Las cuentas en casa de Tato y María, profesores de educación primaria en escuelas concertadas de 47 y 46 años, respectivamente, son como los de una pequeña empresa. Viven en un piso con sus siete hijos, de entre 8 y 20 años, y la madre de María, abuela de los niños. En casa de una familia numerosa como esta, la inflación causa estragos, especialmente en periodos de gasto extra como el navideño. Unos días después de hacer la compra, María lo tiene claro: "He gastado lo mismo que el año pasado, quizás un poco más, pero he comprado menos".

Un estudio de Deloitte sobre consumo navideño apuntaba que en España efectivamente la estimación de gasto de cara a las fiestas es similar a la del año pasado, de unos 634 euros por los 631 del año pasado. Es un aumento de menos del 0,5% que, sin embargo, obliga a las familias a renunciar a bienes de consumo, ya que la inflación acumulada es del 6,8%. El mismo estudio apunta que las familias han aumentado su presupuesto para ocio y restauración un 29%, un 12,4% la de los regalos y un 3,3% el gasto al comer. Pero para hacerlo han sacrificado la idea de viajar, que ha pasado de contar con una previsión de 122 euros por hogar a 59, una caída del 48% con el fin de compensar el gasto total.

La familia del Tato, que es el responsable de los gastos extraordinarios, y María, que se encarga de la compra diaria, coincide en descartar cualquier opción de viaje. "Antes, a veces nos escapábamos en la casa de un familiar en Soria con la furgoneta, pero ahora descartamos totalmente esta opción porque la gasolina cuesta prácticamente el doble", explica Tato. Además, su capacidad financiera se ha visto disminuida porque, con tal de no subir los precios a las familias de la escuela concertada donde trabajan como profesores, la dirección les ha bajado los sueldos.

El Tato y dos de sus hijas escogen merendar / Foto: Carlos Baglietto
El Tato y dos de sus hijas escogen la merienda / Foto: Carlos Baglietto

La compra extra de Navidad les ha costado este año 250 euros para la cena del 24 y la comida del 25 y el 26 con los hijos, que es lo mismo aproximadamente de lo que pagaron el año pasado, pero renunciando ahora a postres y aperitivos. "Hemos gastado lo mismo, pero sin comprar marisco, aperitivos, ni postres. Lo que peor me sabe es dejar de comer pulpo y mejillones, porque tengo raíces gallegas. También renunciamos a los postres, pero eso lo notamos menos, ya que está el turrón", afirma María. "El día 24 hacemos una merienda con más familiares y en vez de tanto refresco, haremos limonada casera para ahorrar", añade, señalando los limones al frutero.

En la compra semanal habitual, la familia ha pasado en un año de gastar unos 350 euros a gastar 425, un aumento del 21% que en ningún caso les permite mejorar la compra. Más bien al contrario. "Ya no compramos como para repetir. La ración de carne o de pescado se compra para una sola vez, dice María. El año 2019, antes de la pandemia, la realidad era totalmente opuesta y ni se privaban de viajes ni miraban tanto la compra o hacían este tipo de malabares.

María y Tato son de las familias que optan por ayudar económicamente a los Reyes y a Papá Noel a la hora de comprar los regalos, y lo hacen con un presupuesto de 700 euros que no variará respecto del año pasado, incluyendo otros familiares y con una previsión de unos 30 euros para cada hijo o hija. Los pequeños se muestran comprometidos con el plan de austeridad y han hecho "cartas de Reyes pidiendo muy poca cosa", explica Tato, y las muestran sobre la mesa de la cocina, llenas de bromas como la de Ana, de 16 años, que pone con letras grandes que no quiere un móvil. El resto hacen peticiones tan conservadoras como pedir arreglar cosas que ya tienen, un libro "para leer" o tejanos, "calcetines que abriguen mucho" y camisetas deportivas de algodón.

Blanca y la Pilar juegan en su casa / Foto: Carlos Baglietto
Blanca y la Pilar, jugando y charlando en el comedor de casa. / Foto: Carlos Baglietto

La compleja economía familiar de María y Tato, que cogió por costumbre levantarse a las 6 de la mañana para poner en marcha la lavadora diaria que hace falta en este hogar y hacerla coincidir con un horario barato, cuenta con algunos alivios financieros. Más allá de las ayudas públicas por su condición de numerosa, con la ayuda de la Asociación de Familias Numerosas FANOC, no pagan vivienda y el próximo año dejarán de pagar el préstamo que hace diez años pidieron para reformar el piso de propiedad familiar donde viven. Pero la ayuda más bonita es la de los hijos, que además de no ser nada caprichosos, compaginan estudios y trabajo a partir de los 16 años.

