Francia es un mercado de 68 millones de personas y una prioridad en el proceso de internacionalización de Nomen Foods. La cooperativa Arrossaires del Delta de l’Ebre, propietaria de la marca Nomen, aterrizó hace tres años y está implantada en la gran distribución del este y el sureste del país vecino. Ahora está buscando a un socio logístico para llegar a todo el territorio en el plazo de un año y completar así la actual red de puntos de venta -más de 200-, en las mayores cadenas del país (E. Leclerc, Carrefour, Intermarché y System U). "Operamos desde una filial a Perpinyà y en estos años hemos abierto mercado principalmente con las variedades exóticas -Basmati, Thai, Salvaje- pero poco a poco se ha ido introduciendo el arroz redondo y bomba -con la marca Segadores del Delta- y también los platos preparados de fideuada y la gama Calidad 1 Minuto, las raciones individuales de arroz en un innovador envase 100% sostenible presentados en un vaso de vidrio reutilizable", manifiesta Raül Carles, director corporativo de Nomen Foods.

Raül Carles explica que Francia tiene muy poca producción local de arroz -concentrada en la zona de la Camarga- y, por lo tanto, "es un mercado donde podemos ganar cuota entre las multinacionales que operan", y se han marcado conseguir el 1%, sobre todo aportando productos de valor añadido. Una estrategia que la marca arrocera ha ido priorizando para todo el negocio, no solo en los productos de exportación, que abrieron ahora hace unos seis años, y que representa cerca del 10% del negocio. El ejercicio fiscal presente, que se cerrará a 31 de agosto de 2023, prevé unos 43 millones de facturación, con un crecimiento del 40%, "en el cual tenemos que tener en cuenta el efecto inflacionista en el precio que, descontándolo, el pronóstico de incremento de ventas lo situamos en un 8%". Las previsiones constatan la tendencia creciente del ejercicio precedente. La empresa arrocera facturó 30,3 millones de euros -cierre agosto de 2022-, hecho que supone un crecimiento del 11% con respecto al año anterior y alcanzó un resultado operativo (Ebitda) de 2,6 millones, en la misma línea que en la anualidad fiscal previa.

"Un 80% del coste de nuestro producto ha sido la materia prima porque la sequía ha reducido considerablemente la producción de arroz no solo al Delta de l'Ebre y al conjunto de España, sino también en otros países del cual provienen las variedades exóticas, aunque por circunstancias diferentes, pero también climáticas: las inundaciones en el Pakistán han disparado el precio del arroz basmati", argumenta el director corporativo de Nomen Foods. Si la tonelada de arroz se pagaba al productor a 330 euros hace dos años, ahora uno se ha doblado, y cuesta más de 600 euros. Advierte que esta será una tendencia con qué "habrá que luchar con innovación" porque también se añade el hecho que cada vez se podrán utilizar menos herbicidas y productos fitosanitarios para garantizar la calidad de las cosechas y tener hará falta potenciar la producción ecológica. "Las modificaciones genéticas en las plantas para hacerlas más resistentes a la falta de agua, adaptarlas por ejemplo en aguas saladas, y en nuevas malas hierbas o plagas -no olvidemos que el caracol manzana ya convive con el arroz-" es una de las tareas en que también trabaja la cooperativa, que acoge a 600 socios, en una extensión de 5.500 hectáreas. "Las explotaciones se están concentrando y eso es bueno porque los campesinos -uno 45% mujeres- se están profesionalizando y pueden hacer una clara apuesta por la innovación", añade. Los cooperativistas han recibido este año su primer dividendo. En total la compañía ha repartido 320.000 euros, el 69% del beneficio neto del último ejercicio.

