La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha autorizado a la acerera catalana Irestal la compra de Thielmann Portinox, perteneciente al grupo Teka y uno de los líderes europeos en la fabricación de barriles de cerveza. La operación, que fue anunciada a finales del pasado mes de abril, permitirá a la compañía de la familia Boixareu entrar en nuevos mercados y segmentos estratégicos para mejorar su potencial industrial y de crecimiento.

Thielmann Portinox tiene su sede en Pulianas (Granada) y da empleo a más de 200 personas. Desde 1978 pertenece al grupo Teka, integrado en el conglomerado alemán Heritage B. Thielmann produce más de un millón de contenedores al año, incluyendo una amplia gama de barriles de acero inoxidable, recipientes a presión, contenedores para almacenamiento de sustancias peligrosas y GRGs (grandes recipientes para mercancías a granel) asépticos. 

Por su parte, Irestal es fabricante y comercializador de productos de acero inoxidable en España. La compañía comunica que con la compra de Thielmann Portinox da "un paso estratégico que refuerza nuestra presencia en el mercado europeo y amplía nuestras capacidades productivas y operativas". La integración de ambas compañías permitirá consolidar el peso de Irestal como "uno de los principales actores en la transformación y distribución de acero inoxidable, reafirmando nuestro compromiso con el crecimiento y la mejora continua, principios que han guiado a Irestal durante más de 80 años".

Con la compra de la firma alemana, Irestal prevé alcanzar una facturación de 200 millones de euros y pone rumbo a sus objetivos. Para el horizonte de 2026, Irestal tiene como objetivo alcanzar los 300 millones de euros de facturación, con el crecimiento inorgánico y las inversiones realizada en la fábrica de Abrera (Barcelona), una planta que inauguró en 2021. Las mejoras han sido, fundamentalmente, en el centro de servicios, "uno de los más eficientes del sur de Europa", según destaca la empresa. El centro de servicios, junto con el almacén central de más de 30.000 m² y con un stock formado por 7.500 referencias, permite servir a más de 14.000 clientes en toda Europa. La planta de Abrera dispone de maquinaria de última generación para el corte de precisión y el tratamiento de las superficies de acero inoxidable.

Esta transacción refleja, según el grupo de la familia Boixareu, su visión a largo plazo y el firme compromiso de seguir ampliando su presencia "con solidez y competitividad, manteniendo siempre los más altos estándares de calidad". Con esta adquisición, "obtenemos un mayor posicionamiento estratégico para afrontar los desafíos del sector y aprovechar nuevas oportunidades en mercados clave, asegurando nuestra relevancia y liderazgo en la industria", explica el grupo.