El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ha dado marcha atrás. La propuesta del Gobierno para la reforma del sistema de cuotas de los autónomos, que preveía subidas para todos los tramos, ha chocado contra un muro de críticas dentro y fuera de la coalición de gobierno. La respuesta no se ha hecho esperar: el Ministerio ha presentado este martes a la mesa de diálogo social una nueva propuesta que congela las cuotas de los autónomos con rentas más bajas el próximo año 2025. Una rectificación que revela la fragilidad de los acuerdos de gobierno y la presión creciente por proteger el tejido productivo más vulnerable en un contexto económico incierto.
El cambio de guion no es casual. Durante las últimas semanas, las voces discordantes dentro del mismo Ejecutivo no han dejado de crecer. La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, y la ministra de Sanidad, Mónica García, habían expresado públicamente y sin ambages su rechazo a una medida que consideraban injusta para la base de la pirámide de los trabajadores por cuenta propia.
Su postura ha encontrado un eco poderoso en los sindicatos: tanto UGT, cercano al PSOE, como CCOO, a través de su asociación Uatae, se habían alineado con la necesidad de proteger a los autónomos con menos capacidad económica. A pesar de la rectificación, la nueva propuesta no ha conseguido apaciguar todos los frentes. Desde la oposición, las reacciones han sido rápidas y dejan claro que el camino hacia un acuerdo amplio está lleno de obstáculos.
Míriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, ha descartado explícitamente apoyar una medida que considera a medio hacer. "No es suficiente. Mantener la posición sirve para que esta gente no imponga políticas que empobrecen a la clase media catalana, pero la situación es demasiado precaria como para aceptar medidas insuficientes. No con los votos de Junts", sentenció. Su declaración es un aviso directo al gobierno de Pedro Sánchez: si quiere aprobar los Presupuestos Generales del Estado u otras leyes clave, tendrá que negociar con más fineza.
Más a la izquierda, desde Podemos, el secretario de Organización y portavoz de la formación, Pablo Fernández ha ido un paso más allá de la simple congelación. Su exigencia es clara: para su apoyo, es necesaria una redistribución clara del coste de la sostenibilidad del sistema. "Si el gobierno quiere los votos de Podemos, nada de congelación: debe rebajar la cuota de los autónomos que ganan menos y subirla a los que ganan más. De hecho, una vez oficializada la decisión, Díaz ha tildado el último movimiento del Gobierno de "muy buena noticia".
La sostenibilidad del sistema la deben pagar los de arriba y no los de abajo", ha afirmado González. Esta posición refleja una voluntad de modificar el fondo mismo de la reforma, orientándola hacia un modelo más progresivo, una demanda que supera con creces la actual propuesta del Ministerio. Esta presión ha forzado al Ministerio a replantearse su propuesta.