La farmacéutica catalana Almirall ha logrado mejorar notablemente la rentabilidad de su negocio este año. Sus beneficios netos se han multiplicado por cinco al pasar de los 7,2 millones de septiembre del año pasado a los 39,1 de los primeros nueve meses de 2025. Lo ha hecho con un incremento de las ventas del 12,9%, que pasa de los 731,2 millones a los 825,5, que la dejan con la garantía de cumplir sus objetivos de superar los 1.000 millones a finales de año.
El beneficio antes de impuestos y amortizaciones, el ebitda, ha crecido un 27,1%, al pasar de los 142,2 millones a los 180,7. De cara a finales de año, la compañía mantiene un objetivo de ebitda de entre 220 y 240 millones.
En el comunicado que ha hecho público, Almirall atribuye su crecimiento al buen rendimiento del área dermatológica y concretamente a su venta de biológicos en Europa.
El tratamiento Lebrikizumab para la dermatitis ha generado 75,5 millones de negocio hasta septiembre, mientras que tildrakizumab, que combate la psoriasis grave, ha crecido un 12% y alcanza los 170,9 millones en ventas.
La empresa destaca también que ha invertido el 12,5% de sus ventas netas en I+D, lo que representa un total de 102,4 millones. La aprobación del Efinaconazol en Alemania y el avance en su activo en desarrollo LAD191 son los principales hitos del tercer trimestre, según ha explicado la compañía.
"Nuestra amplia cartera de tratamientos dermatológicos y su crecimiento continuado son la base de nuestro liderazgo en esta área terapéutica, impulsado por el significativo aumento de ventas en nuestros principales activos biológicos", ha dicho Carlos Gallardo, presidente y CEO de Almirall.
Fundada en 1944 y con sede en Barcelona, Almirall cotiza en la Bolsa española y cuenta con 2.000 trabajadores en todo el mundo con productos disponibles en 100 países.