Tato hijo, de 20, estudia Derecho y Filología y, además, da clases particulares entre semana y trabaja en una panadería los fines de semana, mientras que Santi, de 18, hace de becario a la Universidad Internacional de Catalunya donde estudia comunicación audiovisual. Ana, de 16, trabaja de canguro todas las tardes cuando sale de estudiar 1º de bachillerato, e incluso María, de 15 y estudiante de 4º de ESO, ha hecho alguno de los canguros a los que no han podido llegar a sus hermanos. Javier, de 12, en primero de ESO, y Pilar, de 8, en 2º de Primaria, quedan por ahora exentos.

Se reparten para dormir en dos habitaciones, una para los niños y otra para las niñas, con literas de tres pisos, una de ellas con capacidad para las cuatro chicas, obra de ingeniería diseñada por el padre, tal como explica a su mujer con orgullo. Más allá de las fiestas, les preocupa más el futuro laboral de sus hijos que la inflación actual y se han convertido en "expertos en becas" con el fin de aliviar el precio de los estudios. Además, con la inflación actual no se ven capaces comprar un vehículo nuevo y su furgoneta no podrá circular por Barcelona en breves porque no cumple con los requisitos ambientales.

La excepción de las compras por impulso

Estudios y expertos apuntan que, como la que lideran María y el Tato, las familias se lo montan para no sufrir demasiados recortes en las compras navideñas. Prefieren hacer ese esfuerzo en las compras cotidianas. María Ángeles Ruiz Ezpeleta, profesora de EAE y economista, lo resume así: "Las compras navideñas son por impulso, te adaptas a todo lo que puedes gastar o incluso gastas más".

Mirando estudios del Reino Unido, que es quien lidera la estadística de gasto navideño en Europa, Ruiz Ezpeleta observa que "lo único que prevé es un descenso en regalos", tendencia diferente a la mostrada en España por Deloitte, que prevé una caída solo con respecto a los viajes. "La inflación más importante se ha dado en productos frescos y básicos, que no es lo que más gastamos en Navidad. Es posible que nos ajustemos un poco en los regalos y quizás en productos que muchas veces ni acabamos de consumir, como turrones o licores," añade.

Familia Nombrosa cartas reyes magos / Foto: Carlos Baglietto
Las cartas a los Reyes de los hijos del Tato y Maria han tenido en cuenta la inflación. / Foto: Carlos Baglietto

"Es el primer año desde 2020 que celebraremos Navidad sin ningún tipo de restricción. Y eso hará que nos liberemos más con respecto a los gastos. Además, en crisis anteriores y momentos complicados, el gasto navideño no se ve afectado", añade Ezpeleta, que, en cambio, sí que prevé que "la cuesta de enero sea bastante más dura". Ella, en su caso particular, combatirá la inflación dividiendo por primera vez los gastos de la cena que celebra en su casa con amigos y familiares. "Les ha sorprendido un poco", dice con humor.

Aunque los estudios de gasto muestran que por Navidad las familias harán un esfuerzo similar por afrontar los gastos, el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de la consultora Intrum apunta que el 52% de los españoles cuentan esta Navidad con peor situación financiera que el año pasado. Ahora bien, es una cifra menor que la media europea, del 49%. Los españoles, eso sí, se endeudarán más que en el resto de Europa: un 24% dice endeudarse en exceso con regalos y alimentos, cifra que en Europa es ocho puntos menor, de un 16%.

Una encuesta de Funcas hecha a 1.032 españoles muestra de nuevo que los españoles tenían previsto gastarse lo mismo que el año pasado durante las fiestas. En regalos, la media de gasto previsto era de 195 euros, con mayor previsión de las mujeres, 205, que los hombres, 183. Con respecto al tipo de regalos, la ropa está entre los más escogidos, por un 55% de los entrevistados, mientras que un 46% comprará tecnología y un 30% planes de ocio, según un estudio de la agencia Elogia. Un 66% tenía previsto comprar en marketplaces y un porcentaje idéntico lo hará en grandes almacenes o tiendas físicas, según el estudio, muestra clara que los españoles alternarán compras digitales y físicas. María y el Tato "por cuestiones logísticas" han hecho las compras por internet. "También es una forma de comprar menos que cuando vas a la tienda", concluye con humor.