La compañía Sanmy, la embotelladora de refrescos más antigua de España y una de las pocas que quedan en Catalunya, no ha dejado nunca de conjugar tradición con modernidad. A lo largo de sus 130 años de historia, la innovación ha dejado huella en la empresa que gerenta la familia Puértolas para elaborar y distribuir refrescos a España y Europa, ya sea con fabricación de marcas propias, marcas para la gran distribución o series cortas para firmas nacionales e internacionales.
Este año no será una excepción. La fábrica de Terrassa ha trabajado intensamente en su producto estrella: el sifón Geiser, donde se encuentra el origen de la compañía, en 1895, que este año sirve en lata. El sifón se elabora siguiendo la receta centenaria de la bebida transparente e incolora, con anhídrido carbónico y bicarbonato sódico. La investigación constante les ha permitido hacer el lanzamiento del primer sifón Geiser en lata, explica Pilar Puértolas, consejera delegada del grupo, y representante de la cuarta generación familiar. "Els Puértolas, dice, nunca hemos dejado de ser fabricantes de refrescos", una tarea que iniciaron con la gaseosa y el sifón. Las gaseosas Sanmy, Geiser, La Perla, Gran Vía (en Madrid), Azqueta (Euskadi) o La Familiar son marcas del grupo que, además, destina un 25% de la producción a fabricar gaseosas, sifón y refrescos para las marcas de la gran distribución.
Actualmente, su cartera de productos la forman más de 300 referencias de refrescos de todos los sabores y producen más de 27 millones de litros el año, un 25% de los cuales para las marcas de la gran distribución, principalmente gaseosa. "El secreto ha sido mantener la calidad y la competitividad, con las inversiones en innovación y maquinaria que ha hecho falta", para poder ser, por ejemplo, la primera empresa europea a lanzar un sifón de PET reciclable sin retorno para supermercados. Pero también la flexibilidad, "porque somos la única embotelladora de España que puede hacer series cortas; por lo tanto, los clientes nos pueden pedir el volumen que quieran, a partir de 35.000 unidades". En los últimos tres años las inversiones acumuladas en la mejora de procesos suman 6 millones de euros.
De esta manera, abastecen en empresas con productos muy específicos, como las nuevas bebidas isotónicas o funcionales, o lanzamientos de moda... "Estamos especializados en cubrir nichos de mercado y a bebidas con más ingredientes naturales, porque las líneas de producción se adaptan". Este año han iniciado la distribución de las bebidas multifrutas de Surprise Drinks, que es una botella que incorpora una cápsula para esconder un pequeño juguete; el sistema se llama Drink&Play.
En el caso de las bebidas isotónicas o funcionales y las energéticas, también "hay mucho mercado; cada vez más", explica Puértolas. En un caso, es una forma divertida de hidratarse, porque en el fondo la bebida contiene un 90% de agua, y tiene mucha salida entre los deportistas; en el otro caso, las vitaminadas están de moda entre los gamers".
Fomentar la exportación
¿Entonces, por qué no hacerlo con marca propia? De aquí que otra de las novedades de 2025 será la gama Mare Nostrum, una bebida isotónica que sale al mercado con siete sabores diferentes. Puértolas comenta que, desde hace 10 años, las estanterías de los supermercados se han diversificado mucho y con ellos, la misma Sanmy. Eso también ha comportado ir a envases más pequeños y, para Sanmy, ha sido una oportunidad para intensificar la exportación.
"Con envases más pequeños y la lata, nuestros productos pueden viajar mejor". Por lo tanto, llegan a mercados como Portugal, Italia, Bélgica, Inglaterra... En la exportación se destina un 5% de la producción. El objetivo es llegar a un 25% de ventas en el exterior, en tres años, sobre todo con productos como las tónicas Mare Nostrum, Kombeauty -una gama de tres kombucha- o las aguas vitaminadas Ocean52... Un puntal para llegar a este objetivo será Nacho Sancho, el hijo de Pilar, que acompaña al equipo del departamento de exportación y que -como ingeniero en telecomunicaciones- se está esforzando en la digitalización de la compañía, tanto en procesos como en gestión.
