La crisis climática castiga la salud mental. El individuo que toma consciencia de que algo está ocurriendo y de que debe contribuir a combatirlo y detenerlo, en el fondo, soporta una tensión. Así surge la ecoansiedad, una patrología cada vez más extendida entre los jóvenes, según un estudio de The Lancet, un 59% de los menores de 25 años están muy o extremadamente preocupados por la lucha contra el cambio climático. “Por poco que hagamos en el día a día, siempre es una contribución positiva”, piensan muchos y actúan, especialmente en el hogar. “Más del 80% de la huella de carbono se genera en los hogares”, explica Manuel Royo, director de márquetin de Grundig Iberia & Latam. Los electrodomésticos son una de las piezas básicas en los hogares y, a la vez, una de las soluciones para reducir las emisiones. “Nuestro sector tiene la responsabilidad de aportar tecnología y soluciones, como el resto de los negocios”, para llegar a la huella neutra de carbono y minimizar la ecoansiedad.

Un futuro sin ecoansiedad es posible, según esta multinacional que destina más de 1.500 ingenieros en todo el mundo a encontrar e incorporar soluciones tecnológicas y a fomentar la economía circular para reducir la agresividad medioambiental de los electrodomésticos, desde la gama blanca a la marrón. Pero falta “concienciación”, comprender que “invertir en un aparato más ecológico es rentable”, señala Royo. “La realidad demuestra que un electrodoméstico ecológico vale como mucho un 10% más, pero este sobrecoste se amortiza en 5 años por el ahorro energético que genera, que a veces a primera vista no es palpable, pero que a la larga sí suma”, concreta.

La American Psychology Association (APA) describe la ecoansiedad como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”. En España, las conclusiones del Informe El Futuro es Clima, que se presentó recientemente en el Congreso de los Diputados, evidencia que más de 9.000 jóvenes españoles de entre 16 y 30 años están preocupados por la situación de crisis climática. Además, el 82,1% de ellos reconoce haber sufrido ecoansiedad alguna vez, y uno de cada cuatro la sufre frecuentemente.

El incremento del coste de la energía en los hogares, “pese a los efectos negativos que tiene”, ha contribuido a que una parte de la sociedad sea más consciente de que debemos ser más eficientes en el consumo doméstico”. La tecnología nos puede ayudar, por ejemplo, “fabricando en base a la economía circular”. Este esfuerzo se traduce en innovaciones varias, desde las más habituales a las más novedosas, para incorporar a la cadena de montaje de los electrodomésticos de la marca elementos totalmente reciclados y reciclables. En su catálogo, hay ya lavadoras de carga frontal que tienen la cuba fabricada con alrededor de 70 botellas recicladas. En el caso de las neveras, las hueveras se han elaborado con cáscaras de huevo, sin perder ni su resistencia ni su durabilidad. Los hornos distribuyen el aire caliente de manera uniforme gracias a los cierres elaborados con materiales de residuos textiles y cuentan con partes fabricados con piezas recicladas de redes de pesca, como, la cubierta de la pantalla, el ventilador y soportes de piezas electrónicas. También la gama de lavadoras incorpore sistemas como WaterCare (reduciendo la contaminación por microfibras) o ProDose, también en lavavajillas (calcula la suciedad de la ropa y dosifica la cantidad óptima de detergente en cada lavado). El embalaje de todos sus productos ya está compuesto al 100% de materiales reciclados y reciclables, para poder "reinvertir" de nuevo el embalaje ya reciclado.

“La economía circular se ha incorporado a los 23 centros de I+D que tenemos repartidos por el mundo”, destaca Royo, y colaboran “con empresas emergentes que nos aporten ideas y soluciones para mejorar nuestros avances tecnológicos”, además de las universidades que, en el caso de España, “son nuestras aliadas”. La compañía, con sede en Barcelona, tiene en España un 7% del valor de su negocio, con una cifra de facturación que alcanza los 150 millones de euros.