La empresa catalana de cemento Molins ha anunciat aquest divendres la compra de la portuguesa Secil per uns 1.400 milions d'euros. Es tracta d'una empresa amb seu a Lisboa i amb presència a vuit mercats diferents.
Molins ha llegado a un acuerdo con el grupo inversor Semapa - Sociedade de investimento e Gestão, SGPS, S.A.- para comprar el 100% de Secil Companhia Geral de Cal e Cimento, S.A. Con la compra, Molins espera profundizar en su "crecimiento rentable y sostenible", reforzar su presencia en Europa y completar la llegada a Brasil, único mercado latinoamericano donde Molins aún no estaba presente.
Secil facturó 740 millones el último año y tiene 2.900 trabajadores, con una capacidad anual de producción de cemento de unos 10 millones de toneladas. Produce hormigón, áridos, soluciones constructivas y productos de economía circular. Molins espera que contribuya de manera inmediata a los resultados del grupo desde el primer año, que teniendo en cuenta las aprobaciones regulatorias será el próximo 2026. La compra se hará combinando la caja disponible de Molins con fondos procedentes de un crédito sindicado y una emisión de bonos. Para cerrarla, JP Morgan y KPMG han asesorado financieramente a Molins, mientras que Uría Menéndez ha sido el asesor legal. Deloitte ha operado como asesor en los procesos de due diligence financiera, fiscal, legal y laboral.
La operación debe sumar también en cuanto a la descarbonización y la sostenibilidad, ya que permitirá sumar los conocimientos técnicos de ambas compañías.
"Este acuerdo es un hito clave en la estrategia de Molins. Secil aporta una sólida presencia internacional y una fuerte cultura arraigada a su legado industrial familiar"; ha dicho Marcos Cela, CEO de Molins. "La combinación de nuestras fortalezas nos permitirá crecer con un perfil más diversificado y resiliente, al mismo tiempo que reforzamos nuestro compromiso con la sostenibilidad", ha añadido. El CEO de Semapa, Ricardo Pires, ha afirmado que Secil se integra a "un grupo cementero relevante, con presencia global y también propiedad de una familia con visión a largo plazo". Sumados, ha dicho Pires, mejoran la capacidad de invertir, innovar y acelerar estrategia.
El año pasado, Molins facturó 1.365 euros y cerró el año con 184 de beneficio, un 22% más que el año anterior. Tiene una facturación, por tanto, un poco menor al doble que su adquisición portuguesa. En cuanto al tercer trimestre del año, ganó 141 millones en los primeros nueve meses, hasta septiembre de este año, beneficios un 8% menores al año pasado. La facturación en los primeros 9 meses ha llegado a los 1.004 millones, un 2% menos que en el mismo periodo del año pasado, sobre todo por la devaluación del peso mexicano y del argentino. La compra se cierra en un momento marcado por el cambio de consejero delegado de finales del año pasado, concretado en junio, con Marcos Cela tomando el máximo cargo ejecutivo por la renuncia de Julio Rodríguez.