Este noviembre el índice IBEX 35 de la bolsa española ha logrado batir los 10.000 puntos, nivel que no conocía desde marzo de 2020, cuando se produjo el crash por la paralizante pandemia del Covid-19. Y lo está haciendo con alegría en un movimiento que algunos definen como el adelanto del “rally de Navidad” en el conjunto de bolsas. El IBEX acumula en el año una ganancia del 22%, aunque a esta subida han contribuido de forma desigual los distintos sectores del mercado. Así, las mayores alzas se han producido en los bienes de consumo y en los bancos con rentabilidades que superan el 35%. Telecomunicaciones y construcción registran alzas del 20%, mientras que el peor comportamiento se ha registrado en el sector energético que solo ha ganado en el año el 2,25%.

Tras superar este nivel sicológico del indicador de las bolsas españolas, los expertos se muestran optimistas, aunque ven ya un recorrido más limitado para los próximos meses. Eso, junto a un escenario de tipos estables y a la baja, les empuja más a esperar un comportamiento mejor en los bonos para 2024 frente a las acciones. Los desafíos en el futuro pasan por la desaceleración de las economías, tipos de interés elevados durante más tiempo y mayores riesgos geopolíticos y de encarecimiento del petróleo.  

“El hecho de que el IBEX haya superado los 10.000 puntos supone exclusivamente alcanzar una de las barreras psicológica que tiene el mercado. Nada cambia con respecto a las jornadas anteriores, pero sí tiene la importancia de que este nivel refleja la buena evolución de la bolsa española apoyada por el sector financiero. Además, es la zona donde más se han revisado al alza los beneficios empresariales en Europa. Todo ello hace que las perspectivas sean buenas a lo que se une que es el mercado europeo con mejor rentabilidad por dividendo”, explica Mario Lafuente, socio de ATL Capital.

Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G, sin embargo, considera que las bolsas no están baratas y los índices muestran "una realidad más confusa de lo que suelen hacer". Este experto duda de que en 2024 y 2025 se logren incrementos del beneficio empresarial del 12% como ahora espera el mercado y considera demasiado complacientes las expectativas del consenso de analistas. A&G está fuera de la bolsa española, y aunque no prevé problemas en los bancos, ha estimado que "su momento dulce puede que haya quedado atrás". Fernández Elices hace una apuesta por la renta fija frente al mercado de acciones. En esta misma línea de favorecer la inversión en bonos se encuentra Joaquín García-Huerga, director de estrategia de BBVA Asset Management, aunque destaca que el momento para las bolsas también será bueno en los próximos meses. Eso sí, ve opciones al alza de hasta un 10% para los mercados europeos y de los países emergentes con unas valoraciones aceptables. Sin embargo, considera que en Estados Unidos las ganancias serán inferiores.

Javier Molina, analista senior de mercados para eToro apunta a que los 10.000 puntos del IBEX 35 puede resultar un “duro muro de granito complejo de superar sin referencias sólidas de apoyo”, explica desde un punto de vista técnico del índice.

Por otra parte, a punto de terminar la temporada de resultados, Stephen Auth gestor de la firma Federated Hermes afirma que esperan una subida de los mercados “a finales de año y durante 2024”. En su estrategia, indica que se inclinan por los valores value (valor) e infraponderan los valores growth (crecimiento), han aprovechado los recientes retrocesos para “aumentar la exposición a la renta variable”, mientras que han cambiado “a una posición neutral en efectivo durante las caídas de octubre”. “Creemos que la rentabilidad futura del mercado en general será probablemente de un solo dígito, lo que hace que la selección de valores sea más crítica para la rentabilidad de las acciones”, concluye.

Mejor sectores que índices

Un reciente informe del banco británico Barclays sobre previsiones para el próximo ejercicio ve las bolsas a corto plazo como una inversión “desafiante”. “Las perspectivas a corto plazo se ven empañadas por una elevada incertidumbre y valoraciones exigentes. Es mucho más probable que las oportunidades se materialicen a nivel de sector y de acciones que a nivel de índice. Para navegar mejor en este contexto incierto, los inversores deberán ser creativos y al mismo tiempo permanecer centrados en sus objetivos a largo plazo”, explican. 

Por último, Jaime Raga, estratega de UBS AM Iberia, apunta a un dato temporal que favorecerá las acciones. “Los dos últimos meses del año también suelen ser de los más positivos para la renta variable global. La rentabilidad media mensual del índice MSCI ACWI entre enero y octubre ha sido del 0,3% desde 1989 hasta 2022. En los meses de noviembre y diciembre, las acciones mundiales han registrado ganancias medias del 1,1% y el 1,8%, respectivamente, durante el mismo periodo”. Pero también aporta argumentos fundamentales más sólidos: “las estimaciones de beneficios por acción a doce meses siguen aumentando, aunque esperamos que el ritmo de mejora se ralentice a medida que se modere la actividad económica. La desaceleración del crecimiento contribuirá a consolidar la opinión de que el ciclo de endurecimiento de la Reserva Federal probablemente haya concluido. Históricamente, las acciones han tendido a subir durante unos meses una vez que el banco central estadounidense ha dejado de subir los tipos, independientemente de que se produzca un aterrizaje suave o duro”, explica.