La Reserva Federal (Fed) estadounidense avanzó este miércoles en sus actas de su reunión de principios de mayo que para finales de año espera que haya "una o dos bajadas" de los tipos de interés. El pasado 7 de mayo, el banco central estadounidense, desoyendo las presiones del mandatario Donald Trump para que rebajara los tipos, los mantuvo si cambios en la horquilla de entre el 4,25% y el 4,5% a la espera de ver cómo evoluciona la situación económica.

Un cuarto de punto

El presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló entonces que aunque es "probable" que los aumentos arancelarios provoquen un incremento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un alza del desempleo si prosiguen, de momento, la economía en sí sigue sólida. La Reserva Federal ha estimado en sus actas que recortar "una o dos veces las tasas en 25 puntos básicos hasta finales de año" es también consistente con la evolución de los precios de las opciones financieras.

Las actas añadieron este miércoles que "los anuncios arancelarios provocaron un deterioro significativo en la percepción global de riesgo, que se revirtió en gran medida tras una pausa posterior en la aplicación de algunos aranceles y un creciente optimismo de los inversores sobre la disminución de las tensiones comerciales". Su publicación tiene lugar un día antes de que la Oficina de Análisis Económico (BEA) de Estados Unidos publique su primera revisión del PIB del primer trimestre. Según los datos de finales de abril, el PIB se contrajo de enero a marzo un 0,3% a ritmo anualizado, lo que representó el primer dato trimestral negativo desde 2022.

La Fed apuntó que la proyección del personal técnico sobre el crecimiento del PIB real en 2025 y 2026 fue más débil que la de la reunión de marzo, ya que las políticas comerciales anunciadas implicaron un mayor lastre para la actividad. También se previó que las políticas comerciales desencadenen un crecimiento más lento de la productividad y, por lo tanto, reduzcan el crecimiento potencial en los próximos años.

Los participantes en la reunión del Banco Central estadounidense coincidieron en la posibilidad de que la inflación sea más persistente de lo esperado, pero también en que el organismo se encuentra bien posicionado para tomar sus decisiones sin prisa, a la espera de "mayor claridad" tanto sobre la subida de los precios como sobre la actividad económica.