La banca ha dejado de ser un simple facilitador para convertirse en actor clave en el ecosistema emprendedor. Datos internos del BBVA revelan que su apuesta por simplificar la creación de empresas está dando frutos: desde el lanzamiento de su renovado servicio de alta de empresas en septiembre de 2024, ha facilitado la constitución de casi 1.000 nuevas pymes en España. Esta cifra no solo refleja volumen, sino también una cuota de mercado significativa: según la entidad, capta el 21% de todas las empresas que se constituyen en España. Es decir, una de cada cinco nuevas compañías nace con el apoyo de esta plataforma, que actualmente representa el 38% de la captación total del BBVA en el segmento de la nueva empresa.

El núcleo de este éxito radica en una redefinición total de la experiencia del emprendedor, tradicionalmente repleta de trámites, desplazamientos y demoras. El servicio actúa como conductor único del proceso constitutivo. El cliente no tiene que saltar de un profesional a otro; el mismo circuito coordina y sincroniza las tareas de la asesoría legal, la notaría y el banco. Esta integración se materializa en soluciones digitales que eliminan barreras físicas y temporales. La firma telemática del acta de constitución es uno de los pilares, pero no el único. La gran promesa operativa es la posibilidad de obtener las escrituras definitivas en un plazo de 48 horas, una agilidad que contrasta con las semanas que podía durar este proceso hace unos años. Para el emprendedor, este tiempo ahorrado es capital operativo y capacidad para enfocarse ya en su negocio.

BBVA entiende que el acompañamiento no puede terminar el día que la empresa obtiene su CIF. Por ello, su servicio se articula como una puerta de entrada a un paquete de soluciones pensadas para la etapa más crítica: los primeros meses de actividad. El producto bancario básico se ha diseñado específicamente para nuevos proyectos. No tiene comisiones y permite operaciones esenciales como transferencias ordinarias en línea, la emisión de nóminas o la gestión de cheques sin ningún coste. Además, actualmente ofrece un incentivo directo: una bonificación de 120 euros brutos mensuales durante seis meses para quien contrate el producto en oficina y domicilie los impuestos y las cuotas de la seguridad social. Esta ayuda busca aliviar la presión financiera inicial.

La oferta complementaria incluye acceso a financiación en condiciones especiales, sujeta siempre al análisis de riesgo y aprobación de la entidad, y una promoción destacada para el comercio. Consiste en la posibilidad de contratar un terminal punto de venta (TPV) con un bono de coste cero durante los primeros doce meses, una medida que facilita enormemente la aceptación de pagos con tarjeta para tiendas, restaurantes o servicios profesionales que comienzan.

Este impulso del BBVA se inserta en un contexto económico marcado por la necesidad de dinamizar el tejido productivo español, compuesto en más de un 99% por pymes y autónomos. Las administraciones públicas llevan años promoviendo el emprendimiento y la digitalización de los trámites, y la iniciativa privada está respondiendo con soluciones integradas como esta. El éxito de la captación del 21% de las nuevas empresas sugiere que existe una demanda latente de este tipo de servicios, donde la complejidad administrativa se descarga en un único proveedor de confianza