El Ibex-35, haciendo gala de una contención extrema, ha abierto la semana con un avance meramente testimonial del 0,01%, una cifra que, pese a ser prácticamente plana, le permitió sostener la codiciada cota psicológica de los 16.000 puntos enteros. Hacia las nueve de la mañana, el indicador se movía con pragmatismo en los 16.034,2 puntos, en una jornada que se preveía marcada por la espera y el análisis técnico tras las fuertes oscilaciones de semanas precedentes.

La estabilidad del principal índice de la bolsa española no es fruto de la inactividad, sino del choque entre fuerzas opuestas. Por un lado, el efecto positivo de los cobros de dividendos de compañías pesadas; por otro, la sombra alargada de la incertidumbre geopolítica y las tensiones comerciales que siguen sacudiendo los mercados globales.

En el panorama internacional, un evento judicial de primer orden en Estados Unidos acaparó la atención de los inversores. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha confirmado que no asistirá a la vista del Tribunal Supremo donde se presentarán los argumentos orales sobre la legalidad de su autoridad para imponer aranceles a las importaciones de otros países. La ironía radica en el hecho de que, a pesar de describir este caso como "una de las decisiones más importantes" para el país, Trump ha decidido no hacer acto de presencia. Este juicio, con repercusiones profundas para el libre comercio global, podría establecer un precedente legal que delimite los poderes ejecutivos en materia de intercambios comerciales, un tema que mantiene expectantes a las economías de todo el mundo.

El grupo de ingeniería e infraestructuras Elecnor ha presentado unos resultados que reflejan una salud financiera envidiable. En los nueve primeros meses del año, la compañía registró un beneficio neto de 80,8 millones de euros. Esta cifra representa un salto cuantitativo excepcional, ya que multiplica por más de dos los 36,6 millones de ganancias obtenidos en el mismo periodo del año anterior (2023, asumiendo que hay un error tipográfico en el año original). El anuncio, formalizado este lunes ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pone de manifiesto una robusta ejecución estratégica y un control eficiente de los costes en un contexto económico complejo.

En otro ámbito del mundo empresarial, el fundador y principal accionista de Inditex, Amancio Ortega, se prepara para una de las mayores entradas de liquidez de un particular en Europa. Con el cobro de este lunes de 1.552 millones de euros por el último dividendo del ejercicio, su recaudación total anual por este concepto asciende a la cifra astronómica de 3.104 millones de euros. Este flujo masivo de capitales no solo subraya la rentabilidad del imperio textil gallego, sino que también tiene un efecto tangible en la liquidación del mismo mercado, ya que una parte significativa de estos fondos suele ser reinvertida en activos logísticos e inmobiliarios a través de su holding familiar, Pontegadea.

En la disectomía propia de cualquier sesión, los valores que han liderado las subidas en los primeros compases han sido Grifols (+1,11%), Indra (+1,04%) y BBVA (+0,77%). Este último, uno de los pesos pesados del índice, mostró resistencia en un entorno financiero aún condicionado por las políticas monetarias de los bancos centrales. Al contrario, en el lado negativo de la tabla de cambios, han destacado con voz propia las fuertes caídas de Solaria (-2,27%) y Naturgy (-1,83%). La energética, en particular, se ha visto afectada por el efecto exdividendo, un ajuste técnico automático en su precio que refleja el descuento del derecho a cobrar el siguiente dividendo.

La tendencia de cautela no ha sido exclusiva de la plaza madrileña. Las principales bolsas europeas han abierto la jornada con un signo mixto. Mientras la bolsa de París cedía un 0,17% y Milán retrocedía un 0,09%, los mercados de Frankfurt y Londres conseguían avances del 0,2% en ambos casos, mostrando una falta de consenso y una direccionalidad indefinida en el continente. En el mercado de materias primas, el petróleo Brent, referente para Europa, experimentaba una ligera subida del 0,56% en la apertura de los mercados europeos, situándose en los 65,13 dólares por barril.

Su homólogo norteamericano, el West Texas Intermediate (WTI), seguía la misma senda con un incremento del 0,56%, hasta los 61,32 dólares. Estos movimientos, aunque positivos, reflejan la tensión entre las expectativas de demanda global y las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.

Finalmente, en el mercado de divisas, el euro se mantenía estable frente a los dólares, con una cotización de 1,1540 billetes verdes. En el mercado de deuda, el interés exigido al bono español a 10 años mostraba una ligera mejora, bajando hasta el 3,152%. Esta retracción en el rendimiento, aunque mínima, indica una cierta demanda por el activo y una relativa tranquilidad de los inversores respecto al riesgo soberano español en el inicio de semana. En conjunto, la jornada se presenta como una pausa para la reflexión, donde los inversores asimilan los buenos resultados empresariales y los flujos de dividendos, mientras mantienen una oreja atenta a los ruidos de fondo del escenario internacional.