Crisis energética, de suministros de las materias primas y, también desde hace meses, de medicamentos. Las incidencias en el abastecimiento de fármacos han aumentado en el 2022 un 150% con respecto al 2021, según el Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (Cismed). Así pues, el aumento del 2022 viene precedido por dos ejercicios en que las incidencias habían caído notablemente, un 50,1% y un 54,7%, después de los problemas del 2019.

El año prepandemia, la Agencia Española del Medicamento llegó a recibir 1.650 notificaciones y ahora reflota y vuelve la problemática más fuerte que nunca. Los más perjudicados son los medicamentos destinados a paliar enfermedades relacionadas con el sistema nervioso, que suponen el 20% del total, y para el cardiovascular, el 19%.

Precios, por debajo de la media europea

A partir de aquí, las explicaciones son diversas, una especie de tormenta perfecta marcada por la globalización, pero sobre todo por una crisis económica. Antoni Torres, presidente de la Associació de Farmàcies de Catalunya, (FEFAC)  sitúa un punto de inflexión: "Lo que nos está pasando emana de la crisis de Lehman Brothers el año 2008. Para intentar mantener la sostenibilidad y la solvencia de las empresas, que también sufrieron en el ámbito farmacéutico la crisis, se decidió bajar los precios de los medicamentos". Una tendencia marcada por el Gobierno que, junto con Grecia y Portugal sitúa las tasas de los medicamentos por debajo del resto de países europeos: "Hemos abaratado entre siete y diez veces los medicamentos, respecto de los otros estados miembros. No puede ser que un medicamento te cueste menod que un paquete de chicles," concluye Torres.

"Los medicamentos están altamente regulados"

En este sentido, la asociación de laboratorios innovadores que operan en Farmaindustria, también ve las cuestiones administrativas como una de las razones a esta crisis. "Estas afectan a los medicamentos por encima de otros productos de consumo. Existen porque los medicamentos están altamente regulados y cualquier modificación (solicitada o sobrevenida) en aspectos como la información del etiquetado y el prospecto, las condiciones de prescripción y dispensación, los lugares de producción y control, la composición del producto, los materiales de envasado... Necesitan autorización administrativa y, naturalmente, la comercialización se tiene que ajustar siempre a esta autorización", concluyen desde Farmaindustria.

Un ejemplo real de lo que explica es el de un laboratorio que conocía con tres meses de antelación que tendría un problema de suministro por un componente de su envase que duraría aproximadamente dos meses. Sin embargo, no podía solucionarlo porque si solicitaba autorización administrativa para modificar el envase, la luz verde llegaría previsiblemente hasta al cabo de seis meses, cuando el problema de origen ya estaría solucionado. Desde FarmaIndustria también recuerdan que los precios en España se revisan a la baja, como mínimo una vez al año.

La reacción de los laboratorios

Todo ello, ¿supone la rebaja de los precios farmacéuticos? Según Torres, hay consecuencias negativas. "Los laboratorios reaccionan a la bajada de precios, detrás de ellos no deja de haber inversores. Eso supone que si hay un problema en este laboratorio, la producción se resiente". Y la crisis de ahora también viene marcada por una derivada de esta política económica de La Moncloa. "Cada vez, los laboratorios están más agrupados en grandes corporaciones y tienen más poder para externalizar su producción, la llevan a China o India, donde se hacen el 80% de sus principios activos. Cuando estos también empiezan a encarecer sus precios, la industria europea percibe las consecuencias". En ellas, Torres defiende que si la legislación de otro país paga seis o siete veces más, y si el laboratorio se encuentra en la cruzada de tenere que escoger un mercado u otro mercado por una crisis de aprovisionamiento, mirará "allí donde son más rentables".

Exportaciones selectivas, según el mercado

En esta línea, hay un aspecto que también es compartido por FarmaIndustria, el comercio paralelo: el bajo precio de determinados medicamentos en nuestro país invita a los mayoristas a exportar selectivamente productos a otros países donde los precios son mayores. Eso es una práctica legal, pero que afecta a los mercados nacionales. Desde FarmaIndustria, argumentan que sus compañías notifican a la autoridad sanitaria qué volúmenes de medicamento ponen a disposición del mercado español, considerado para nuestras compañías asociadas como estratégico, pero las empresas posteriormente no pueden garantizar que este producto no salga de España. Con el fin de evitar un problema de salud pública generado por el comercio paralelo, el Aemps ha regulado la obligación de notificar los envíos intracomunitarios de determinados medicamentos. Pero es insuficiente.

Así pues, más allá de eso, también hay otros argumentos de los que tan solo son económicos, como los sociales. Efectivamente, los datos que publica el AEMPS reflejan un aumento de los problemas de suministro de determinados medicamentos en España, que no desabastecimiento. "El origen de este incremento es multifactorial y nuestras compañías tienen planes de contingencia para minimizar y prevenir problemas, que incluyen stocks de seguridad mayores que en otros momentos, precisamente por la multiplicidad de factores que están afectando al mercado global y, de manera especial, al europeo, explican desde Farmaindustria.

La covid y la estacionalidad

Y de otras derivadas de contexto específico como la estacionalidad o la covid. Por una parte, con la llegada de las bajas temperaturas y las olas de frío invernales, las últimas semanas se ha producido una multiplicación de la demanda de determinados medicamentos destinados a tratar infecciones respiratorias (básicamente antibióticos) y, en algunos casos, no ha sido suficiente con los stocks de seguridad de las compañías. Hay que recordar que este aumento de la demanda es estacional y no es fácil de predecir. De la otra, se pueden deber a la ausencia repentina o no de la comercialización motivada por una crisis sanitaria como la de la covid o por la inviabilidad de mantener la producción de un medicamento, por razones económicas derivadas del coste del fármaco.

Hace falta tener en cuenta que en España, con el sistema de precios de referencia, muchos medicamentos no pueden superar un determinado umbral de precio y eso coloca muchas presentaciones en niveles de producción insostenibles, lo cual hace que estos productos se tengan que importar de países con menores costes de producción, cosa que aumenta la dependencia del exterior e incrementa la probabilidad de experimentar problemas de suministro en el futuro.

¿Cuál es la solución?

A partir de aquí también hay situaciones cronificadas, tal como lamentan los farmacéuticos. Los recortes acaban afectando y ya derivan desde hace tiempo en los salarios profesionales y de sus inversiones. Eso ha provocado una carencia profesional en el ámbito de la enfermería y la farmacia por la baja retribución que no concuerda con el nivel de responsabilidad e implicación, y la no generación de nuevos profesionales: faltan y se les exigen más horas. Así pues, ¿hay una solución? No solo una, pero sí una de efecto inmediato, según Torres: "Copiar a Portugal y subir los precios de los medicamentos, de acuerdo con la media europea". Eso no tiene nada que ver con lo que la gente paga por el medicamento, puede ser del 30%, el 40% o nada, es una decisión social. Y se ha de diferenciar cuánto cuesta un medicamento, de cuánto se paga para este.