El incremento de los precios de venta en los productos del sector químico, que crecieron un 18,6% de media en 2022, como consecuencia de los elevados precios de la electricidad y el gas -este último como suministro, pero también como materia prima-, han disparado el negocio en España a cifras históricas, para el conjunto de los dos últimos años. La traslación del encarecimiento al precio final ha situado la cifra de negocios de la industria química española en los 89.866 millones de euros, al registrar una mejora anual del 16,3%, en línea con 2021. Así, para el período 2021-2022, el incremento se eleva a casi un 40% (39,28%), pasando de los 64.519 millones a 89.866 millones del pasado año. Catalunya, con el 43%, seguida de Madrid y Andalucía, acaparan más de la mitad del negocio. El nivel inversor se mantuvo estable con una cifra conjunta de 3.009 millones, similar a los 2.925 de 2021.

El sector apunta que el negocio no estuvo alineado con el comportamiento de la producción, que apenas creció un punto porcentual en 2022, según datos de Feique. No se produce más, sino que se produce más caro, a pesar de que se reducen los márgenes. El último informe de la patronal señala que la producción apenas creció un 0,9% respecto a 2021, un desplome iniciado en el segundo semestre del año debido, fundamentalmente, al impacto permanente de los altos costes energéticos y la invasión de Ucrania, a pesar de que el año arrancó con la misma tendencia de crecimiento con la que se cerró 2021. A raíz de los altos costes del gas y la electricidad, en 2022, el sector no tuvo un comportamiento homogéneo, ya que en la química básica crecieron un 31%, y en las actividades menos intensivas en energía, como la farmaquímica, solo el 2,2%.

La química, como actor estratégico para hacer frente al cambio climático y avanzar en energías renovables como el hidrógeno, está en plena transformación, como se ha visibilizado en la última edición de la feria Expoquimia, que tiene lugar esta semana, en Barcelona. Las industrias están inmersas en nuevos desarrollos en sectores con impacto directo en la vida cotidiana como el agroalimentario, farmacéutico, la movilidad o las tecnologías digitales. Esta tendencia se traduce en una inversión anual total de 1.721 millones de euros en I+D+i, y donde encabeza la contratación de investigadores del sector privado, ya que 1 de cada 5 son contratados por la industria química.

Partiendo de esta situación, el sector químico español presenta en 2023 múltiples retos, tanto en el contexto nacional como europeo, según Feique. Por ello, quieren abundar en aspectos como la reforma del mercado eléctrico; el apoyo a los sectores gasintensivos; la captura, almacenamiento y uso de CO₂ como materia prima; medidas para el desarrollo del autoconsumo energético industrial; y promover el liderazgo tecnológico e industrial europeo mediante programas de apoyo a la I+D+i en tecnologías clave para la transición energética y digital. El sector reclama también ventajas competitivas, como tienen países como Francia o Alemania para la industria, que derivan de la reducción de costes regulados (peajes y cargos) e impuestos, así como de mayores compensaciones por CO₂ indirecto y mayor retribución del servicio de gestión de la demanda.

En España, la industria química abastece de productos y tecnologías al 98% de los sectores productivos y, por su cifra de negocios, representa el 5,6% del Producto Interior Bruto (PIB). Además, por segundo año consecutivo, se ha posicionado como el principal exportador de la economía española, generando una facturación de 63.626 millones de euros en mercados exteriores, lo que representa un aumento del 29,2% en comparación con 2021. En concreto, el 19,5% de las exportaciones industriales españolas las realiza el sector químico, seguido por la automoción y el sector alimentario. Son los principales países de destino, Bélgica, Francia, Italia, Alemania y Suiza. En cuanto al consumo interno de productos químicos, volvió a acelerarse en 2022 -nuevamente por el efecto precios- hasta casi 2.000 euros (1.967 euros) por habitante y año, según datos de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique).

La patronal sectorial atribuye a la evolución del sector la creación de 25.000 puestos de trabajo en 2022, con un incremento del 12% respecto al año precedente. La industria química, con una media de 234.200 empleados, se reforzó con dos tercios de estos nuevos empleos en el área farma, y el tercio restante, en química. La creación de ocupación frenó, según el sector, a partir del tercer y cuarto trimestre del año, respecto a las cifras registradas en los dos primeros, en sintonía con la caída de la producción a partir de junio.

La química es una de las principales actividades industriales que generan empleo de calidad: el 92% de los empleados directos disponen de contratos indefinidos, frente al 79% de la media estatal. El salario medio se sitúa en casi 40.000 euros anuales por trabajador.