La escalada de los costes operativos para las pymes, que ha subido un 26% de media desde 2019, se ha convertido en uno de los principales problemas, ya que merma su capacidad para mantener la actividad y la creación de empleo. Las más afectadas han sido las pequeñas y microempresas, en las cuales el promedio de subida ha sido del 27%. 

Dentro de este capítulo, se han incrementado las partidas de insumos (productos intermedios, energía, bienes de consumo y bienes de equipos) que son casi un 35% más caros. También se paga más por los servicios (correos, transporte, seguridad, internet y hosting, telecomunicaciones, consultoría, asesoría, publicidad, marketing…), con un incremento medio del 7%. Finalmente, el gasto laboral -que comprende salarios, cotizaciones a la Seguridad Social o costes de formación, entre otros- se ha disparado 6 puntos desde el 2021, lo que equivale a un 25,7% para las empresas pequeñas, incluyendo las microempresas; y un 19,8%, para las empresas medianas.

La creación de empleo más reducida en 4 años

El ahogo de las finanzas empresariales y al alza de los costes laborales supone un freno a la contratación de personal. Con datos del primer trimestre de 2025, aportados por la patronal Cepyme, se muestra que el empleo en las pymes creció un 1,9% en tasa interanual, superando los 9,2 millones de asalariados. En términos absolutos, son 170.100 empleos más que un año antes. Lo que representa el incremento más reducido en cuatro años.

El crecimiento del empleo resultó más débil cuanto menor es el tamaño medio de la empresa. Así, en las microempresas el incremento del empleo fue del 0,4% interanual, en las pequeñas empresas las plantillas aumentaron un 2,4% y en las medianas un 3%. De total de empleos asalariados creados por el sector privado entre el primer trimestre de 2024 y el mismo periodo de 2025, un 68,3% correspondió a grandes empresas, mientras que el conjunto de las pymes aportó el 31,7% restante, según el Indicador Cepyme sobre la Situación de la Pyme, correspondiente al primer trimestre de este año, que elabora el servicio de estudios de la patronal.

Dentro de las pymes, más de un millón de microempresas con asalariados solo pudo crear 11.200 empleos (2,1% del total), frente a 77.800 empleos de las empresas pequeñas (14,5% del total) y 89.000 de las compañías medianas (16,6% restante). Como refleja el citado indicador, desde junio de 2021, el aumento del empleo en las microempresas es más lento que en el resto de las pymes.

Ante esta situación, la patronal advierte de la necesidad de tener en cuenta la situación de la pyme española, en especial de las más pequeñas, a la hora de tomar medidas que supongan un nuevo aumento de costes que perjudique todavía más a su competitividad y ponga en riesgo su supervivencia. En este sentido, la Confederación recuerda que la microempresa es el primer escalón para que la empresa se desarrolle y consolide sus primeros pasos y el deterioro de esta base puede condicionar la fortaleza del tejido empresarial español en el futuro y, en conjunto, los datos de crecimiento económico.

No se mejora la productividad

El informe patronal incide en que "la productividad sigue siendo uno de los principales problemas de las pequeñas y medianas empresas". La productividad, medida como el volumen medio de ventas por empleado, aumentó un 1,7% en el primer trimestre de 2025 en términos interanuales. Sin embargo, la productividad de las pymes sigue siendo un 2,9% inferior a la del tercer trimestre de 2022, el mejor dato de la pospandemia y un 0,6% inferior a la del periodo previo a la crisis sanitaria. 

Por tamaño de empresa, tanto las empresas medianas como las pequeñas mostraron -en el primer trimestre de 2025- que el nivel de productividad media es más bajo respecto a los máximos pospandemia, con una pérdida de 1,8% para las firmas pequeñas y del 6,9% en el caso de las medianas.

Asimismo, la evolución de las ventas, aunque positiva, está aún lejos de recuperar los niveles prepandemia. Las ventas de las pequeñas empresas se sitúan un 16% por debajo de la tendencia resultante de proyectar su ritmo de crecimiento entre el primer trimestre de 2015 y el último de 2019. En el caso de las compañías medianas, esta brecha negativa alcanza el 7%.