El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha anulado un despido al constatar que la empresa vulneró el derecho a la salud del trabajador, al que acosó verbal y telefónicamente, así como por correo electrónico, para que reanudara sus funciones pese a encontrarse de baja médica. En una sentencia fechada el pasado 2 de abril a la que ha tenido acceso EFE, la sala de lo social rechaza el recurso presentado por la empresa Asemsa contra un fallo de septiembre de 2024 del juzgado de lo social nº 1 de Sabadell, que confirma en todos sus términos.
Tras ser despedido, el empleado, un directivo con un salario bruto anual que entre fijo y variable rondaba los 200.000 euros, acudió a la justicia, donde en primera instancia el juzgado de Sabadell le dio la razón. El juzgado entendió que el despido era nulo, ya que la empresa presionó al empleado, en situación de baja médica, para que continuara trabajando, atentando contra su derecho a la protección de la salud y la dignidad.
Insultos
El trabajador, indica el fallo, sufrió un "cuestionamiento continuo e injustificado, con el objetivo de crear un ambiente laboral hostil y humillante, agravado por su posición de responsabilidad". Esto se prolongó durante más de un año, incluyendo faltas de respeto, trato incorrecto, insultos y lenguaje inadecuado, situaciones "que son intolerables y que ningún empleado debe soportar".
Todo ello ha sido ratificado ahora por el TSJ, que destaca que "el máximo exponente" de la vulneración cometida por la empresa lo constituyen las conversaciones telefónicas mantenidas entre el empleado y la dirección de la empresa. De ellas se deduce "sin ningún atisbo de duda", el menosprecio a la situación del actor al comunicarse con él, estando en situación de incapacidad temporal, privándole de la tranquilidad y reposo necesario para la recuperación.
Menosprecio y vulneración que se incrementa al recordarle que había tareas pendientes de las que tenía que ocuparse, además de preguntarle que "si por tener una baja se iba a desentender de todo", lo que demuestra su voluntad de que continuara prestando servicios desde casa a pesar de la citada situación médica, de la que consta la correspondiente baja médica.
La empresa "incide en esa actitud hostigadora" al preguntarle por el alta médica y manifestarle que se la darán cuando la pida, "instándole a ello e indicándole que la baja es su problema", además de minimizar su situación al señalar que lo que le ocurre a él "le ocurre a mucha gente".