La mayor parte de la economía mundial se enfrentará en 2023 a un año "más difícil" de lo que fue el pasado debido a la desaceleración simultánea de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y de China, las tres mayores economías mundiales, según ha advertido este lunes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtiendo de que "un tercio de la economía mundial esté en recesión". No obstante, todas las previsiones de los grandes organismos, incluido el propio FMI, dan por hecho que será una recesión muy corta y los pronósticos apuntan a que después de verano, las grandes economías remontarán.

En un tono pesimista, la responsable del Fondo Monetario ha considerado que incluso en países que eviten la contracción, "se sentirá como una recesión para cientos de millones de personas". Según la directora del FMI, Estados Unidos es más resistente y puede evitar la recesión, mientras que "la mitad de la Unión Europea estará en recesión el próximo año" y China se va a desacelerar aún más.

Una recesión supone, técnicamente, que el producto interior bruto (PIB) de un país descenderá dos trimestres consecutivos en términos intertrimestrales (en relación con el trimestre anterior). Según estos parámetros, podrían entrar en recesión este mismo año nueve países de la Unión Europea antes de que termine el año y, algunos otros, se sumarán en la primera mitad de este año que acaba de empezar. Así, la Comisión Europea (CE) prevé que lo peor se producirá en el cuarto trimestre del pasado 2022, con un descenso de medio punto para el conjunto del PIB de la UE y los dos primeros de este 2023, cuando se producirá un débil descenso de una décima cada trimestre. En principio, si la economía no se tuerce, España no estaría entre ellos y sería uno de los países de la Unión Europea que mejor se comporte.

Recesión y 2023

Pero una cosa es la recesión técnica y otra distinta, y más importante, la duración de esa recesión. Las previsiones que maneja la CE son que de los veintisiete sólo dos terminarán el año con su economía en negativo, Alemania y Suecia, que descenderían un 0,6% según los datos que maneja el organismo comunitario. El resto tendrán un año en positivo aunque, cómo ha apuntado la responsable del FMI, con una gran debilidad, pues el conjunto de la UE crecerá tan solo tres décimas.

De cumplirse el pronóstico de la CE, Irlanda (3,8%) y Malta (2,8%) serán las únicas economías con un PIB vigoroso, con Rumanía (1,8%) y Bulgaria (1,1%) por encima del uno. En torno al 1% se colocarán España Grecia, Chipre y Croacia y el resto quedará por debajo. De las grandes economías, además del descenso de Alemania y el 1% de España, Francia tiene previsto un aumento de su PIB del 0,4% para el conjunto del año e Italia del 0,3%.

No obstante, aunque todos los organismos alinean sus previsiones, difieren para cada país. Como dato curioso, los gobiernos de los cuatro grandes de la UE prevén que sus economías se comportarán mejor de lo que opina la CE: el ejecutivo alemán reduce su caída a un -0,4% (-0,6% la CE), el francés aspira a crecer un 1% (0,4% según la CE), el italiano 0,6% (0,3% la CE) y el español un 2,1% (1% la CE). Prácticamente doblan su porcentaje de incremento del PIB respecto a la CE. Curioso el caso de Italia, pues el FMI cree que se quedará en números rojos al final de 2023.

Estados Unidos

La economía de Estados Unidos se comportará, una vez más, de forma adelantada. Como ha señalado Giorgieva: "espero que no caiga en recesión a pesar de todos estos riesgos". Por de pronto, el gigante norteamericano ya ha pasado una recesión en este 2022, con decrecimientos en el primer y el segundo trimestre, aunque con una vuelta a los números negros en el tercer trimestre. Tanto la OCDE como el FMI prevén que para el conjunto de este año que ha empezado el PIB de EE.UU. crecerá entre medio y un punto porcentual. De hecho, el organismo que lidera Giergieva prevé que solo siete economías mundiales caigan en 2023: Italia, Alemania y Suecia en la UE; Chile en Latinoamérica; Sri Lanka en Asia; Guinea Ecuatorial en África y Rusia. De Ucrania no hay datos del FMI. El resto del mundo tendrá crecimientos, aunque tímidos.

Inflación

Parte de la culpa de la debilidad del producto interior bruto de la gran mayoría de los países se debe a una fuerte inflación que, aunque con tasas de crecimiento algo más comedidas que en 2022, seguirá estando muy por encima de los niveles del 2% que se consideran razonables. Unos precios que fuerzan a los bancos centrales a elevar los tipos encareciendo el precio del dinero con el fin de deprimir el consumo y la inversión, retrayendo la economía.

Aquí EE.UU. se comportará, si nos atenemos a los datos que manejan la OCDE o el FMI, mejor que las grandes economías europeas, mucho más presionadas por el precio del gas que el gigante americano, primer exportador del mundo tras Rusia. Así, la inflación estadounidense se colocará en el entorno del 3,5%, la mitad de las economías europeas, pues la CE prevé que el IPC de la zona euro tendrá una subida media del 6,1% y el conjunto de los veintisiete el 7%.

"Para la mayor parte de la economía mundial, este será un año difícil, más difícil que el año que dejamos atrás"

"Para la mayor parte de la economía mundial, este será un año difícil, más difícil que el año que dejamos atrás. ¿Por qué? Porque las tres grandes economías, EE.UU., la UE y China, se están desacelerando simultáneamente", ha indicado la economista búlgara responsable del FMI. En este sentido, ha recordado que el FMI anticipa una desaceleración de la economía a nivel mundial que hará que el crecimiento mundial se frene al menos al 2,7% el próximo año, cuando en 2021 fue del 6% y del 3,2% el año pasado.

"Y eso se traduce en tendencias negativas a nivel mundial", ha advertido Georgieva en referencia a los mercados emergentes y las economías en desarrollo "donde el panorama es aún más grave, ya que, además de todo, "les golpean las altas tasas de interés y la apreciación del dólar", lo que en el caso de aquellas economías con un alto nivel de deuda, "es una devastación". De este modo, Georgieva ha subrayado que, si bien hasta el momento los países que se encuentran en dificultades no son sistémicamente significativos para desencadenar una crisis de deuda, ha alertado de que si la lista sigue creciendo "la economía mundial puede llevarse una sorpresa negativa".