Jordi Clos, presidente y fundador de Derby Hotels Collection, y su hijo Joaquim Clos, director de explotación del grupo forman "un buen tándem" que gestiona un negocio familiar -donde intervienen también la esposa y madre, y Jordi, el hermano mellizo. Hoy en día, Derby Hotels agrupa 22 edificios, en 4 ciudades -Barcelona, Madrid, Londres y París-, contando hoteles y los apartamentos turísticos. Para pedalear conjuntamente toda la familia, "el más importante que tenemos es nuestra gente, nuestro personal," valora Jordi Clos, en una entrevista en ON ECONOMIA, en la cual quiere hablar exclusivamente del grupo hotelero. Acompañado de su hijo Joaquim, lo hace en una ubicación 'querida' como es la nave insignia del grupo, el Hotel Claris, en Barcelona.

El Claris es la semilla de la cadena, pero también lo que ha hecho de Jordi Clos un referente en el turismo de la ciudad y del mundo. Clos es presidente de Turismo de Barcelona, del Gremio de Hoteles de Barcelona, y fundador y propietario del Museo Egipcio de Barcelona, que alimenta con una importante colección de piezas que también visten sus hoteles. Con la historia empezada en 1968, Derby es una cadena hotelera marcada por edificios emblemáticos -restaurados para convertirse en establecimientos de lujo-, y con personalidad propia porque acogen una colección de artes única, como pequeños museos, y donde se respira arte, diseño y cultura.

¿Con cuál de sus hoteles se quedarían?
Jordi Clos: Es difícil de responder porque somos una cadena muy singular, y cada uno de los hoteles está pensado, diseñado, creado... y cuidado. Se me hace difícil decir cuál prefiero. Pero el Claris es el primer gran hotel que creé y al cual estoy muy vinculado. Pero el resto también son magníficos.

Joaquim Clos: Yo aprendí mucho en el Claris, cuando era joven y hacía las mías primeras pasas al negocio familiar. Pero hice mi incorporación definitiva a la empresa en el The Caesar, en Londres; para mí ha sido una ciudad referente en el mundo del turismo y una manera de conocer el negocio familiar de más cerca. De hecho, ahora todavía voy a menudo, entre otras cosas porque estamos ultimando una ambiciosa reforma del establecimiento.

El nuevo The Caesar, con una inversión de 21 millones, ¿cuándo estará terminado?
Joaquim Clos: Estamos en un mes vista de empezar la segunda fase de la reforma, que es una obra integral. Cabe decir que este año también estamos haciendo una mejora importante al Claris, con una reforma de los aspectos energéticos -cambiante todo el sistema de aire acondicionado-, que nos permite reforzar nuestra estrategia en sostenibilidad al conjunto del grupo.

Jordi Clos y Joaquim Clos en la terraza del hotel Claris. / Foto: Irene Vilà Capafons

¿Cuál es la media de inversión anual para una cadena de estas características?
Joaquim Clos: Si hablamos de inversiones en activos (capex), en un año normal, estamos en el volante del 4% o 5%, que es un capex elevado. Pero es el necesario teniendo en cuenta que destinamos los recursos a edificios que son de nuestra propiedad, y que nos vierten en su mantenimiento permanente. Aparte, tenemos planes de inversión concretos para reformas integrales o de sostenibilidad, a toda la cadena.

¿La expansión de Derby Hotels Collection la tenemos que esperar en hoteles o en apartamentos?
Jordi Clos: Son dos clases de turistas completamente diferentes, aunque parezcan iguales, que nos llenan cada tipología de establecimiento. Nosotros eso lo hemos vivido a la pandemia. El negocio hotelero se resintió, pero, en cambio, los apartamentos funcionaron y la demanda se recuperó mucho antes. Eso obviamente fuera de las estancias para grandes acontecimientos o congresos, como el MWC en Barcelona, porque entonces cogen habitación donde pueden.

Joaquim Clos: No hay una tipología de turista que nos guste más que otro. No obstante, como propietarios de hoteles, y con las características de la cadena donde el edificio también es una valía, previsiblemente creceremos en la línea de hoteles. Sobre todo para la expansión fuera de España, ya que tendría mucho más sentido que fuera un crecimiento hotelero, aunque hace unos años el contexto era más fácil que ahora. Los precios de las ciudades donde nos interesaría establecernos nos lo hacen más difícil. Primero, porque la tipología de edificio que querríamos no es el habituales, lo que está junto a la calle. Son edificios que tienen una historia, una arquitectura singular, posiblemente en muchos casos protegidos, con lo cual todo eso hace que nos cueste a veces encontrar el inmueble ideal.