"En una empresa familiar todo el mundo lleva más de un sombrero", afirma risa Pilar Puértolas, cuando explica que están haciendo -por fases- una auditoría de digitalización de todos los departamentos de la compañía, con un claro objetivo: mejorar la sostenibilidad y la economía circular y la competitividad para, en definitiva, aumentar la productividad.
Dos ramas familiares
Así se diseña el futuro de Sanmy. La empresa se gestó en 1895, con el bisabuelo de Pilar, Santiago Puértolas y su hermano Francisco vinieron desde Huesca a hacer al servicio militar en Barcelona y se casaron con dos catalanas. Cuando se establecieron en Barcelona trabajaban en la fábrica de gaseosas de la calle Aribau que, cuando tuvo que cerrar al propietario que no tenía descendientes, la compraron por 10.000 pesetas. A partir de aquí, se separaron y Santiago Puértolas se estableció en Badalona y fabricó allí durante cien años.
Por su parte, Francisco Puértolas se estableció en la avenida de Roma de Barcelona, donde ahora está el reloj-sifón -en el número 105-, y empezó a fabricar el sifón Geiser. Con los años, con los 50 y 60, con el boom del turismo, la gaseosa y el sifón pasaron a un segundo estadio y se lanzaron limonadas, naranjadas y la cola. "Mi bisabuelo ya había cogido la producción de la Coca-Cola porque era uno de los 8 fabricantes que en Catalunya envasaban la Coca-Cola ya antes de la Guerra Civil, que venía de Atlanta", explica Puértolas. "Pero aquella bebida, que le decían 'la gaseosa negra' era demasiado avance en el tiempo y no cuajó y mi bisabuelo, cuando después de la colectivización por la guerra reanudó la actividad no continuó con la concesión"; así perdieron 'la gaseosa negra'.
La familia Puértolas se autorreconoce el mérito de subsistir en un sector que se ha concentrado muchísimo. Se tiene que pensar que en los años 50 en España había registrados más de 5.000 fabricantes de gaseosa, "eso quiere decir que en muchos pueblos había un fabricante y en las ciudades como Barcelona en muchas barriadas", recuerda a Pilar Puértolas. Esta realidad fue cambiando. De hecho, en los años 80 ya solo unas 300 fábricas y actualmente "somos entre 10 y 15 en España, somos los que hemos quedado". Estas son empresas familiares pequeñas, y la mayor parte están concentradas en Galicia. En Catalunya quedamos un par de empresas familiares de refrescos y una que produce sifón de vidrio; entonces ya hay Pepsico y Coca-Cola.
"Los fabricantes de bebidas refrescantes antiguamente eran distribuidores de bebidas y fabricantes, pero con el tiempo dejaron de fabricar porque se tenía que cumplir con muchos requisitos de sistemas de producción, certificación y sanitarios", por eso se fue dejando. Fue entonces cuando el padre de Pilar Puértolas, llegó a un acuerdo con otros fabricantes para producir sus marcas. Así, "hacemos más de 25 marcas de gaseosa".
En los años 60, en Badalona, la segunda generación con dos hermanos, Santiago y Miguel, juegan con sus nombres a la hora de registrar una marca: Sanmy. En esta época, la compañía se introduce al embotellado de gaseosas para marcas de terceros.
Con la crisis de los 80, la rama de Francisco Puértolas cerró la fábrica de Barcelona y se trasladó a producir a la planta de Badalona, porque el padre de Pilar Puértolas compró el fondo de negocio de la marca Geiser. De hecho, se volvió a unificar las dos ramas, y por eso se ha mantenido la familiar Puértolas.
Después del centenario, celebrado en Badalona, la empresa se trasladó en Terrassa, en 1992, en la fábrica que era de una antigua franquicia de La Casera, que gestionaban 12 fabricantes unidos.