España es un país cada vez más atractivo para extracomunitarios privilegiados, desde el punto de vista económico o formativo, que tienen acceso a permisos de residencia extraordinarios: expats, inversores golden o teletrabajadores internacionales. En 2023, 65.616 profesionales altamente cualificados, investigadores, inversores o nómadas digitales obtuvieron autorización para residir en España. Es más del triple (3,2 veces más) que hace 5 años, ya que en 2018 fueron 20.274 los permisos concedidos por la Unidad de Grandes Empresas (UGE), oficina dependiente del Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones que se encarga de ello, según un documento de la oficina al que ha tenido acceso ON ECONOMIA a través de abogados.

En total, han conseguido permisos de residencia desde 2016 232.393 extranjeros privilegiados de los 291.612 que lo han pedido, entre expats e inversores. Ahí están parte de los entre 14.576 y 17.792 inversores inmobiliarios que han conseguido permiso en España por la UGE desde 2013, en función de si se atiende a los datos ofrecidos en rueda de prensa por la ministra de Vivienda o al documento oficial vía Portal de Transparencia que el ministerio de Seguridad Social envió a petición de ON ECONOMIA.    

La oficina, creada en 2007 para favorecer la entrada de capital y talento extranjero a España y también para ayudar a inversores españoles a internacionalizarse, concedió un 80% de las peticiones, que ascendieron a 81.171. Las solicitudes de este tipo de permisos, de hecho, se han incrementado a un ritmo similar, ya que en 2018 fueron 26.202, también el triple que el año pasado. Las cifras, compartidas por los responsables de la oficina en charlas con abogados de Extranjería y graduados sociales, no están desglosadas por países de procedencia y, a petición de ON ECONOMIA, el ministerio tampoco ha dado más detalles. 

 

 

Entre los permisos solicitados y concedidos, gana protagonismo el de teletrabajador, aprobado en diciembre de 2022 y del que, hasta octubre del pasado año, ya se habían concedido 7.116 permisos, contando teletrabajadores y familiares, sobre un total de 10.668 solicitudes, un 66,7%. En cuanto a inversores, 

Para octubre del año pasado, los teletrabajadores representaban el 15% sobre el total de permisos concedidos y era ya el tercero más habitual por detrás de los profesionales altamente cualificados (39%), inversores (17%) y algo por encima de los investigadores, que habían solicitado un 13% de este tipo de permisos. 

Los nómadas digitales, que tributan al 24% en España y deben declarar ingresos anuales por encima de los 30.000 euros, han aumentado ya en este 2024 su relevancia, aunque el documento compartido en abril con graduados sociales y abogados por la UGE no detalla los porcentajes. Se observa, no obstante, como los teletrabajadores se convierten ya en el segundo permiso más solicitado y, por el gráfico mostrado en el documento sin cifras, el porcentaje supera ya el 25%. 

Los inversores, en cambio, van a la baja y en breve se reducirán sustancialmente, ya que el Gobierno español anunció recientemente que dejará de conceder la golden visa a cambio de compra de viviendas de a partir de medio millón de euros para contener la especulación inmobiliaria. El resto de permisos de residencia golden, vinculados a inversiones empresariales o compra de deuda, se mantendrán en un principio, aunque fuentes del ejecutivo explican que "estudiarán" qué hacer con ellos. Son, de todos modos, muy minoritarios en comparación con los permisos a cambio de compra de vivienda.

La Comisión Europea llevaba tiempo recomendando la retirada de los visados golden por la posibilidad de que operen como puerta de entrada a fondos de origen ilícito o corrupción, como demostró Reino Unido que había sucedido con los suyos una vez retiró el programa. 

Privilegios y tipos de permisos

Los permisos tramitados por la Unidad de Grandes Empresas suponen algunos privilegios para sus beneficiados en relación con el resto de extranjeros. Para empezar, la oficina es mucho más ágil que la de Extranjería, saturada por el aluvión de citas previas y con meses de espera para obtener su permiso. Además, la Unidad de Grandes Empresas concede a la mayoría de sus demandantes el silencio administrativo positivo, esto es, que quienes soliciten este permiso y no obtengan respuesta están automáticamente autorizados a residir en España. También acceden al permiso de residencia los familiares directos de los autorizados. 

Los profesores altamente cualificados, los más habituales en la UGE, necesitan un contrato de trabajo válido o una oferta firme de empleo de cualificación para un periodo de al menos seis meses para obtener el permiso. Se puede solicitar cuando una empresa requiera la incorporación de un profesional extranjero para una tarea de alta cualificación. El permiso es por tres años o bien equivalente al contrato laboral, con prórroga de tres meses en caso de que el contrato sea de menos de tres años. Los trabajadores deben acreditar una formación de enseñanza superior de mínimo dos años y al menos cinco años de experiencia, que se reduce a tres años en los profesionales y directores de tecnología de información y comunicaciones.  

Los teletrabajadores, además de demostrar que cobran más de 30.000 euros anuales, deben de contar con una autorización de la empresa para la que trabajan, que se debe inscribir en la Tesorería de Seguridad Social para afiliar al trabajador por cuenta ajena. Los freelances deben darse de alta como autónomos y, como mucho, pueden tener un 20% de sus ingresos vinculados a empresas españolas para seguir contando con los beneficios fiscales del recientemente creado permiso de teletrabajo internacional.

Esta figura, creada de la mano de la Ley de Start-ups y Emprendedores a finales de diciembre de 2022, pretende adaptar los permisos y la recaudación a un escenario donde profesionales y emprendedores cada vez más eligen diferentes países por su calidad de vida para trabajar en remoto.