El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha impuesto este miércoles por la noche un arancel del 50% en el Brasil que será vigente a partir del 1 de agosto. Lo ha justificado no solo por las "desigualdades" comerciales, sino también por el trato del actual mandatario, Luiz Inácio 'Lula' da Silva y de la justicia, a su predecesor, Jair Bolsonaro, juzgado por intento de golpe de estado. Trump ha expresado su respeto por el líder de ultraderecha y ha calificado de "caza de brujas" el juicio.
El gobierno brasileño devolvió la carta que Trump los ha enviado para anunciar el arancel al considerar que es "ofensiva" y está llena de "falsedades", informa EFE, y la respuesta de Lula al arancel ha mostrado esta misma indignación. Además, el departamento de Exteriores del Brasil ha gritado para pedir explicaciones al encargado de negocios del Embaixada, Gabriel Escobar, que se reunió este miércoles en dos ocasiones con la secretaría por Norte-América del ministerio de Exteriores brasileño, Maria Luisa Escorel.
Este mismo miércoles, Trump anunció aranceles globales del 50% a la importación del cobre y particulares en todos los productos de países como Filipinas, Argelia, Libia, Sri Lanka, Brunéi y Moldavia. En los últimos días, anunció los de Japón y Corea del Sur y también contra Malaya, Kazajistan, Tunisia, Sudáfrica, Bosnia-Herzegovina, Indonesia, Serbia, Bangladés, Tailandia, Camboya, Birmania y Laos.
Con respecto a la escalada comercial en el Brasil, Trump aseguró que el arancel del 50% es todavía "una cifra muy inferior a la que se necesita para tener igualdad de condiciones", una afirmación que Lula rechazó asegurando que es "falso" y defendiendo que "las propias estadísticas del gobierno norteamericano muestran un superávit de 410.000 millones de dólares (unos 350.000 millones de euros) en el comercio de bienes y servicios con el Brasil en los últimos 15 años".
Lula prometió una respuesta, basada en la recientemente aprobada Ley de Reciprocidad Económica, pero esta podría provocar una mayor escalada. Trump, en la línea de lo que está haciendo con otros países, ha amenazado con subir un 50% más este arancel en caso de que Brasil decida aplicar una respuesta, "cualquiera que sea el número que escoja para aumentarlos". Estas medidas, sin embargo, "pueden ser modificadas hacia arriba o hacia abajo según la relación con el país".
Lula defendió que "para operar en el país, todas las empresas nacionales y extranjeras están sujetas a la legislación brasileña". "En el Brasil, la libertad de expresión no se confunde con la agresión o las prácticas violentas. La ley brasileña rechaza contenidos de odio, racismo, pornografía infantil, estafas, discursos contra los Derechos Humanos y libertad democrática", ha dicho.
En su comunicado para defender los aranceles, Trump defendió a Bolsonaro y criticó las medidas brasileñas contra plataformas de redes sociales norteamericanas. "He conocido y tratado con el expresidente Jair Bolsonaro y lo he respetado mucho, tal como hicieron la mayoría de los líderes de otros países. La forma en que el Brasil lo ha tratado, a un líder altamente respetado en el mundo durante su mandato, es una vergüenza internacional", rezaba el comunicado de Trump. "El juicio no tendría que tener lugar. Es una caza de brujas que tiene que acabar inmediatamente", rezaba la carta.
El mandatario de los Estados Unidos, se refería también a los "maliciosos ataques del Brasil contra la libertad electoral y los derechos fundamentales de la libertad de expresión". Y ha puesto como ejemplo los "centenares de órdenes de censura secretas e ilegales emitidas contra plataformas de redes sociales estadounidenses", en las que el Supremo del Brasil "ha amenazado con multas de millones de dólares y la salida del mercado brasileño".
Hace solo unas semanas, el Supremo dictaminó que las empresas de redes sociales eran responsables del contenido de odio que se publicaba, decisión que levantó una gran polémica por la posibilidad de hacer retirar contenidos sin orden judicial hasta llegar a cierto nivel de censura.