Para crecer tenemos que encontrar un edificio que se ajuste a la filosofía de Derby

Tenemos que encontrar un edificio que englobe estas características en una ciudad que esté del top europeo, al centro de la ciudad y que se pueda rehabilitar para darle cabida a nuestra cadena desde el minuto cero. Y eso también hace que sea más difícil. Cabe decir que, en el segmento de apartamentos, por ejemplo en Madrid, nos llegan muchas opciones para seguir creciendo en este segmento. Hay un inversor latinoamericano muy interesado en comprar edificios para, en muchos casos, hacer apartamentos y busca a un socio que los gestione. Digamos, pues, que en este momento nos interesaría cualquier propuesta que se ajuste a los requisitos de nuestra cadena.

¿Y estaría en las mismas cuatro ciudades, o ciudades nuevas? Estaban planteando a Portugal.
Joaquim Clos:
Ahora mismo estamos en una fase muy importante para Derby con la reforma de The Caesar. Evidentemente, cuando se acabe el proyecto de Londres, la idea es crecer en Europa, y las ciudades están por decidir, porque los proyectos tienen que encajar con la filosofía de Derby Hotels Collection. A diferencia de otras compañías hoteleras que se establecen en edificios americanizados, enteros, nuevos... la mayoría de nuestros edificios son palacios o inmuebles singulares, con una historia detrás, arraigada en la ciudad. La otra opción es un perfil de establecimiento que no nos gusta.

Justamente dada esta singularidad, ¿qué busca el cliente de Derby?
Jordi Clos: Tenemos un usuario con una sensibilidad especial por la cultura, por el buen gusto, sin dejar de lado otros elementos como la tecnología. Una característica muy peculiar es que cada uno de nuestros hoteles tiene colecciones de arte importantes, una sala permanente de museo abierta al público. Algunos incluso llegan a tener cifras muy considerables de visitantes, tanto de turistas como de ciudadanos que vienen a visitar el hotel por la infraestructura y por la cultura. Además, Joaquim ha sumado una vertiente importante que es fruto de su trabajo directo: la gastronomía. Eso era un aspecto que nos faltaba, porque teníamos una oferta gastronómica bastante estándar y ahora tenemos estrellas Michelin.

Hasta el punto que están pensando en abrir un establecimiento de restauración que no esté vinculado a ninguno de los hoteles, en Madrid.
Joaquim Clos: Sí, tenemos un local que forma parte de nuestra empresa, pero que no está relacionado con ningún hotel. Queremos abrir un proyecto gastronómico. Pero, como los hoteles, tiene que ser un proyecto emblemático para la cadena, no solo como oferta, como negocio, sino también como contribución a la imagen de la empresa. En este momento estamos sopesando diferentes opciones. Pero repito, en estos momentos la prioridad es Londres.

A inicios de 2025 hicieron previsiones anuales del grupo con un crecimiento esperado de entre el 5% y el 6%. ¿En el contexto actual las mantienen?
Joaquim Clos: Presentamos la hoja de ruta a Fitur, a finales de enero. Desde entonces ha habido muchos cambios, es cierto. Hoy por hoy, consideramos que obtendremos un buen resultado en el 2025 si a finales de año conseguimos igualar los resultados del año pasado, que ya fue un año de por si muy bueno.

¿Por qué este ajuste? ¿Cómo evoluciona el año?
Jordi Clos: Madrid está funcionando muy bien este año. Estamos consiguiendo los objetivos que nos habían marcado de un crecimiento de entre el 3% y el 5%, dependiendo del hotel. Pero Barcelona está más parado. En los primeros meses del año -lo que antes considerábamos una temporada baja- han sido peores que los últimos años. Y Londres y París también han notado un freno.

Joaquim Clos: Es cierto que el mes de mayo empieza a ser mejor y tenemos buenas perspectivas para junio. Pero con un primer trimestre del año muy flojo, el objetivo para el conjunto del año lo fijamos al igualar el de 2024.

Jordi Clos y Joaquim Clos durante la entrevista en el hotel Claris. / Foto: Irene Vilà Capafons

¿Qué explicación hay para el comportamiento del mercado en Barcelona?
Jordi Clos: El turismo en Barcelona está en línea decreciente desde el mes de julio de 2024; no con un gran porcentaje, pero cae entre el 1,5% y el 2%. Eso es consecuencia de la estrategia que sigue el sector turístico de la ciudad: estamos intentando cambiar la cantidad por la calidad. Eso representa tener menos número de visitantes y de más calidad. Esta estrategia dará un buen resultado si realmente se detiene aquí. Estaríamos preocupados si este coeficiente de decrecimiento se mantiene. Sería preocupante, pero de momento tenemos la esperanza que no porque mayo y junio ya están por encima o al mismo nivel del año pasado.

