El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha participado este martes al Foro Económico Mundial de Davos con un discurso muy duro contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, a quien considera "el gran culpable" de la situación de incertidumbre, inflación y amenaza de recesión actual, pero ha reivindicado la responsabilidad de las democracias occidentales para revertir la situación. Ha sacado pecho de la "fortaleza" y la "resiliencia" de España para afrontar la crisis y se ha dirigido directamente a las "élites" del mundo para que hagan un esfuerzo. Ha apelado a las grandes fortunas y multinacionales a que paguen impuestos y no se lleven el dinero a "paraísos fiscales". "El sistema no es justo", ha sentenciado en una de las mayores cumbres del sistema.

En unas jornadas donde coinciden los principales empresarios y gobiernos del mundo, Sánchez se ha dirigido directamente a las "élites". Y les ha dicho: "Les pido a ustedes, élites del mundo, que ayuden a cambiar estas situaciones. Las cosas han cambiado y muchos de ustedes provienen de clases medias y trabajadoras. Son líderes escogidos políticamente, o de negocio, que han hecho un duro trabajo para llegar donde están, y es por eso que saben que el sistema no es justo, está lleno de injusticias y desigualdades. Hay que priorizar el bienestar de la gente. Mi gobierno está comprometido con este objetivo", ha desarrollado.

Inmediatamente antes, y aunque no ha hecho una relación directa entre ambas partes del discurso, Sánchez ha lanzado un ataque directo a la actitud de las grandes fortunas en medio de esta crisis. "La desigualdad aumenta y la movilidad social se estanca, los ciudadanos pierden poder adquisitivo. Y mientras tanto, el número de multimillonarios sigue creciendo y las grandes multinacionales multiplican sus beneficios. ¿Cómo podemos pedir a los ciudadanos que aguanten un poco más cuando algunas empresas pagan cero impuestos en los paraísos fiscales"?, ha lanzado.

Aunque ha arrancado su discurso con ataques contra Putin, enseguida ha destacado la responsabilidad de las democracias occidentales para protegerse contra sus aliados y otras amenazas "autárquicas" que aspiran a gobernar, en una clara alusión a la ultraderecha de Vox, sin mencionarla. "Nosotros estamos cometiendo errores a la hora de proteger el orden mundial basado en las normas que Putin está tratando de romper", ha defendido.

"¿No estamos viviendo una mayor desigualdad e injusticia? ¿Estamos haciendo lo suficiente para combatir y evitar a más líderes autocráticos en el mundo?", se ha preguntado Sánchez, que enseguida ha defendido la necesidad de mejorar la protección social de los ciudadanos y recuperar el espíritu europeo del estado del bienestar, así como las "democracias abiertas e interconectadas" en clave de comercio y relaciones internacionales.

En unas jornadas tituladas 'Cooperación en uno mi fragmentado', Sánchez ha defendido el "apoyo del multilateralismo en tiempo de incertidumbre" y ha recordado la importancia de "proteger al resto de la población mundial". Ha alertado de los riesgos autocráticos en los que los países "creen que aislándose se harán más fuertes, pero solo se debilitan. Entre los signos preocupantes del planeta, ha destacado que el hambre en el mundo se ha casi duplicado en dos años y otras cifras preocupantes. Ahora bien, cuando ha hablado de España todas las cifras que ha dado han sido positivas, tratando de posicionarla como un ejemplo de "fortaleza" y "resiliencia". Así, Sánchez ha defendido sus ayudas a las clases trabajadoras a través de la regulación de precios de energía y vivienda o las bonificaciones de transporte público y el papel que España tiene en la transición energética.

"Parece que no será 2023 un buen año para la economía mundial, con inflación y estancamiento generados por la guerra. España sufrirá algunos signos, pero da muestras de resiliencia y fortaleza, con el nivel más alto de empleo de su historia, creciendo por encima del resto de países de la Eurozona y con una inflación más baja que el resto de la Unión Europea", ha culminado. El propio presentador del World Economic Forum había destacado el papel de España para capear la crisis en su presentación. 

 

 

"España estará en primera línea en un mundo impulsado por la colaboración social y la responsabilidad ambiental y no por la fragmentación y el corto plazo", ha dicho Sánchez, para después pasar a advertir las que cree que son las cuatro principales amenazas del panorama global. En cada una de ellas, ha destacado el papel de España. 

La primera, ha resaltado, es "la pandemia, que aún no ha terminado". Y ha destacado el papel de España como "el quinto país que más vacunas ha donado, 70 millones de dosis". La segunda, ha dicho, es "seguir ayudando a Ucrania por la libertad". La tercera, la crisis energética. Y, en este sentido, Sánchez ha resaltado que España redujo un 7,5% su consumo de luz el año pasado y un 23% el de gas natural. "Hemos contribuido a la seguridad con exportación de luz y de gas, que hemos duplicado", ha añadido.

En cuanto a la transición energética, donde Sánchez ha hecho hincapié, ha puesto en valor que el uso de energía solar ha aumentado un 30% en España, que es "el quinto país del mundo en uso de eólica y el octavo en generación de renovables". "En 2023 seguiremos aumentando nuestra producción de renovables y haremos el primer gaseoducto de hidrógeno verde del mediterráneo", ha recordado Sánchez, en relación con el corredor H2Med, que conectará Barcelona con Marsella. También ha defendido la construcción de dos megaplantas de metanol en España que crearán 85.000 puestos de trabajo. 

Sánchez, que tenía hoy una completa agenda de reuniones con directivos de importantes multinacionales como Dow Chemical, Air Liquide, ArcelorMittal, Qualcomm, Blackrock o Mubadala, ha querido resaltar las fortalezas de España para atraer inversión extranjera. Por la mañana, concedió una entrevista para CNBC en la que aseguró que "España debe aprender de la ley de reducción de la inflación de Biden". Aseguró también que España crecerá más de un punto por encima de la Unión Europea y que reducirá de cara a 2025 tanto el déficit público del 2,9% como la deuda pública, por debajo del 110% del PIB.