El fabricante británico de motores para la industria aeroespacial Rolls-Royce planea la supresión de entre 2.000 y 2.500 puestos de trabajo en todo el mundo, lo que supondrá la reducción de entre el 4,7% y el 6% de su actual plantilla, formada por 42.000 trabajadores. El objetivo de la multinacional es implementar una organización "más sencilla" que permitirá eliminar duplicidades y generará eficiencias de costes. 

La compañía, con sede en Derby (en el norte de Inglaterra), resultó muy afectada por la pandemia del coronavirus después de que las aerolíneas se vieran obligadas a suspender vuelos. En este sentido, Rolls-Royce ha defendido que esta nueva estructura "creará un negocio más ágil" y "competitivo" que ayudará a Rolls-Royce a desarrollar capacidades mejoradas en áreas clave como adquisiciones y gestión de la cadena de suministro, "garantizando que sean tan sólidas como la excelencia técnica y de ingeniería de la empresa". 

Plan de reestructuración en Rolls-Royce

Dentro del plan de reestructuración, el área de Engineering Technology & Safety se unirá como un solo equipo en todo el grupo, responsable de la seguridad del producto, los estándares de ingeniería y los procesos, bajo la dirección de Simon Burr, actualmente director de desarrollo de productos y tecnología de Civil Aerospace, quien se unirá al equipo ejecutivo con efecto inmediato, mientras que Grazia Vittadini, directora de tecnología, dejará la empresa en abril del año que viene. 

Asimismo, las propuestas incluyen la creación de una nueva organización de gestión de proveedores y adquisiciones en toda la empresa para respaldar la consolidación del gasto del grupo, aprovechar la escala y desarrollar estándares consistentes.

De su lado, funciones como Finanzas, Asesoría General y Personal, también se reunirán en Rolls-Royce, estandarizando la actividad y "ofrecer apoyo compartido para capturar sinergias y economías de escala con el objetivo de lograr una mayor efectividad". De este modo, además de generar ahorros, un mayor enfoque en estas áreas clave conducirá a mejoras en el servicio al cliente, reduciendo los retrasos en la cadena de suministro, ha explicado la empresa.

"El rendimiento de la empresa era insostenible"

Esta es la primera gran medida que ha tomado el nuevo consejero delegado del fabricante, Tufan Erginbilgic, quien al asumir en enero el cargo comunicó al personal que el rendimiento de Rolls-Royce era "insostenible". "Estamos construyendo una Rolls-Royce preparada para el futuro. Eso significa una organización más racionalizada y eficiente que cumpla con nuestros clientes, socios y accionistas", ha apuntado Erginbilgic.

"Nuestro negocio está repleto de gente comprometida y talentosa y creo que estos cambios nos permitirán desarrollar una mayor capacidad en áreas que son clave para nuestro éxito a largo plazo". "Este es otro paso en nuestro viaje de transformación de varios años para construir una Rolls-Royce de alto rendimiento, competitiva, resiliente y en crecimiento", ha puntualizado.