La relación entre Barcelona, Catalunya y el Mediterráneo tuvo una época de gran plenitud a finales del siglo XIII y principios del XIV. Se crearon diversas rutas comerciales y numerosos Consolats de Catalans en varias ciudades del Mare Nostrum. El Mediterráneo acababa de descubrir a unos emprendedores comerciantes, que nunca dejaron de recorrer sus orillas. Hoy se abren caminos para el futuro y hay que emprender este viaje de vuelta al mar para ejercer de puente en un proceso de unión.

Barcelona ocupa una posición estratégica. La ciudad es una plataforma y un centro decisivo en el Mediterráneo. Es la sede de la Unión por el Mediterráneo, de Ascame y otras organizaciones regionales e internacionales, así como la sede de algunas grandes multinacionales. 

La carta de presentación de Barcelona no podría ser mejor. Dispone en un reducido espacio de un gran puerto, de un gran aeropuerto internacional y de una Zona Franca que la dota de una oportunidad única para ser más competitiva. También dispone de infraestructuras, de una gran oferta hotelera y de servicios, que son herramientas útiles para seguir impulsando una coherente política de promoción internacional capaz de desarrollar una oferta de servicios a instituciones y empresas que sea a la vez cuantitativa y de calidad.

Barcelona es el primer centro logístico del Mediterráneo y representa una alternativa: un híbrido que reduce la tensión entre la integración global y la capacidad de respuesta local. Organizaciones internacionales y regionales como empresas multinacionales pueden seleccionar la ciudad como su sede, plataforma o como base natural para cubrir o expandir su expansión en mercados vecinos como punto focal para toda la región mediterránea, o la región EMEA: Europa, Oriente Medio y África.

Barcelona es la cuarta ciudad más atractiva para las start-ups en el top 10 Europeo y la primera en el Mediterráneo

Barcelona es la cuarta ciudad más atractiva para las start-ups en el top 10 Europeo y la primera en el Mediterráneo. La ciudad ha creado distritos de innovación útiles para la promoción internacional, y puede desarrollar una oferta que sea a la vez cuantitativa y de calidad. Pero debe consolidar y rentabilizar su marca y reputación y facilitar la atracción de inversión, llegada y retención de talento, empresas, centros académicos e instituciones internacionales, para beneficiar a la ciudad y a sus ciudadanos.

La capital catalana es una de las ciudades líderes en la organización de ferias y congresos a nivel internacional; son una plataforma indiscutible de intercambios y reuniones al servicio de la diplomacia y la economía. Esta industria genera beneficios directos reconocidos, como el turismo de negocios o el impulso de proyectos locales, que se convierten en facilitadores del desarrollo urbano con nuevas empresas, empleos, y dinamizan otros sectores, aportando identidad, visibilidad y reputación a Barcelona.

Barcelona es una ciudad atractiva y diferente. Varias condiciones y procesos forman su identidad tales como: la calidad del entorno urbano, el desempeño de la economía local, la satisfacción de los residentes, la identificación de la comunidad y el sentido de cohesión. Estos factores, en conjunto, están fuertemente relacionados con la sostenibilidad del éxito y la prosperidad de la ciudad. El diseño del espacio público, la infraestructura verde, los servicios públicos, la accesibilidad y la movilidad son variables importantes de identidad e imagen de la ciudad.

Barcelona y su área metropolitana son una zona que por su dimensión internacional y la presencia de un tejido empresarial dinámico y potente, dominado por pymes y empresas innovadoras, favorece una estructura de apoyo a las exportaciones locales y a la inversión internacional.

La capital catalana debe encontrar su propio espacio, hacer frente a nuevos retos y encontrar nuevas vías de crecimiento económico

En el mundo en que vivimos, entre la globalización y la regionalización, la ciudad debe encontrar su propio espacio, hacer frente a nuevos retos y encontrar nuevas vías de crecimiento económico. Es un buen momento para que Barcelona, a pesar de algunos contratiempos, consolide el rol como ciudad global, plataforma de enlace del Mediterráneo, el mar de los tres continentes, para las empresas y las instituciones internacionales que puedan seleccionar la ciudad como sede, como base para cubrir o ampliar su expansión en mercados vecinos o como centro de enlace para toda la región EMEA y como catalizador indispensable de proyectos y eventos frente a los organismos internacionales.

Barcelona referencia Mediterránea vinculada a Europa y pendiente de África, podría convertirse en la ubicación mundial dedicada a encontrar soluciones para satisfacer las necesidades de gran alcance y a medida de inversores y empresas y su modelo puede ser una referencia para el intercambio, el diálogo y la integración.