corrige hacia el nivel del 2% deseado? Pues estas preguntas son las que tienen maniatados en los inversores que apenas se atreven a tocar los bonos, mientras deslizan realizaciones de beneficios en las acciones, tras siete meses de acumulación de las mismas (descontamos agosto). Y en el caso de Europa el pesimismo económico se acrecienta con la debilidad de China que es un mercado más decisivo para el Viejo Continente que para Estados Unidos. Firmas de lujo y automovilísticas ya van recogiendo ese sentimiento negativo sobre el gigante asiático.

Hans-Jörg Naumer, director global de mercado de capitales y análisis temático de Allianz Global destaca también en la agenda de la semana el índice ZEW de expectativas empresariales de la zona euro (que se publicará el martes) y los precios al consumo estadounidenses (que se publicarán el miércoles) atraerán probablemente gran parte de la atención. Con toda probabilidad, las subidas del precio del petróleo de las últimas semanas han impulsado al alza la inflación general de los precios de consumo en términos interanuales, mientras que la inflación subyacente (también en términos interanuales) parece haber disminuido un poco.

Los datos estadounidenses que se publicarán el viernes presentarán un cuadro desigual: El índice manufacturero Empire State será probablemente menos negativo, mientras que la producción industrial aumentará lentamente en términos intermensuales y el índice de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan registrará probablemente una ligera subida.

Sin embargo, la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE), que se celebrará el jueves, será probablemente el acontecimiento más importante de la semana. El organismo ha pasado de adoptar un enfoque de previsión a otro que depende de los datos, lo que significa que su política se basará en los últimos datos económicos y de precios. No es, en absoluto, una tarea fácil. Los datos económicos sugieren que el BCE debería adoptar una postura prudente; al fin y al cabo, el crecimiento de la zona euro está por debajo de las previsiones de los expertos del BCE. Al mismo tiempo, la inflación se está ralentizando, pero no lo suficiente como para que se quede de brazos cruzados. No obstante, el consenso de mercado recogido en Bloomberg ya anticipa que los tipos oficiales se mantendrán sin cambios. Si bien una subida de tipos sería alentadora, sobre todo por razones de credibilidad, cabría esperar que resultara negativa para los mercados.

Sin embargo, Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa espera que el BCE suba los tres tipos de interés oficiales en 25 puntos básicos la próxima semana. “La decisión está aún muy reñida, pero creemos que, en general, las últimas noticias apoyan una subida”. Y añade: “creemos que habrá suficiente apoyo para este alza de tipos teniendo en cuenta lo siguiente”:

1) unas perspectivas de crecimiento más débiles (pero sin recesión)

2) una inflación casi (o totalmente) convergente con el objetivo al final del periodo de previsión, pero una inflación más fuerte a corto plazo

3) pequeños repuntes de las expectativas de inflación y de los costes laborales unitarios

4) ausencia de indicios claros de un máximo en la inflación subyacente.

Argumentos convincentes que otros expertos, sin embargo, desmontan con una visión más pesimista del futuro económico de la eurozona. El jueves saldremos de dudas, aunque las mil interpretaciones de cualquier decisión que tome el BCE nos harán caer en otras tantas incógnitas.