La irrupción "amistosa" de Arabia Saudí en el capital de Telefónica ha puesto en alerta al mercado, al Gobierno de España y la propia compañía, cuyos máximos dirigentes viajaron este miércoles al país de Oriente Medio para reunirse con la cúpula de la empresa compradora, STC Group. Si bien la adquisición del 9,9% del capital de Telefónica por parte de la teleco saudí, controlada por el fondo soberano del país, es un movimiento que será examinado en los próximos meses antes de aprobarse definitivamente, refleja bien la situación de las empresas estratégicas españolas.

Esta es la última muestra de la apuesta de capital extranjero en este tipo de compañías relevantes para el país, desde el sector energético hasta la banca o la industria. Grandes firmas que, o cuentan con una posición importante de fondos de inversión y multinacionales o directamente, los tienen como sus máximos accionistas. Un caso reciente es el de la siderúrgica catalana Celsa, que pasará a manos de los fondos acreedores tras una sentencia judicial.

Aunque desde los últimos años hasta la actualidad buena parte del capital proviene de Oriente Medio (Qatar, Emiratos Árabes, Arabia Saudí), gigantes de la inversión como BlackRock o Norges Bank llevan moviéndose en el accionariado de la élite empresarial nacional. En cualquier caso, algunas de las compañías más conocidas están en manos extranjeras, proceso que arrancó en la década de los 90 con la liberalización de sectores que condujo a privatizaciones, fusiones e integraciones.

De las privatizaciones al control extranjero

El ejemplo más claro es el de la eléctrica Endesa, a la que el Ejecutivo de Felipe González sacó a Bolsa en 1988. Inicialmente, el Estado seguía siendo su mayor accionista y no fue hasta el gobierno de José María Aznar cuando se culminó su privatización, lanzando una Oferta Pública de Venta (OPV) diez años después de su debut en el parqué. 

En 2005, la catalana Gas Natural lanzó una Oferta Pública de Adquisición (OPA) para hacerse con Endesa, pero aquella operación derivó en un conflicto político. Desde Madrid se denunció el movimiento como un intento de Catalunya de hacerse con el control del gas español y finalmente la operación fue frustrada. Dos años después, la italiana Enel, propiedad del Gobierno italiano, entró en el accionariado de la energética junto con Acciona. 

En 2009 pasó a controlar la mayor parte de sus acciones. En la actualidad es dueña del 70% de su capital. En esa década se produjeron otras privatizaciones de como empresas estratégicas como la de Repsol con un proceso similar. Los mayores accionistas de la petrolera actualmente son el fondo estadounidense BlackRock (5,475%) y el fondo soberano de noruega, Norges Bank, con una participación del 5,031%. 

En el caso de Telefónica, primero fue nacionalizada cuando por entonces estaba participada principalmente por la estadounidense ITT. No sería hasta el año 1999 cuando se privatizó por completo, en paralelo al proceso de liberalización de las sector de las telecomunicaciones en España. Además de STC Group, BlackRock cuenta con la mayor participación (4,983%) por delante de los bancos CaixaBank (4,879%) y BBVA (4,839%). 

Contras con la situación de algunos de sus competidores en otros países, puesto que tanto Orange y Deutsche Telekom mantienen como primer accionista al Gobierno de Francia y al Gobierno de Alemania, respectivamente. No ocurre lo mismo con Vodafone. La teleco Emirates Telecommunications (Etisalat) entró en su accionariado el pasado año y ha ido elevando su control hasta rozar el 15%, aunque puede elevarse próximamente hasta el 25%. 

BlackRock hace caja con la banca

Asimismo, Iberdrola, una de las eléctricas más importantes del país y la segunda compañía del IBEX 35 con mayor capitalización de mercado, tampoco se libra del control extranjero. Su mayor accionista es el fondo Qatar Investment Authority (QIA) con un 8,694% del capital de la energética. En segunda y tercera posición se encuentran BlackRock (5,395%) y Norges Bank (3,116%).

La lista de compañías estratégicas del país que ya no cuentan con la presencia del Estado también la integra una aerolínea, Iberia. De igual modo que ocurrió con las firmas antes mencionadas, Iberia fue otra de las empresas públicas privatizadas en los 90. Por aquel entonces fue adquirida por el grupo British Airways y otras emblemáticas firmas españolas como El Corte Inglés, BBVA, Caja Madrid o Logista. Actualmente, pertenece al holding IAG, integrado por British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level. No obstante, cabe destacar que el grupo aéreo está participado en más de un 25% por Qatar Airways, aerolínea propiedad del Gobierno de Qatar. 

Por su parte, la situación de la banca española no dista mucho de la del sector energético, las telecomunicaciones o las aerolíneas. De este modo, el accionariado de grandes entidades como Santander y BBVA cuenta con nombres conocidos. BlackRock (5,4%) es accionista de referencia tanto en el banco de Ana Patricia Botín como en el que preside Carlos Torres Vila (5,9%), donde también Norges Bank ostenta una posición importante (3%).

De este modo, la gestora de fondos estadounidense, la mayor del mundo, se ha convertido en el máximo accionista de ambos bancos con lo que ello supone. Una posición que le está saliendo especialmente rentable en el último año, puesto que la banca ha registrado beneficios récord al calor de las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) en su estrategia para frenar la inflación.