Los precios de las materias primas agrícolas se fijan mundialmente y a diario en los mercados de futuros y opciones donde se negocian estos productos (el azúcar, el café, el trigo, el maíz, el aceite de palma, la soja, el ganado, el zumo de naranja, etcétera), como si fuera petróleo, cobre u oro. Se trata de contratos en los que se establece un precio a un determinado plazo (tres meses, un año…) por el que comprador se compromete a pagar un precio ya pactado de antemano con el vendedor. Unos contratos, sobre todo las opciones, que permiten la inversión financiera apostando al movimiento del precio de estas materias primas. Así, cualquier persona puede apostar al alza o la caída de cualquier materia prima, bien directamente o a través de fondos de inversión especializados en estas llamadas materias primas blandas.

La referencia de estos precios mundiales marca los ingresos que finalmente tenga un agricultor con su trigo, cebada, aceite o carne de cerdo. La Unión Europea apostó desde sus inicios por preservar su sector agrícola y ganadero, bien estableciendo cuotas a la importación de estos productos o, mayormente, mediante ayudas a los agricultores que producían con precios más elevados que los existentes en los mercados internacionales. Buena parte de las tractoradas que se están viviendo en Europa se explican por la entrada de productos de otros países que producen más barato, mientras al agricultor y ganadero europeo se le exigen unas condiciones de calidad superiores, además de tener que asumir unos costes de producción más elevados, tanto por la mano de obra como por los impuestos que, por ejemplo, soportan los combustibles. 

El mayor mercado secundario de opciones y futuros sobre materias primas (Chicago Board of Trade) nació precisamente para la negociación de cereales: trigo, soja y maíz. Su ubicación en Chicago no era casual ya que las llanuras americanas se convirtieron en el siglo XIX en el más importante granero mundial. Actualmente, existen otros mercados como el Intercontinental Exchange o el Kansas Board of Trade.

Movimientos en los precios de las materias primas

Los mercados de materias primas agrícolas tienen un impacto significativo en el precio de los alimentos. Son varios los factores que afectan a sus precios. Así, están sometidos a la ley básica de la oferta y la demanda. Si la oferta de una materia prima agrícola es baja debido a condiciones climáticas adversas, plagas u otros factores, mientras que la demanda sigue siendo alta, los precios pueden aumentar. Por el contrario, un exceso de oferta puede llevar a una disminución de los precios. Los costos de producción de alimentos están directamente relacionados con los precios de las materias primas agrícolas. Si los agricultores enfrentan mayores costos para cultivar y cosechar debido a factores como el aumento en el precio de los fertilizantes, pesticidas o combustibles, es probable que trasladen estos costos adicionales a los consumidores a través de precios más altos.

También, las condiciones climáticas extremas, como sequías, inundaciones o heladas, pueden afectar negativamente la producción de cultivos y, por lo tanto, influir en los precios de las materias primas agrícolas. Esto puede generar escasez y aumentar los precios de los alimentos, así como eventos geopolíticos. Por último, los diferentes cultivos tienen distintos ciclos de crecimiento y están sujetos a diversas condiciones. Los precios de los alimentos pueden ser más sensibles a la variabilidad en los precios de ciertas materias primas agrícolas que son ingredientes clave en la producción de alimentos específicos.

Ahora bien, la relación entre los mercados de materias primas agrícolas y los precios de los alimentos es compleja. Además, factores como la cadena de suministro, la logística y las políticas gubernamentales o de regionales, como el caso de la Unión Europea, desempeñan un papel crucial en la fijación de los precios finales de los alimentos para los consumidores.

De la materia prima al alimento

El porcentaje del precio de la materia prima agrícola sobre el precio total de un alimento puede variar significativamente dependiendo del tipo de alimento, la cadena de suministro, la región geográfica y otros factores. No hay un porcentaje fijo que se aplique uniformemente a todos los alimentos. El costo de las materias primas agrícolas puede representar una parte significativa del precio final de los alimentos, especialmente en productos básicos y alimentos no procesados. Por ejemplo, en productos como el pan, la harina (derivada del trigo) puede constituir una parte considerable del costo total. En productos más procesados, como los alimentos envasados, el costo de las materias primas agrícolas puede ser menor en comparación con otros gastos, como el procesamiento, el envasado, la distribución y la comercialización.

En términos generales, se estima que el costo de las materias primas agrícolas puede representar alrededor del 20% al 30% del precio final de los alimentos en la cadena de suministro alimentaria. Sin embargo, esta cifra puede variar y no es aplicable de manera uniforme a todos los alimentos.

El precio final de los alimentos también se ve afectado por una variedad de factores adicionales, como los costos laborales, los costos de transporte, los márgenes de beneficio de los minoristas y la marca, entre otros.