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Vista aérea del complejo productivo de Arrossaires del Delta de l'Ebre, en Deltebre (Tarragona) / NOMEN FOODS

Una muestra es el cambio de giro que la cooperativa ha dado en los dos últimos años con la marca Bayo, destinada a la hostelería y la restauración, un segmento muy castigado durante los dos años de restricciones por la pandemia. "Teníamos mercado en España, especialmente, pero nos dejaba poco margen", y se decidió cultivar la variedad arroz Carnaroli, originario de Vercelli i Novara, en la región del Piamonte (Italia), y cada vez más usado por cocineros y grandes chefs porque conserva su forma después de la lenta cocción, absorbe los sabores, ofrece una textura firme, pero al mismo tiempo esponjosa. De esta apuesta ha salido la marca Bayo Expert, "que cultivan y producen una parte de los cooperativistas", aunque es una apuesta arriesgada, "ya que una vez se ha hecho la cosecha, el grano de arroz se tiene que mantener un año a temperatura controlado y después no se hace la mucha con maquinaria industrial sino que se realiza en una maquila artesana que hemos instalado en la finca Mas Tramuntana". La diferencia: en un industrial se pueden moler 10.000 kilos y en el artesanal se hacen 400 solo. Eso sí, el precio de venta de cada kilo está en torno al 6 ó 8 euros, pero la calidad se ha valorado "porque las ventas en el canal Horeca se han disparado un 55% y la marca ha crecido un 3% con respecto al nivel de ventas de 2019". Para conseguirlo, la cooperativa ha reforzado el equipo de comerciales con la incorporación de siete personas.

La cooperativa, con una plantilla global de unas 70 personas, controla el 30% de la cuota de mercado en Catalunya y casi el 6% en España, una zona en que compadece con grandes multinacionales como Ebro Foods -a quién adquirió la marca Nomen en el 2012, por 40 millones de euros- y de otras marcas locales. El director corporativo explica que en arroz redondo, la marca de distribuidor representa el 63% del mercado en España, "pero es una tendencia que creemos que se detendrá".

De hecho, el año 2022, ha sido "un buen año". El nuevo posicionamiento de Bayo Expert, la consolidación en el mercado francés y la inauguración de una nueva planta dedicada íntegramente al arroz innovador ready tono eat Calidad 1 Minuto, han sido los ejes esenciales. Ahora mismo, en la planta que se destinó al arroz ready tono eat, que además de la sostenibilidad tiene un sistema de cierre al vacío Openvac que permite conservar los valores nutricionales, se fabrican seis variedades de producto, "la previsión es llegar a una producción de 2,5 millones de unidades este año y doblarse en el plazo de dos años, ampliando la plantilla hasta 16 personas que trabajarían en tres turnos". A mes, el departamento de R+D de la marca, en colaboración con el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), situado en Navarra, está trabajando para introducir nuevos productos que "ahora mismo no se encuentran al mercado y que estarían en la línea de los superalimentos, es decir, variantes del arroz que aporten un beneficio para la salud", comenta Raül Carles.

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Una parte de la plantilla del grupo Nomen, en las instalaciones de la compañía / NOMEN FOODS

Arroz ecológico y autoconsumo energético.

Nomen Foods se ha volcado con el proyecto del grupo operativo Organic Delta Rice, en colaboración con la Universidad de Barcelona, con el objetivo de crear el conocimiento técnico necesario para la producción ecológica de arroz al Delta de l'Ebre que hoy día sitúa en un 0,7% del total, pero que tiene los objetivos centrados en producir un 20% de arroz ecológico en el escenario 2030.

Este año, también ha hecho la instalación de la primera fase de un parque fotovoltaico para autoconsumo a dos de las cubiertas de las naves que la empresa tiene en la planta de Deltebre (Tarragona). Se han instalado en total 840 placas solares, repartidas entre la cubierta de la nueva nave dedicada a la producción de Calidad 1 Minuto y la nave de envasados. La potencia total instalada será de 567,47 kWh y se estima una producción anual de más de 560.000 kWh. Asimismo, la empresa está terminando el proceso de adjudicación para aumentar el autoconsumo de energía renovable hasta el 50% en el próximo ejercicio. Será una segunda fase, pero no la última. La nueva instalación permitirá disminuir un 20% la factura eléctrica en la planta de Nomen Foods. Por otra parte, con estos 567,47 kWh de potencia solar instalada, se evitará la emisión anual de 175 toneladas de CO₂, ayudando así a reducir el efecto de invernadero. Estos proyectos y muchos otros configuran una serie de medidas que pretenden contribuir a la lucha contra el cambio climático. Nomen Foods se convirtió el año 2022 en la primera arrocera del mundo a obtener el certificado BCorp.