El consejo de administración de Banco Sabadell, presidido por Josep Oliu y dirigido por César González-Bueno, se reúne este lunes para analizar la oferta de fusión presentada el pasado martes por BBVA cerca de las 14:00 horas. La entidad catalana puede aceptarla, rechazarla o incluso renegociarla, y además, no dispone de tiempo legal para hacerlo, de hecho no se ha pronunciado públicamente en la última semana. Aunque, la urgencia con la que se dirigió Carlos Torres en su carta ha removido el mercado, que no descarta una opa hostil si no hay un acuerdo amistoso.

Y es que, en la carta de BBVA a Sabadell se pedía una respuesta “a la mayor brevedad posible” e incluso la entidad advertía que estaba preparada "para avanzar de inmediato” con la operación. Unas frases que en el sector financiero se han visto como una amenaza.

El banco vasco, el tercero del país por activos, propone exactamente comprar al cuarto mediante el canje de una acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones de Banco Sabadell, lo que supone una prima del 30% respecto al valor bursátil de cierre del pasado 29 de abril, si bien la oferta se presentó el día 30.

Además del precio, BBVA propone que el banco resultante de esta fusión tenga dos sedes operativas, 'La Vela' (que es la actual de BBVA y se ubica en Madrid), y Sant Cugat del Vallès, que es el centro de mando de Sabadell en Catalunya. Asimismo, Carlos Torres ofrece a Josep Oliu tres sillones en el consejo de administración de BBVA, elegidos de común acuerdo entre ambas partes. Y que uno de ellos sea una vicepresidencia.

En cuanto a la marca, BBVA priorizará la suya aunque cree que se podría mantener el nombre de Sabadell "de manera conjunta con la marca BBVA" en aquellas regiones o negocios en las que pueda tener un interés comercial relevante. Se tratan de materias complicadas porque absorber Sabadell o fulminar su marca significaría extinguir un banco con 140 años de historia y con mucha relevancia en Catalunya.

Además, la fusión podría desencadenar en un gran Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de entorno a 4.000 personas (ya que BBVA ha anunciado unos gastos de reestructuración de casi 1.500 millones) lo que levantaría de nuevo quejas y protestas entre las plantillas, bastante inquietas ya desde que se conoció la operación. 

Además, ya hubo un primer intento de negociar una fusión en noviembre de 2020, que se canceló solo 11 días después de anunciarse por desajustes en precio. En ese momento la situación de Sabadell era muy distinta a la de ahora.

De hecho, BBVA ha vuelto a intentar comprar al banco precisamente cuando Sabadell está alcanzando unos niveles de beneficios y rentabilidad, récord, lo que le permite negociar de otra manera. Se esperan conocer más noticias a lo largo del día.