El título de este artículo no es casual. Es el nombre de nuestra candidatura. Es la síntesis de lo que somos y representamos: un grupo de catalanes que quiere postularse como la mejor opción para defender los intereses de los empresarios y empresarias, desde una institución clave para hacer más fuerte e independiente económicamente a nuestro país. Concretamente, en la institución empresarial que tiene más historia y que puede tener más representatividad en la economía catalana desde el ámbito privado.

¿Qué queremos? Que sea lo más plural, más poliédrica, más transversal, más útil y más significativa posible. El tejido asociativo siempre ha sido un signo distintivo y diferencial de Catalunya. La Cambra no puede representar visiones histriónicas, pero tampoco algunas que podrían ser tildadas de carcas o que solamente representan a colectivos muy concretos y singulares. Debe representar a la mayoría de los empresarios desde su fuerza colectiva para ser el espejo de la sociedad civil catalana que quiere vertebrar el país. Por lo tanto, le corresponde ser un organismo que lidere y empodere el comercio y la industria para hacer de Catalunya un país más próspero y competitivo. ¿Adscripciones políticas? Las justas, las necesarias, para poder ser siempre un organismo crítico con las administraciones cuando haga falta; pero ayudándolas a impulsar los principales retos económicos y de infraestructuras. La Cambra no debe tener ni políticos ni consignas políticas que la gobiernen. Hay que poner el foco en las temáticas que preocupan a los autónomos y a los empresarios, aprovechando la capacidad de interlocución con la administración. Todos constatamos que en la última legislatura, la institución ha perdido parte de la visión estratégica y de representatividad. Recuperar la esencia de la institución es nuestro principal objetivo, para poder defender los intereses del mundo empresarial, para tener un país más sólido económicamente. Sin las infraestructuras mínimas y una buena financiación, no lograremos que Catalunya sea competitiva, como necesitan las empresas y la sociedad.

La Cambra representa a más de 400.000 empresas diversas, diferentes y únicas, por lo tanto, queremos que el pleno que salga como representante no sea excluyente, sino inclusivo. Y eso solo se consigue haciendo partícipes a todas las tipologías de socios que forman parte de ella: desde los autónomos y emprendedores, hasta las pequeñas y medianas empresas, sin dejar de lado a las grandes corporaciones que siempre han formado parte de la institución. Pero coordinándonos con los gremios, los colegios profesionales, las asociaciones empresariales y las patronales. Trabajando en red mancomunadamente con todos los sectores de actividad para tener en cuenta a todos los distintos implicados. La Cambra debe ser la casa grande del empresariado, la que vele por tener un país sólido, económica y estructuralmente. Menos consignas y más hechos que consoliden una clara apuesta por la economía de Catalunya.

Sumar desde la unidad de los empresarios no se puede lograr desde una posición radicalizada, hay que constituir un amplio consenso que aúne todas las voluntades y visiones. Nadie debe quedar fuera. Queremos reforzar la esencia democrática de la institución desde su capacidad de representación de un gran número de sectores y partes del territorio. Barcelona es capital, pero el Barcelonès es más que Barcelona, es el Baix Llobregat, el Garraf, el Anoia, el Alt Penedès, el Barcelonès Nord, el Maresme, Osona, el Berguedà y el Vallès Oriental. Cada delegación debe representar su singularidad empresarial de forma propia.

Tenemos la voluntad de recuperar el prestigio, la relevancia y la influencia de la Cambra en el día a día, pero también en los grandes temas del país. ¿Hoy en día representa esto? Tenemos serias dudas. Se ha erosionado su patrimonio y su credibilidad institucional. Debe volver a ser una institución escuchada y respetada por todo el mundo. Que participe en todos y cada uno de los debates públicos mediante una actitud propositiva, no radicalizada. Que esté representada en Barcelona, en Catalunya, en Madrid y en Europa para obtener réditos económicos y prestigio de país. No estar, es no decidir, es no contar, es no cosechar los resultados. Debemos convertirnos en un interlocutor creíble y privilegiado de las administraciones.

La Cambra debe poner el foco en convertirse en un elemento clave en una sociedad justa y moderna para ayudar a fomentar la competitividad, gracias a ser una herramienta de redistribución y equidad orientada a ayudar y colaborar con las pequeñas y medianas empresas. Si logramos gestionar la Cambra, reorganizaremos una institución que debe ser la piedra angular de la fuerza empresarial del país.

Las candidatas y los candidatos que forman la candidatura de Va d'Empresa son mayoritariamente empresas designadas por sus gremios (automoción, comercio, restauración, artes gráficas y talleres), por sus colegios profesionales (apis, agentes comerciales) y sus asociaciones empresariales (transporte de mercancías, centros educativos, establecimientos sanitarios, farmacéuticos), y también autónomos que están federados en entidades profesionales (taxistas y peluquerías). Finalmente, también contamos con empresas referentes en sus sectores: FicosaAmetllerColonialCepex (del grupo Fluidra), Comsa y Focus. Esta pluralidad nos hace fuertes, nos hace representativos de Catalunya.

Tenemos una única motivación, queremos hacer un país más fuerte e independiente en el ámbito empresarial. La Cambra es mucho más que una empresa, pero se debe gestionar como la mejor de las empresas. Haremos empresa desde los órganos de gobierno de la Cambra, que es la mejor forma de contribuir a un futuro próspero para nuestra sociedad que tienen los empresarios.