El 'banco malo' Sareb, con participación mayoritaria del estado y que se ocupa de dar salida a los activos tóxicos procedentes del rescate a los bancos, ha recuperado el control de los edificios desalojados este jueves por la mañana en la Bonanova de Barcelona, El Kubo y La Ruïna, después de la actuación policial de los Mossos d'Esquadra de esta mañana.

El edificio del Kubo será convertido en una gran zona verde tal y como contempla el Plan General Urbano del Ayuntamiento de Barcelona, mientras que 'La Ruïna', que pertenece a Sareb y a dos propietarios más, se pondrá a la venta y podrá ser rehabilitada, aunque no puede crecer en metros de edificación. 

La Sareb ha expresado que "agradece" el trabajo de los agentes policiales para desalojar y ha deseado una "pronta recuperación" al agente que ha resultado herido leve durante el desalojo, así como ha dicho que "lamenta" las molestias que han sufrido los vecinos por la ocupación. En cuanto ha acabado la operación policial, Sareb ha accedido a los edificios con tal de desplegar un dispositivo de seguridad para ocupar nuevas ocupaciones. 

Un banco de activos tóxicos

Sareb fue creada en el año 2012 para dar salida a miles de activos tóxicos, muchos de ellos edificios y viviendas pero también deuda, que los bancos que había rescatado el estado se quedaron. "No somos un banco, somos la compañía que absorbió los activos deteriorados de aquellas entidades", suelen alegar desde esta empresa mitad pública mitad privada que el año pasado pasó a estar controlada por el Estado al adquirir el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) un 4% más de su capital y alcanzar el 50,14%.

Desde entonces, el Gobierno de Pedro Sánchez viene anunciando el uso de sus viviendas para alquiler social o asequible y prometió en abril poner a la disposición de las comunidades 21.000 pisos para cubrir parte del déficit del parque público y social de vivienda. No es el caso de estos dos edificios de la Bonanova, que responden a otros usos. 

Los edificios estaban ocupados ilegalmente y han sido desalojados después de 6 horas de un gran despliegue policial que se ha saldado con enfrentamientos, lanzamiento de objetos a la policía y un total de 7 detenidos. Los okupas han lanzado líquido inflamable, sacos de ruina, petardos, botes de humo, botellas y otros objetos. El Kubo llevaba ocupado desde 2016 y La Ruïna, desde 2019.