Marbella y Barcelona son las ciudades españolas más caras para disfrutar de un alojamiento hotelero y han dejado atrás el precio medio que se pagaba en 2019, aunque no son una excepción, todas las ciudades y destinos mejoran sus cifras respecto a ese año, logrando máximos históricos, según el último barómetro del sector hotelero, elaborado conjuntamente por STR y Cushman & Wakefield, correspondiente al primer semestre de 2023. Pese a que los niveles de ocupación están aún ligeramente por debajo de las cifras prepandemia, el coste para alojarse en España es un 20% superior al de 2019, cuando los hoteles españoles tenían un precio medio de 112,8 euros, mientras que en este año ha sido de 135,8 euros, siempre con relación al primer semestre del año, es decir, sin tener en cuenta los meses estivales. Respecto a 2022, el incremento del coste medio ha sido del 10%.
Según el precio medio diario, el ranquin por ciudades lo lideran Marbella con 240,8 euros, aunque supone un ajuste a la baja del 3% respecto al del año pasado. Donde sí se ha revalorizado el precio por habitación es en Barcelona que, con 172,6 euros, logra una subida del 18,4% hasta junio respecto a 2022, la mayor de toda España, y del 16,5% sobre 2019. Madrid se hace con el tercer escalón en el pódium con 146 euros, un 13,2% más que el año pasado. Esta mejora, según señala el informe, se puede atribuir al peso del turismo internacional que ha confirmado en 2023 su recuperación en las principales ciudades españolas. “La evolución que podemos observar en los precios medios, que han crecido con fuerza, es fruto tanto de la inflación como de la consistencia de la demanda”, asegura Albert Grau, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España.
No obstante, los expertos pronostican una cierta desaceleración para los próximos trimestres, ya que la demanda en algunos países de origen da algunos síntomas de estar tocando techo. Ello no quita que, en opinión de César Escribano, Regional Manager Southern Europe de STR, “España está en condiciones de cerrar un ejercicio 2023 excelente porque los indicadores hasta junio anticipan lo que puede ser una muy buena temporada vacacional. La mejora de la ocupación es generalizada y todavía hay algo de margen para seguir creciendo en los próximos meses”.
El barómetro semestral, que recoge datos de 1.200 hoteles y alrededor de 150.000 habitaciones en la Península Ibérica, confirma la plena recuperación de la actividad hotelera y turística en España. Esta recuperación se plasma también en los niveles de ocupación altos, del 70,2% en el primer semestre, a pesar de no ser la temporada más alta y, especialmente, en los ingresos por habitación disponible (RevPAR) que mejoran los de 2022, en un 23%, pero también los de 2019. Las cifras sitúan los ingresos por habitación disponible en 2019 en 81,7 euros en el conjunto del territorio y este año han alcanzado los 95,4 euros, un 16% más, y que marcan un récord en un primer semestre en el global de toda España y señalan una tendencia de plena recuperación del sector. Las ciudades que encabezan la clasificación de ingresos son Marbella (153,1 euros), Barcelona (130,9 euros), Málaga (106,4 euros) y Madrid (104,5 euros).
En este primer semestre, en Málaga, la ocupación se ha recuperado hasta el 81,8%, un 10% más que en la primera mitad de 2022, muestra de la oferta desestacionalizada que ofrece la provincia, según el informe. Muy notable ha sido la proyección de Valencia, que logra situarse en segundo puesto, con una ocupación del 78,3%, un 11,6% más que el año pasado. Por su parte, Barcelona y Madrid logran muy buenas ocupaciones con el regreso del segmento business y el turismo internacional, con un 75,9% y un 71,6%, respectivamente. Estas cifras de Barcelona y Madrid mejoran las del año pasado en un 15,6% y en un 13.2%, respectivamente. Entre las islas, el comportamiento es muy bueno en Canarias, con un 76,2%, un 12,7% más que el mismo periodo de 2022 y más moderado en Baleares, con un 60,7% de ocupación, un 6,9% más que el año pasado, a la espera de la temporada estival. Para Bruno Hallé, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España, “la industria hotelera logró contener los efectos de la pandemia a nivel de precios, lo que ha permitido aplicar correcciones al alza una vez recuperados los niveles de ocupación, respondiendo a una inflación que también afecta al margen operativo de los negocios”.