Encontrar un piso de alquiler en la Vall d'Aran es misión imposible. De hecho, si hacemos una búsqueda rápida en un portal como Idealista, constatamos que no hay absolutamente ningún piso de una habitación disponible ahora mismo en toda la comarca. De hecho, los únicos anuncios que salen con estas características anuncian que tan solo se ofrece el alquiler por semanas y su precio, por siete días, se sitúa en 700 euros por un piso de 90 metros cuadrados con una habitación. Este es un ejemplo real de lo que encontramos ahora mismo. Y es un lastre para cubrir la demanda de vivienda que muchas personas tienen durante la temporada de esquí donde el empleo se acentúa.

Alquiler, por las nubes

De hecho, a pesar de haber nevado en los últimos días, la temporada de esquí en pistas como la de Baqueira no era 100% segura hasta hace pocos días, pero la locura para ir allí sigue siendo la misma que las últimas temporadas. Si las personas que buscan un piso deciden compartirlo, la situación todavía se hace más complicada. Tenemos más ejemplos reales que lo constatan: un piso en Baqueira por 5.000 euros en el mes de dos habitaciones, 82 metros cuadrados y garaje incluido; otro de dos habitaciones y 90 metros cuadrados y también a Baqueira que se sube hasta los 15.000 euros mensuales; u otro que también en pistas se encuentra por 3.250 euros mensuales en una primera planta, sin ascensor y de 62 metros cuadrados. Si hacemos números con los sueldos por término medio en nuestra casa, es imposible vivir en esta comarca, especialmente para aquellos que vienen a hacer temporada: monitores de esquí, guías turistas, técnicos de pistas, entre otros.

Desde ON ECONOMIA, constatamos como la gran alternativa para muchos es buscarse la vida en otro lado o vivir en una autocaravana. Maria trabaja en la Vall d'Aran como profesora de esquí TD2 y nos confirma esta manera de hacer: "Hace cinco años que vivo en una autocaravana. Antes era difícil alquilar y ahora es imposible por el tema de las licencias turísticas. Así que tomé la decisión de tener mi casa sobre cuatro ruedas, como muchas personas que conozco". Otra monitora, Gema Diego Rodríguez, ha creado una cuenta de Instagram 'Van2Nómadas' donde explica su situación, con matices: "No me he visto obligada a vivir de esta manera, pero lo escogí hace cuatro años. Mi precedente se sitúa en Ibiza donde me cansé de buscar un piso decente y no encontrar nada económicamente aceptable. Me compré la Campo y decidí utilizarla para trabajar en temporada de invierno, en vez de verano. De alguna manera ya era una nómada, pero de piso en piso. La problemática me afecta en el sentido que en los lugares donde hay trabajo, no hay a un acceso a la vivienda razonable".

Diego añade: "Mi queja es porque en las administraciones de estos sitios no se valora la precariedad en la vivienda como aquello que genera temporalidad y, en consecuencia, una manera de vivir alternativa. Ya llevo tres veranos a la Vall d'Aran y son muy pesados y persiguen mucho vivir en un parking y pernoctar. Como ya me pasó con Ibiza, cierro una etapa y no volveré más". A modo de ejemplo, desde el pasado 2022, pernoctar en Orri o Beret está prohibido y pueden multar. Y tan solo es posible hacerlo a un párquing a 1.500 metros de altura como es el de Baqueira o en núcleos urbanos de alturas inferiores. La nueva normativa lo justifica como espacios naturales.

El problema se extiende por todo el Pirineo

En esta línea, el Gobierno anunció el verano pasado la intención de limitar el precio de los alquileres a diez municipios de Lleida. Son localidades donde hay una oferta insuficiente de vivienda asequible y que cumplen los requisitos de la nueva ley estatal para declararlas zonas de mercado residencial tensionado: desde la misma capital de provincia, Lleida, pero también Tàrrega, Balaguer, Mollerussa, Cervera, la Seu d'Urgell, Tremp, Sort, Solsona y Guissona. A pesar de que sin mencionar las de la Vall d'Aran o la Cerdanya. La ley estatal de vivienda prevé que en los nuevos contratos de alquiler en zonas tensionadas no se podrá superar el precio del arrendamiento anterior. Cuando se trate de una gran horquilla no podrá ser superior al índice de referencia del precio del alquiler.

El problema de la Vall d'Aran no es genuino de esta comarca. Como apunta Diego, en Eivissa pasa el mismo, pero también en comarcas de montaña y el Pirineo catalán. En todos los municipios de la comarca de la Cerdanya excepto a la capital, Puigcerdà, hay más segundas residencias que primeras. El 63% de los pisos y casas de la Cerdanya son segundas residencias. En poblaciones como Fontanals, Prats i Sansor o Alp, tres de cada cuatro viviendas son propiedad de gente que reside fuera de la comarca. Otra derivada que todavía acentúa más la quimera de encontrar un piso para trabajar. Marc Pont, nacido en Bellver de Cerdanya, acaba de publicar un estudio socioeconómico de la comarca en cuestión y asegura que la Cerdanya está convertido en "el patio de las clases altas de Barcelona". La sustitución, pero de los perfiles de residentes tan solo se produce en unas determinadas estaciones del año y, por lo tanto, el empobrecimiento global se puede acentuar si las desigualdades siguen aumentando. La problemática se arrastra y no se detiene. El último informe de Fotocasa sitúa Baqueira como el municipio más caro para adquirir una vivienda al conjunto de toda España, con 4.793 euros/m2; y otro municipio aranés, Naut Aran, en octava posición, con 3.840 euros/m2.