Joaquim Clos: En los últimos años, Barcelona ha disfrutado de un crecimiento buenísimo y, por lo tanto, llega un momento que se toca un cierto techo, y se tiene que cambiar de estrategia de ciudad y decidir reducir cantidad en favor de la calidad. Eso frena la demanda. En cambio, en Madrid, por una serie de circunstancias como el perfil del visitante -como decíamos hay mucho viajero sudamericano- y la celebración de ferias, acontecimientos... afortunadamente la ocupación es sensiblemente superior a la del año pasado.

¿El estancamiento, que dicen que está bien porque es más cuantitativo que cualitativo, se resentirá con el aumento de la tasa turística que quiere aplicar el Govern?
Jordi Clos:
Eso es nefasto. Barcelona se convierta en la ciudad con el impuesto sobre el alojamiento más caro de Europa. Es una barbaridad competir con Amsterdam, París, Londres... con una diferencia económica tan considerable. Pero lo que es peor es que esta tasa repercutirá en el segmento del visitante de congresos, encuentros empresariales, nuevas ferias... para un usuario de esta tipología este incremento es un coste altísimo. Provocará que los organizadores de los acontecimientos se planteen ir a otras ciudades de Europa y también de España.

¿Qué ciudades españolas podemos competir?
Jordi Clos: Con este incremento, en hoteles de cinco estrellas el recargo llegará a casi 17 euros por persona y día. En el caso de un congreso importante como el MWC, eso podría representar de 600 a 700 euros por congresista. Viendo estas cifras se fácil pensar que los organizadores se replanteen la celebración en Barcelona y busquen Madrid, Málaga, Bilbao u otras ciudades que también tienen un atractivo. No tant potente como Barcelona, pero sí muy aceptable Lo que está sobre la mesa es convertir a Barcelona en la ciudad con la tasa turística más elevada, con diferencia, de Europa.

Joaquim Clos: ¿De Europa? No sé si nos quedamos cortos. Yo la posicionaría en el top 3 a nivel internacional. No hay discusión al tener una tasa turística. En Catalunya lo hemos adoptado y el cliente la paga como pasa en otras ciudades y si, además, la recaudación se puede revertir al mejorar la ciudad y que el turista la pueda entender como tal, es bienvenida. Pero el problema es otro. Sopesar bien si tenemos que convertir Barcelona en la ciudad con la tasa turística más elevada. Nosotros somos de Barcelona, amamos Barcelona... pero no es la ciudad más importante del mundo.

Volviendo a Derby Hotels... ¿cómo se reparten las responsabilidades?
Jordi Clos: El día a día lo lleva Joaquim y afortunadamente puedo descargarme. Las decisiones importantes las analizamos y tomamos conjuntamente. Eso me permite tener tiempo para temas sociales y de emprendimiento de la ciudad.

Joaquim Clos: ¿Es importante eso, no? Para las decisiones importantes eso suma. El hecho de haber delegado al día a día en mí y todo el equipo también permite que tome las decisiones con una distancia que aporta mucho. Así, el tándem, el equipo, vuelve a ser ganador.

¿Qué vinculación tiene con el grupo Jordi Clos hijo?
Jordi Cos: A pesar que son mellizos, tienen un carácter absolutamente diferente. Es bueno porque cada uno puede gestionar una parte de la compañía con independencia de la otra. Jordi es una persona muy creativa, una persona muy vinculada al diseño, la arquitectura... y trabaja en estas áreas para toda la cadena. Es un elemento clave para el grupo.

Jordi Clos y Joaquim Clos / Foto: Irene Vilà Capafons

Digan... ¿virtudes y de efectos el uno del otro?
Jordi Clos:
No hay nada mejor para un empresario que tener la suerte de ver que el negocio puede continuar, crecer y mejorar. Además, lo que podría ser un inconveniente, que el trabajo traspasas a la vida familiar, lo hemos superado y no es así. En casa hablamos de todo, menos de trabajo.

Jordi ha transformado la compañía; lo ha modernizado

¿Qué virtud se reconocen?
Jordi Clos: La virtud que tiene es básica. Es decir, yo tengo 74 años, pronto haré 75 y él tiene 44, y mucho ímpetu, muchas ganas. Por lo tanto, ha incorporado modernidad, tecnología... ha transformado la compañía.

Joaquim Clos: Es difícil encontrar partes malas. Discrepo un poco porque sí que a veces acabamos hablando de trabajo en casa. Dicho esto, que es anecdótico, creo que hemos conseguido un buen tándem. Hemos hecho un buen equipo. Desde pequeño he tenido interés por los hoteles y he nacido a la mejor familia, he aprendido mucho tanto de mi padre como de mi madre; con humildad y ganas de aprender. Uno de los valores mayores que me han transmitido.